Vete, Gina, no tengas miedo, te queremos.
Te damos las gracias por todo lo que nos has dado y hemos aprendido.
Has sido inspiración y maestra.
Gina, bonita, perdóname si alguna vez no he estado a la altura de la situación. Y perdona a aquellos que no te han descubierto debido al miedo a la diferencia, a la enfermedad o al dolor.
Tú me has enseñado a no tener miedo, a entender lo importante en la vida: el amor con mayúsculas.
Vete, Gina, no tengas miedo, ¿no ves la luz de las almas? Serás libre de este cuerpo tan bonito que te ha encarcelado.
Canta, baila, salta, juega, porque por fin serás libre para hacerlo.
No tengas miedo, allí encontrarás a gente buena que te espera y te quiere. Ya te puedo imaginar con tu carcajada sonora haciéndoles felices.
Vete, guapa; ve, hija, seguiremos adelante, te lo prometo; honraremos tu memoria. Nos dejas un legado inmortal de once años de vida.
Vete, muñeca dulce, ve, Gina, no tengas miedo.
Yo ya no tengo miedo y te puedo acompañar y mirar a la muerte de cara y aceptarla como una celebración de la vida. ¡Gracias! Esto también te lo debo a ti.
Suéltate, bonita, yo te acompañaré, ahora ya puedo...
Gracias por todas las personas de corazón generoso a quien nos has acercado.
Ya queda menos, hija, no sufras, no sufras más. Estamos a tu lado, estaremos siempre.
Tú estarás en nuestro corazón, en mis manos, con tu perfume de muñeca de porcelana.
Tus hermanos te abrazan, te dicen adiós. También lo saben hacer.
Desfilan familia y amigos de corazón y te dicen adiós; como el abuelo, que te quería curar —pues eras su primera nieta— y ha tenido que aceptar que te morías.
Y tú dudas si irte o no, porque también ha sido bonita la vida, y cada minuto de tu vida ha valido la pena, hasta el último.
Pero ya no te queda energía, lo sé, hija, lo sé, y lo siento en el alma. Esta vez no te puedo pedir que te quedes, no lo puedo hacer. Tengo que dejarte marchar.
Prometí un día —hace ya tiempo— que respetaría tu decisión y que no te impondría una vida sin sentido ni conciencia. Y ahora, por fin, puedo cumplir mi promesa. Ve, Gina. Adiós.
Plegaria en la muerte de Gina. 18 de enero de 2014. Tanatorio Les Corts, Barcelona.