Elner recibe visita
12h 48m de la tarde
A lo largo de los últimos meses, la señora McWilliams, madre de La Shawnda, y Elner se habían escrito varias veces, y hoy La Shawnda llevaba a su madre hasta Elmwood Springs a hacer una visita. Cuando llegaron a la casa de Elner, ésta estaba esperando en el porche delantero para darles la bienvenida.
—Hola, señora McWilliams, por fin ha llegado —le dijo a la bajita señora negra, que corrió por la acera hasta ella, con una sonrisa de oreja a oreja y llevando una enorme sombrerera a rayas blancas y negras con una tarta de caramelo dentro.
—Sí, por fin he llegado —dijo la señora McWilliams—. ¡Y he preparado una tarta!
Fue una visita muy agradable en la que las tres comieron la mayor parte de la tarta, que era casi tan buena como la de Dorothy.
Más tarde, sentadas las tres en el porche, la señora McWilliams le dijo a Elner:
—Me alegro mucho de haber venido hoy. Mañana regreso a casa, a Arkansas, pero antes quería conocer a la señora de la tarta.
—Bueno, a mí también me alegra que lo haya hecho. Las mujeres de pueblo tenemos que mantenernos unidas. Esos jóvenes de hoy no saben lo que es despertarte por la mañana y oír cantar a los pájaros, ¿verdad? —se explayó Elner.
—No, no lo saben… Los jóvenes sólo quieren escuchar esa horrible música hip hop y andar con el coche día y noche de un lado a otro. —Miró a su hija y añadió—: Echaré de menos a mi niña, pero estoy contenta de volver a casa.
—Iré a visitarte, mamá —dijo La Shawnda.
La señora McWilliams echó un vistazo al patio.
—Tiene usted ahí una higuera hermosa, señora Shimfissle —observó.
Elner la miró y sonrió.
—Sí, ¿verdad?
Cuando las dos visitantes se levantaron para irse, la señora McWilliams dijo:
—Espero volver a verla otro día.
—Así será, seguro —dijo Elner.