PRESENTACIÓN

El material recogido en este volumen se presenta como la expresión concreta de una realidad institucional en plena subversión, y de las contradicciones que esta subversión lleva implícitas.

El tono evidentemente polémico de los distintos testimonios —enfermos, médicos, enfermeros y colaboradores—, no tiene nada de fortuito. En efecto, nuestra acción se ha desarrollado a partir de una realidad que sólo puede ser rechazada violentamente: el manicomio. La subversión de una realidad dramática y opresiva no puede realizarse sin una polémica radical, en relación tanto con lo que se quiere negar, como con los valores que favorecen y perpetúan la existencia de tal realidad.

Por ello, nuestro discurso anticonstitucional, antipsiquiátrico (es decir, antiespecialidad), no puede limitarse al terreno específico de nuestro campo de acción. El enfrentamiento al sistema institucional sobrepasa la esfera psiquiátrica para entrar en el dominio de las estructuras sociales que la sostienen y nos obliga a una crítica de la neutralidad científica, que tiende al mantenimiento de los valores dominantes, para transformarse en crítica y en acción política.

Sin duda hubiera sido más fácil limitarnos a nuestro dominio de acción y estudio, manteniendo la distancia —indispensable para el análisis científico— entre investigador y objeto de investigación. El trabajo científico, mientras se mantiene en el interior de los valores normativos, es serio y respetable en la medida en que se preserva y se garantiza frente a las contradicciones y las negaciones de la realidad. Pero si un trabajo se funda en la realidad y sus contradicciones, sin querer construir un modelo que conforme y codifique las propias hipótesis, lleva implícito el reproche de trabajo de aficionado veleidoso, con relación a todo lo que aún no está implícito en la norma, y desemboca en las contradicciones de una situación dialéctica, siempre en movimiento.

Esta es la acción de subversión institucional que algunos médicos, psicólogos, sociólogos, enfermeros y enfermos han propuesto y provocado en un hospital psiquiátrico, al poner en tela de juicio, en el plano práctico, la condición misma de internamiento. Basándose en las experiencias extranjeras (en particular la inglesa de Maxwell Jones), han procedido —mediante críticas sucesivas— a la negación de la realidad de la institución psiquiátrica, poniendo en evidencia la posición ambigua de una comunidad que, en tanto que microsociedad, quiere constituirse sobre bases prácticas y teóricas opuestas a los valores dominantes.

Así hemos llegado a un estadio que justifica poner en crisis una situación: la realidad de los manicomios —con todas sus implicaciones prácticas y científicas— ha sido sobrepasada y se ignora cuál podrá ser el paso siguiente. En las experiencias extranjeras a las cuales nos referíamos al principio, encontramos —aunque no hayan sido denunciadas— las mismas contradicciones y la misma incapacidad. La única alternativa posible —tanto para nosotros como para ellos—, consiste en encerrarse en el marco institucional, con la inevitable involución de un movimiento dinámico que se fija y cristaliza, o en intentar extender nuestra acción hasta la discriminación y la exclusión que la sociedad ha impuesto al enfermo mental. ¿Cómo no pasar del excluido al excluyente? ¿Cómo actuar desde el interior de una institución sobre lo que la determina y la sostiene?

Las discusiones, las polémicas y las notas recogidas en este volumen, tienen sólo este significado: el análisis de una situación que intenta sucesivamente una superación saliendo de su campo específico y que tiene el propósito de actuar sobre las contradicciones sociales.

La condición del psiquiatra, en la realidad que nos ocupa, es más evidente que otras en la medida que el contacto directo con la flagrante condición de violencia, de opresión y de abuso, es una llamada a la violencia en contra del sistema que los engendra y que los permite: y frente a esta realidad cada uno sólo puede ser cómplice o activista para su destrucción.

Esta actitud, radicalmente crítica en relación con lo que la ciencia ha hecho del enfermo mental, puede ser considerada a la vez como anárquica, puesto que se niega a autoetiquetarse, y como utópica, puesto que niega cualquier definición y cualquier clasificación. En todo caso, nos inclina a utilizar palabras como «revolución» y «vanguardia», a pesar de lo que puedan tener de vacías y de usadas en su significación. La misma dureza de la realidad en la que actuamos nos transmite esta violencia y nos sugiere e impone el uso de estos términos, en la convicción de que no estamos haciendo «literatura revolucionaria».

Esta obra no tiene otro objeto que ser el análisis de una serie de problemas, que no son únicamente problemas psiquiátricos, para demostrar de qué modo es posible una acción —bajo el peso de todas sus contradicciones—, en el interior de una institución de violencia, y, por otra parte, de qué modo esta acción nos remite a la violencia generalizada de nuestro sistema social.

Resulta demasiado fácil para el establishment psiquiátrico definir nuestro trabajo como falto de seriedad y de respetabilidad científica. Este juicio sólo puede halagarnos, puesto que a fin de cuentas nos asocia con toda la falta de seriedad y de respetabilidad atribuida desde siempre al enfermo mental, así como a todos los excluidos.

FRANCO BASAGLIA.

La institución negada: Informe de un hospital psiquiátrico
titlepage.xhtml
sec_0001.xhtml
sec_0002.xhtml
sec_0003.xhtml
sec_0004.xhtml
sec_0005.xhtml
sec_0006.xhtml
sec_0007.xhtml
sec_0008.xhtml
sec_0009_split_000.xhtml
sec_0009_split_001.xhtml
sec_0010.xhtml
sec_0011.xhtml
sec_0012.xhtml
sec_0013.xhtml
sec_0014.xhtml
sec_0015.xhtml
sec_0016.xhtml
sec_0017.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_000.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_001.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_002.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_003.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_004.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_005.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_006.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_007.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_008.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_009.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_010.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_011.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_012.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_013.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_014.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_015.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_016.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_017.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_018.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_019.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_020.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_021.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_022.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_023.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_024.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_025.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_026.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_027.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_028.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_029.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_030.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_031.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_032.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_033.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_034.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_035.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_036.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_037.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_038.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_039.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_040.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_041.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_042.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_043.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_044.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_045.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_046.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_047.xhtml