Progresó y triunfo eterno de la luz.
Entonces los hijos de la justicia iluminarán todos los extremos del mundo, de modo progresivo, hasta que se hayan consumido todos los momentos de las tinieblas.
Luego, en el momento de Dios, su sublime grandeza brillará durante todos los tiempos [siglos] para felicidad y bendición; la gloria y el gozo y el transcurso de días se darán a todos los hijos de luz.
Y, el día en que caigan los Kittim, habrá una batalla y una dura carnicería en presencia del Dios de Israel; pues será el día fijado por Él desde antaño para la guerra de exterminio de los hijos de las tinieblas.
Y aquel día se aproximarán para una inmensa carnicería la congregación de los dioses y la asamblea de los hombres.
Los hijos de la luz y la parte de las tinieblas combatirán juntos por el poder de Dios entre el estruendo de una inmensa muchedumbre y los gritos de los dioses y de los hombres, en el día del infortunio.
Y será tiempo de desolación para todo el pueblo redimido por Dios; y entre todas sus desolaciones no habrá ninguna semejante a aquélla.
Desde que se haya iniciado hasta que haya concluido para dar paso a la redención definitiva.
Y el día en que combatan contra los Kittim, les salvará de la carnicería en aquel combate.
Durante tres partes, los hijos de luz serán los más fuertes para arrollar la impiedad;
y durante otras tres partes el ejército de Belial responderá para que la parte de Dios se bata en retirada, y los batallones de infantería harán que el corazón se derrita, pero el poder de Dios fortalecerá el corazón de los hijos de luz.
Y en la séptima parte la gran mano de Dios someterá a los hijos de las tinieblas a todos los ángeles de su imperio y a todos los hombres de su partida.
Pergaminos de Qumrán,
La guerra de los hijos de la luz contra los hijos de las tinieblas.