Notas

[1] Todas las citas de El becerro de oro que aparecen en este libro pertenecen a la edición de Barcelona, El Acantilado, 2002, con traducción del ruso de Helena-Diana Moradell. (N. de los T.) <<

[2] La autora juega con la raíz alemana ost—, que llevan las palabras que designan el Este u Oriente, para hablar de la nostalgia de Europa oriental. (N. de los T.) <<

[3] Así empezaba el himno de la República Federal Socialista de Yugoslavia. (N. de los T.) <<

[4] Ninochka, la famosa película de Ernst Lubitsch, cuenta la historia del comunismo que cayó por la lencería y los sombreros ridículos. La película es de 1939, pero la historia sobre la caída del comunismo se confirmo más tarde en sucesivas ocasiones hasta su fracaso definitivo. Los americanos, antes de las elecciones de 1947-1948 en Italia, estaban bastante preocupados por la posibilidad de que los comunistas las ganaran. Hicieron una copia especial de Ninochka y la proyectaron en Italia. Aunque los comunistas se esforzaron por impedir el pase de la película, unos cinco millones de italianos consiguieron verla. Un obrero de inclinaciones comunistas dijo; What licked us was Ninochka! Estaba parafraseando la famosa frase de otra película de 1933: It wasn’t the planes that got him, it was Beauty killed the Beast. La película se llama King Kong. <<

[5] Capítulo primero, estrofa XXV. Traducción de Irene Tchernova, Madrid, Aguilar, 1955. (N. de los T.) <<

[6] En Croacia se publicó una reedición ampliada del diccionario de escritores de todo el mundo. Los editores decidieron incluir en el amplio campo de la literatura universal también a autores croatas, una cincuentena. La «universalidad» de los distintos escritores, es decir, la traducción de sus libros a lenguas extranjeras y su recepción en los entornos literarios extranjeros, no era un criterio relevante. Los criterios más importantes eran «la representatividad de la obra literaria» y la limitación numérica, es decir, el hecho de que «en algún punto había que parar», como dijo un editor de literatura croata, profesor de esa asignatura en la Universidad de Zagreb. Los severos emisores de visados para entrar en la literatura mundial no permitieron que los autores se definieran, sino que los dividieron según los grupos sanguíneos. Así, a Ivo Andrić no le permitieron seguir siendo un «escritor yugoslavo», sino que lo fraccionaron: según la nacionalidad (era croata), según el domicilio (era serbio) y según la temática de sus obras (era bosniaco). «Las literaturas nacionales no son organizaciones sindicales para que los escritores se afilien y se den de baja de ellas», declaró, enérgica y profundamente convencido de que la sangre no es agua, ese inspector que expidió los visados de entrada a la literatura universal a los cincuenta escritores, vivos o muertos. Otra editora fue más explícita definiendo su tarea, al expresar que se sentía como si hubiera llevado a cabo un «trabajo de domadora». <<

[7] En Croada surgió el popular eslogan ¡COMPREMOS CROATA! De la fórmula propagandística se esperaba que sensibilizara a los consumidores croatas, que los obligase a comprar productos nacionales, siendo el eslogan al mismo tiempo un corte de mangas a la Unión Europea (porque había aplazado las negociaciones para la admisión de Croacia en sus filas) e implicaba que todos los productos nacionales eran mucho mejores que los extranjeros (europeos). Así, el requesón con nata agria (que las campesinas de los pueblos cercanos traían a los mercados de Zagreb) se convirtió en un símbolo, en el corazón más auténtico de la «croatidad». En el año 2005 se invitó a ocho escritores croatas (hombres, por supuesto) a escribir libros que editó en grandes tiradas el periódico Jutarnji list y se anunciaron bajo la etiqueta ¡LEAMOS CROATA! Ninguno de los ocho seleccionados protestó contra la etiqueta, ni contra la selección exclusivamente masculina: es mejor vender como auténtico producto croata con gran publicidad y gran tirada que no vender nada. <<

[8] Estos «nuevos idiomas», que se convierten en lenguas literarias, están caracterizados por la interacción entre las distintas lenguas, o las desviaciones de la lengua estándar (por ejemplo el «Black English», el «Spanglish», el «Nuyorican»). El argot urbano de los adolescentes en los Países Bajos, por ejemplo, se llama «smurfentaal» o lengua de los pitufos (neerlandés popular plagado de palabras marroquíes, croatas, turcas, antillanas, inglesas y otras). También nacen nuevos dialectos, que se convierten con el tiempo en literarios: el chicano-español, el turco-alemán, el argelino-francés, el ruso-americano. El número de combinaciones es incontable. En la constelación lingüística posyugoslava, en la que la hasta hace poco lengua común, el serbocroata, fue suprimida y oficialmente dividida en croata, serbio y bosniaco, la variante subversiva del uso de la lengua sería en realidad la retro-variante: la lengua BCS (abreviación que los funcionarios del Tribunal de La Haya utilizan para el bosniaco-croata-serbio). <<

[9] Arjun Appadurai advierte en su libro La modernidad desbordada que las «formaciones posnacionales» no pueden ser definidas dentro del léxico de la lengua política existente, porque el «idioma que englobaría los intereses colectivos de muchos grupos de solidaridades translocales, de movilizaciones cross-border e identidades posnacionales aún no existe». <<

[10] Azade Seyhan, Writing Outside the Nation (Princeton University Press, 2001). <<

[11] Los cambios que experimenta la cultura europea del exilio son más explícitos en los ejemplos cinematográficos. En la película antológica de Franco Brusati Pan y chocolate (Pane e cioccolata, 1973), con el legendario Nino Manfredi como protagonista, existen dos mundos: el rico mundo occidental y el pobre de exiliados y emigrantes. Entre ellos no hay comunicación; al contrario, cada intento de acercamiento es fuente de situaciones tragicómicas. En el film Lamerica (1994), de Gianni Amelio, la frontera entre los dos mundos es aún más firme, por lo que el taxista italiano acaba en un barco de refugiados como albanés, sin esperanza de alcanzar la orilla italiana. En la película Contra la pared (Gegen die Wand, 2004), del director turco-alemán Fatih Akin, el protagonista, un turco-alemán, no habla turco y odia a los turcos. Entre Hamburgo y Estambul apenas hay diferencia. Tampoco existen diferencias entre los turcos y los alemanes. Como la «patria» ya no existe, no existe tampoco el «exilio», y por lo tanto tampoco es posible la vuelta a la «patria». La historia acaba con un absurdo regreso del protagonista a su lugar natal (y eso que él apenas es capaz de pronunciar el nombre del lugar, porque no sabe turco). La vuelta no está motivada por el deseo del protagonista, sino por un género que ha agotado su propio sentido. <<

[12] Predrag Matvejević, Razgovori s Miroslavom Krležom (Conversaciones con Krleža), 1969 <<

[13] Podemos encontrar la representación más clara de la transición en la instalación del artista albanokosovar Erzen Shkololli, que lleva el preciso nombre de «Transición». El tríptico de Shkololli se compone de tres pequeñas fotografías personales de tamaño carné. En la primera vemos a un niño vestido con el traje típico albanés, tocado con el gorrito blanco, y está tomada el día de la circuncisión del crío. En la segunda vemos al niño con el uniforme de los pioneros comunistas; alrededor del cuello el pañuelo rojo y en la cabeza el gorro de los pioneros con la estrella roja. En la tercera está el joven artista de expresión melancólica. Tras él hay un fondo azul y alrededor de su cabeza una aureola de estrellitas amarillas. <<

[14] Los viajeros de Croatia Airlines, si tienen suerte, encontrarán en el refrigerio que les sirven en el avión una galleta especiada, de la que se afirma que es una galleta tradicional croata. En la etiqueta está impreso un texto de Zvonimir Milčec, un escritor croata, que puede servir como ejemplo de la fabricación de una identidad nacional con fines mercantilistas: «Por sus ingredientes, miel, nueces y pimienta, la galleta especiada, como dulce tradicional croata, es en verdad contradictoria, similar a toda la historia croata: un bocado dulce picante para muchos apetitos extranjeros. Muchos son los conquistadores de fuera, a lo largo de los siglos, y en los nuevos tiempos los últimos agresores, que han ansiado este delicioso bocado, mezcla en la mejor proporción posible de Europa central y del Mediterráneo, arrancándole el barniz dulce y dejándonos a nosotros la realidad picante. Ahora, cuando por fin estamos solos “a la hora de la comida”, compartimos nuestra tradicional galleta especiada (a la que August Šenoa prestó atención en su novela El oro del orfebre) con los amigos e invitados con todos sus matices y plenitud. ¡Buen provecho!» <<

[15] Gran parte de la escena literaria femenina se caracteriza por la rápida asunción del discurso femenino (pseudo) feminista en cuya envoltura se venden contenidos misóginos y patriarcales. Los medios, en particular los periódicos de los países en transición, prefieren a las autoras que escriben sobre sexo sin restricciones, pero que al mismo tiempo se fotografían planchando las camisas del marido. Las escritoras son columnistas bien pagadas y no les preocupa la sospecha de que esos mismos periódicos están en manos de la mafia político-económica local. Apoyan el cinismo moral como fórmula de la conducta de éxito en el mercado a la par que el «sentimentalismo» (entrevistas llenas de detalles personales, emocionales, vinculados con los temas generales «femeninos», acompañadas de fotografías que confirman el estereotipo de «buenas madres, esposas y amantes»). Al afirmar la pseudosubversión mediante una conducta pública ambivalente, la articulación política falsa y el feminismo, las escritoras de la transición apoyan el statu quo y ridiculizan la posibilidad de un cambio político real. La escena literaria masculina utiliza las mismas estrategias, pero no se dedica a las manipulaciones de la identidad de género (porque su primacía no está amenazada), sino al autoposicionamiento en el mercado «ideológico» nacional. <<

[16] Me acuerdo de un alegre proyecto alternativo de los tiempos comunistas relativo a cómo liberarse de las kilométricas colas delante del mausoleo de Lenin en la Plaza Roja. La propuesta consistía en transformar el mausoleo en un reloj de cuco mecánico. Lenin saldría cada hora en punto fuera del mausoleo y así todos los interesados podrían verlo sin esperar. <<

[17] Antes de recorrer el museo de escultura comunista, visité en Budapest una gran exposición del movimiento disidente anticomunista, en su mayoría húngaro, checoslovaco y polaco. Y como si las cosas se equilibrasen por sí solas y al margen de las buenas intenciones de los autores de ambos proyectos, la exposición era casi igual de aburrida que el museo de escultura del realismo social. <<

[18] Uno de los detalles más cínicos de la cotidianidad de la transición croata está ligado a Goli Otok. En la isla abandonada se rodó en el año 2005 la película porno gay croata Rock Hard Man. El presidente de la Asociación Croata de Presos Políticos Víctimas del Comunismo presentó una airada protesta por la profanación de los «símbolos del terror comunista», añadiendo que los «sacrificios soportados en Goli Otok se habían hecho por una Croacia independiente». Esta declaración es uno de los muchos ejemplos de la actual «pornografización» de la historia, y desde esta perspectiva la idea de que la isla sirva como escenario para rodajes de películas porno gay parece del todo aceptable. <<

[19] El problema de cómo tratar su propio pasado se dejó en manos de cada país, o por lo menos es lo que parece. Según dicen, Hungría ha aprobado una ley por la cual se prohíbe el uso público de los símbolos del fascismo y del comunismo; la cruz gamada y la hoz y el martillo han terminado en el mismo saco criminal. Es muy probable que esta misma ley se apruebe también en otros países poscomunistas, incluyendo los que aún esperan la entrada en la Unión Europea. De este modo podría resultar que el único Estado que siga usando los símbolos de la hoz y el martillo sea la patria de Hitler. Austria tiene en su escudo nacional desde hace unos cien años la hoz y el martillo —el símbolo de los obreros y campesinos—, que además no están cruzados sino unidos en una única herramienta. <<

[20] Slavoj Žižek, Bauk još uvijek kruzi (El fantasma aún ronda), prólogo del Manifiesto Comunista (Zagreb, Arkzin, 1998). <<

[21] Slavoj Žižek, op. cit. <<

[22] De forma parecida a los Trotter, también el timador de ficción Ostap Bender se hace millonario, sólo que esto ocurre unas décadas antes y en un ambiente mucho más interesante.

«—¡Ya soy millonario! —exclamó Ostap con alegre asombro—, ¡Se han cumplido los sueños del idiota!

»Ostap se entristeció de pronto. Le sorprendió lo cotidiano de la situación, le pareció extraño que el mundo no hubiera cambiado en ese mismo segundo y que nada, absolutamente nada, hubiera sucedido alrededor […] Se sintió un poco aburrido, como Roald Amundsen cuando, al pasar en su dirigible Norge sobre el Polo Norte, el lugar al que había estado toda su vida intentando llegar, dijo sin entusiasmo a sus compañeros: “Bien, ya hemos llegado.” Abajo había hielo quebrado, grietas, frío, vacío. El misterio había sido desvelado, el objetivo alcanzado, no había nada más que hacer, salvo cambiar de profesión», Ilf & Petrov, El becerro de oro. <<

[23] «En la pobre ventana del taller de sellos y timbres casi todo el espacio estaba ocupado por placas esmaltadas con las inscripciones “Cerrado para comer”, “Descanso para comer de 2 a 3 del mediodía”, “Cerrado por descanso para comer”, simplemente “Cerrado”, “Tienda cerrada” y, por fin, una placa esencial, negra con letras doradas: “Cerrado por inventario”», Ilf & Petrov, El becerro de oro. <<