Otra vez enamorado
5h 48m de la tarde
La experiencia cercana a la muerte de la tía Elner tuvo un profundo e inesperado efecto en Macky. Estar a punto de perder a una persona querida ilumina la vida con una luz brillante y despoja súbitamente a uno de todo salvo de los sentimientos auténticos. Después de que la tía Elner se salvara de milagro, por primera vez Macky vio los verdaderos hechos tan claramente como si la niebla se hubiera disipado de repente. Se dio cuenta de que lo que había sentido por Lois no era amor sincero, no el amor hasta los tuétanos que había sentido por Norma. Lois había sido un encaprichamiento, un espaldarazo al ego, una última oportunidad para la fantasía. Con los años, Norma se había convertido tanto en parte de él, que casi no había reparado en que ella constituía su vida entera. ¿Qué diablos había estado pensando al albergar siquiera por un instante la idea de irse con una desconocida? Había estado peligrosamente cerca de destrozar su vida. Se había salvado gracias a una acción de fortuna o de suerte o lo que fuera. Aquella tarde Norma entró exactamente igual que tantas otras veces, pero ahora la veía realmente, y ella era para él tan hermosa como cuando tenía dieciocho años.
—¿Qué estás mirando, Macky? —dijo Norma mientras dejaba el correo sobre la mesa del vestíbulo—. ¿Te encuentras bien?
—Sí —dijo él—. ¿Te he dicho últimamente que te adoro?
Norma dejó el bolso.
—¿Qué?
—¿Sabías que estás más guapa que nunca? —dijo Macky con dulzura.
—¿Yo?
—Sí, tú.
Norma se miró en el espejo.
—¿Yo? Cómo puedes pensar esto, con esas raíces grises, las arrugas y mi cuerpo viejo y fofo, y ahora esas cosas rojas en la nariz. Estoy hecha un trasto.
—Quizá, pero eres mi trasto, y a mí no me pareces vieja.
—Bueno, tendrías que cambiarte las gafas —dijo Norma—, porque evidentemente estás mal de la vista, parezco El naufragio del Héspero.
Macky rompió a reír.
—¿Qué es eso del Héspero?
—No lo sé, pero eso es lo que parezco —afirmó Norma.
—Bien, para mí eres como un millón de dólares, y sólo quiero que sepas que, para mí, eres y serás siempre la única chica.
Ella se acercó y le puso la mano en la frente.
—Macky, no estarás enfermo, ¿verdad? ¿Pasa algo que no me quieres decir?
—No.
—¿Has ido a ver al doctor Hailing a mis espaldas?
—No, me siento mejor que nunca —dijo Macky—. ¿Qué tal si fingimos que es domingo?
—¿Domingo? ¿Por qué…? —De repente cayó en la cuenta de lo que él quería decir—. Oh, por el amor de Dios, Macky, si sólo es martes. —Luego lo miró—. ¿Crees de veras que aún estoy de buen ver o era sólo para que mordiera el anzuelo?
—Norma, para mí eres la mujer más atractiva del mundo. Y, como dice la tía Elner, veo perfectamente bien, de aquí a la luna.
Norma se sentó y lo miró fijamente unos instantes, y luego dijo:
—¿Sabes qué?
—¿Qué?
—Creo que acabo de oír campanas… ¿Tú no?
—¿Qué? —Acto seguido Macky cayó en la cuenta de lo que ella quería decir.
—Deja que tome un baño —apuntó Norma—. ¿Podrás aguantar ese pensamiento durante treinta minutos?
—Sí, aunque no será fácil.
Macky se sentó a esperar y pensó: «El matrimonio es fabuloso. Cada vez que te enamoras de tu mujer es mejor y mejor.»
Mientras estaba sentada en la bañera, Norma se sentía relajada y contenta. Conocía a Macky como la palma de su mano, y por la forma de mirarla podía asegurar que por fin había terminado todo con la Lois esa. Él creía que ella no se había enterado, pero sí.