El secreto de Chiara

Un día la vio con un anillo mientras desayunaban en su apartamento.

—Este vale mucho… Me lo dio Marcel, solo por una noche de sexo y ha prometido darme más si… Oh, perdona, tú te sonrojas cada vez que hablo de sexo. ¿Será que tu novio tortolito no te enseñó nada?

Laura sostuvo su mirada.

—Sí me enseñó pero me molesta que digas esas cosas. Me da la sensación de que esa colección de joyas es…

No se atrevía a decirlo pero lo sospechaba. Chiara no salía con hombres muy ricos solo por regalos. Siempre eran joyas o regalos, dinero. Como si fuera una meretriz sofisticada.

—Dilo primita. ¿Crees que soy una ramera porque no solo poso en fotos sino que duermo con tipos para tener joyas? ¿Qué tiene de malo? Tantas tontas lo hacen por nada, gratis, durante años, trabajan de esclavas para maridos que no las valoran, ¿por qué no he de recibir un regalo? Además yo no cobro. Es que los hombres con los que salgo son muy generosos.

Laura no se creyó ese cuento.

—Pues a mí no me gustaría salir con un hombre, tener sexo y que luego me hiciera regalos.

—¿Y tú qué sabes? Estoy segura de que solo dormiste con Pietro. A ellos les gusta, son generosos, no son como los hombres comunes que no te regalan ni una rosa, ni una cartera, nada… ES bonito recibir regalos.

El teléfono sonó entonces y su prima salió, dijo que tenía que ir por una sesión de fotos. Fue tan descuidada que dejó el anillo y las joyas tiradas en la mesa. ¿Si eran tan valiosas para ella por qué las dejaba a la vista de todos? Laura no sospechó nada entonces, se dijo que su prima era así, siempre había salido con hombres de dinero, luego de ser una modelo famosa y antes pero…

Los días pasaron y dieron un paseo por Paris, recorrieron Versalles y los castillos de Loire y volvieron a ser dos como dos viejas amigas que se divertían y hacían bromas, disfrutando conocer esos lugares como dos turistas extranjeras.

Y mientras recorrían el castillo se acercaron dos jóvenes franceses para conversar pero Chiara los ignoró y Laura siguió sus pasos y ambas se alejaron.

—Esos franceses, son tan pesados como los tipos de nuestro país. Pretender ligar así en un lugar lleno de turistas. Deben estar locos.

Laura rió divertida, esos chicos no la perdían de vista y al volverse notó que la seguían.

Paris era un sitio tan magnífico y días después hasta pudo hacer un par de fotos y presenciar desfiles de cerca.

Laura se sentía como en otro mundo, todo era algo frívolo vivía de forma muy frívola: iban a desfiles, fiestas, eventos de moda pero también iban a los mejores restaurantes. 

Una noche, mientras iban a una discoteca volvió a ver a ese joven italiano llamado César Di Brunni. Volver a verlo despertó su interés, no porque esperara casarse con él como había insinuado su prima sino porque le gustaba… Y él parecía interesado en ella, tenía una forma de mirarla.

—Bueno, estás de suerte hoy Laurita—dijo su prima y le hizo un guiño.

Cuando él se acercó para saludarlas Chiara se esfumó, la dejó sola con el joven italiano. No podía creerlo.

Conversaron un momento y luego de beber unos tragos él la invitó primero a bailar y luego a la terraza donde la envolvió entre sus brazos y le dio un beso que la dejó sin aliento.  Fue algo precipitado, sin embargo ese beso arrebatado, intenso, la excitó y respondió a él sin darse cuenta.

—Aguarda, esperan, recién te conozco, casi… —protestó.

Él la retenía y besaba su cuello.

—Sí, es verdad, pero hace días que te veo con tu prima en el centro y me gustas—le respondió él.

Laura sonrió.

—¿Y crees que iré a la cama contigo hoy?

Él la miró con intensidad y también sonrió.

—Escucha preciosa, tengo un apartamento cerca de aquí dónde estaríamos cómodos. Soy muy generoso ¿sabes? ¿Te gustan los zafiros?

Laura palideció y se preguntó si ese hombre la había confundido con su prima o estaba  ebrio. Toda su idea de romance se evaporó al comprender que solo quería sexo y  ofrecía hacerle regalos.

—No, no me gustan las joyas, nunca he tenido algo tan valioso y si lo tuviera seguramente me lo robarían o me matarían para quitármelo.  Tampoco me iría a la cama con un hombre por dinero o por regalos. Me parece que me has confundido con otra persona.

Estaba molesta y también desilusionada pues ese joven le gustaba, le atraía y besaba tan bien.

—Perdona, no quise ofenderte, pensé que tú… Eras como tu amiga. Al menos las he visto ir juntas a todas partes con ropa llamativa y…

—Mi prima no es una cualquiera, solo es liberal y solo sale con millonarios, es verdad pero…—estaba cada vez más enojada.

Él sonrió.

—Tú eres algo ingenua ¿verdad? Ya veo. Por eso te trajo con ella, pero por si no lo sabes una mujer que duerme con hombres por dinero o por regalos es una ramera y tu prima lo es. Y de alto vuelo.  Uno de sus amigos le consigue las citas, es un trabajo extra que tiene. ¿No lo sabías?

Su primera reacción fue negarlo, llorar, y estaba tan furiosa que…

—Eso es mentira. ¿Por qué haría eso? Mi prima es una modelo muy famosa y gana mucho dinero.

Él se encogió de hombros.

—En la vida todo depende de lo que uno desee, todos dirán que es una chica moderna y liberada porque es famosa, pero quienes la conocemos sabemos qué haría cualquier cosa por un diamante. Tal vez ahora no gana tan bien como modelo o tenga deudas, además puedes ganar mil millones y gastar dos mil millones entonces…

—Me niego a creer eso.  Conozco a mi prima y…

—Tranquila, olvida lo que te dije muñeca, lamento haberme confundido contigo. De veras.

La forma en que se acercó y la envolvió entre sus brazos logró serenar su furia pues estaba al borde del llanto.

—Escucha pequeña, ten cuidado. El ambiente en que se mueve tu prima es muy complicado, riesgoso, una vez que entras en eso no puedes salir y no siempre los clientes se conforman con una noche de sexo. A veces golpean a las chicas y… Querrá meterte a ti, o le pedirán que lo haga. Las modelos que meten en eso lo ignoran pero pierden el control y… Ellos dicen que los clientes son hombres educados, ingenieros, millonarios que las tratarán como reinas pero son todas mentiras. Algunos querrán hacerlo con ella porque es hermosa y famosa, y no habrá problemas pero otros solo quieren… Fíjate en sus brazos, en sus muñecas, ella nunca lleva nada de manga corta y buscará siempre ocultar las marcas que esas noches han dejado en su cuerpo. Tal vez le ofrecieron un negocio limpio: duermes con hombres y recibes diamantes o cheques en efectivo, regalos, pero estoy seguro que no fue así. Y te cuento todo esto porque conozco el ambiente ese,  y tú podrías estar en peligro. Eres preciosa muchacha, y llamas mucho la atención y al estar en tan mala compañía podrías verte involucrada en situaciones mucho más complicadas que esta. Yo te invité a dormir conmigo y mi invitación sigue en pie, pero….

Laura lo miró furiosa y se apartó de él.

—Gracias por avisarme, lo tendré en cuenta.

En realidad no supo qué decir porque todas esas revelaciones la dejaron sin habla, impresionada y asustada. Al comienzo se negó a creerlo, porque pensó que su prima ganaba mucho dinero, ella era quién iba a veces a buscar sus cheques o se los depositaba en su cuenta.

Esos cheques se los dejaban en ciertos lugares: oficinas, empresas importantes, no eran como los que recibía de las empresas para la que trabajaba pues ellos le hacían giros de transferencia bancaria. Era imposible no saber esas cosas, vivía con su prima y ella le contaba todo, o casi todo…

Buscó a su prima desesperada y no la vio por ninguna parte. No estaba en la discoteca y no hubo rincón que no buscara.

La llamó a su móvil pero este se encontraba apagado. ¡Maldición!

Y mientras daba vueltas en la discoteca se le acercó un francés diciéndole cosas que no entendió pero no le gustó nada la forma en que la miraba.

Desesperada salió de la discoteca y al llegar a la puerta lo vio: al hombre que la había besado mirándola con esa expresión de “te lo dije, ves, tu prima la zorra está de cacería esta noche. Tiene un encargo”.

—Ven, si quieres te llevo a tu casa pero no insistas, no regresará hasta dentro de una hora o dos.

Laura vaciló, no quería ver a ese hombre ni en figurita como decía el refrán pero diablos, lo necesitaba, se sintió desesperada y perdida, no sabía cómo volver a su casa.

Así que aceptó subirse a su auto pero lo hizo muy tensa y asustada.

Él no dejó de notarlo y sonrió mientras encendía un cigarro y ponía en marcha el costoso vehículo.

—Bueno, ¿a dónde te llevo muñeca?—preguntó.

Ella lo miró aterrada.

—Al apartamento de mi prima, por favor.

Él sonrió.

— ¿Y dónde vive ella?

La joven enrojeció y dijo un nombre, no estaba segura pero…

—ES que siempre me llevaba ella a todas partes, íbamos en su auto o en taxi y yo no soy de aquí, llegué hace tres semanas—le confesó.

Él acarició su mejilla sin dejar de mirarla con intensidad.

—Tranquila, no voy a secuestrarte, te pregunté porque no sé dónde vive tu prima, primor. Nada más. Pero buscaré ese lugar que dices y tú debes prestar atención cuando te avise.

Se hizo un breve silencio y mientras la joven miraba las hermosas calles de Paris lloró. No podía creerlo, no quería hacerlo, su prima era … Bueno, ella no juzgaba a las mujeres que ejercían el viejo oficio, en todas partes había chicas jóvenes ejerciendo ese viejo oficio, eran obligadas o lo hacían porque querían ganar dinero fácil y rápido, pero en realidad no se podía saber nunca qué llevaba a las mujeres a prostituirse. No era algo grato, porque ese hombre decía la verdad, no siempre querían sexo, a veces sí, pagaban por sexo para no involucrarse sentimentalmente con una mujer. Pero su prima no… No podía creer que lo hiciera por regalos y joyas, y demonios, tenía montones. Debían valer una pequeña fortuna.

—Escucha, ¿tú me has dicho toda la verdad sobre mi amiga? ¿Cómo es que sabes tanto de su vida y de que hay alguien que le consigue esos clientes? Es una mafia, eso es…

—Lo sé preciosa porque yo también pago por sexo y si me gusta y me siento cómodo con la chica me la quedo un tiempo. No me agrada estar cambiando, prefiero una relación estable y duradera. Pero sí he pagado fuertes sumas por dormir con una chica hermosa y cumplir mis fantasías.

Esas palabras se oían brutalmente sinceras y a Laura le costó digerirlas y tragó saliva.

—Por eso sé que tu prima estaba en eso, en el catálogo de modelos hermosas que pasan una noche contigo por un collar de diamantes.  Y seguramente querrá que tú también lo hagas, por eso te trajo aquí.

Laura sintió que su corazón latía con fuerza.

—Escucha una cosa, mi prima me trajo para ayudarme porque seré pobre pero nunca dormiría con un hombre in por un collar de diamante ni por ningún regalo, ¿entiendes? Y mi prima no sería capaz ni yo permitiría que me involucrara en este asunto.

Él detuvo el auto de golpe y la miró.

—Me temo que es algo tarde para eso preciosa, ¿quién crees que me dijo que hoy irían a esa discoteca para poder acercarme a ti y…?

La jovencita palideció y lloró cuando ese hombre la atrapó y comenzó a besarla con desesperación. Estaba furioso, lo habían engañado, llevaba dos semanas viendo a esa chica y a pesar de no formar parte del catálogo de modelos que ofrecían servicios sexuales la quería probar. Era tan dulce, tan tierna, su olor, su piel y esa boca roja que quería devorar…

Pero al ver que se resistía y lloraba se contuvo. No iba a forzarla, no era un pervertido.

—Tranquila muñequita no soy un sátiro, solo quería besarte… Eres tan bonita, tan tierna… Y lamento mucho que tu prima te engañara.

Ella secó sus lágrimas y miró a su alrededor aturdida y asustada. No sabía dónde estaba y saber que ese hombre dormía con chicas por dinero y las conservaba un tiempo le provocó un escalofrío.

—Escucha, yo no voy a dormir contigo por dinero ni por joyas, así que por favor… Quiero regresar al apartamento de mi amiga.

Él demoró en responderle pensando que habría pagado el doble solo por tener sexo con ella en el auto, mierda, sentía su miembro erguido y furioso, ansioso de devorarla toda.

—Tal vez no sea buena idea preciosa, que regreses con tu prima porque ella… Intentará venderte a otro como lo hizo conmigo. Yo le pedí ayuda y le prometí un regalo si me ayudaba a convencerte de que lo hicieras conmigo una noche.

Laura lo miró con fijeza, ese hombre no dejaba de sorprenderla, ¿qué más iba a pedirle, a decirle esa noche?

—¿Venderme?

—Sí… Ya lo hizo antes… Ya se ha traído otras amigas de Italia, jóvenes, bonitas, que estuvieron un tiempo aquí y en Londres, consiguen un buen dinero y se largan y ella se cobra su comisión. Y créeme, eso da mucho más dinero que dar vueltas en una pasarela. Pero hay más, si te trajo aquí es porque alguien le pidió una joven sin mucha experiencia, quienes pagan tienen gustos variados. Y ahora hay mucha demanda de chicas vírgenes o que no han salido con muchos hombres, son recatadas, así como tú.

—Yo no soy virgen, ni tampoco…

—¿No? ¿Y cuántos novios has tenido? Uno, dos…

—¿Y a ti qué te importa?

—Tu prima dijo que solo tuviste uno y que lo dejaste hace poco.

—¿Ella te estuvo contando cosas de mí?

—Sí… Es que te vi un día en un centro comercial y me gustaste mucho y quise saber cosas de ti. ¿Qué tiene de malo? Pensé que sabías a que venías y que serías como las otras: harías un dinero y luego regresarías a tu país.

—Pero ella jamás me dijo eso, de haberme hecho una propuesta semejante me habría negado.

—No te engañes bebé, no lo hagas. No hay nada abnegado ni desinteresado en Chiara, todo lo hace por dinero, todo… Y no importa si pasan los días, las semanas, querrá presentarte millonarios para que se enamoren de ti y se casen contigo, eso te dirá. Novios ricos… Y algunos pagan por tener una novia comprada un tiempo y hasta se prestan para montar la farsa.

Laura estaba llorando, no podía creerlo, debía marcharse cuanto antes de esa ciudad, tomar sus cosas y largarse. El paseo por las nubes se había convertido en un viaje al infierno.  Y ella había sido más que una tonta al tragarse toda esa historia de que sería modelo publicitaria. Una pantalla para llevarla a otro negocio mucho más sucio llamado prostitución vip. No era tan ignorante, sabía que existía esa prostitución de alto vuelo, que algunos hoteles de categoría ofrecían otros servicios destinados a hombres que solían viajar y permanecer en congresos. Que había modelos, actrices y otras mujeres involucradas que…

Sintió deseos de llorar y lo hizo, no  pudo evitarlo. Estaba triste y furiosa y se sentía una estúpida, había viajado creyendo que su prima quería ayudarla, y que … Pues había creído que en realidad necesitaba compañía pues se sentía sola al viajar de un sitio a otro pero en Paris no la había visto trabajar casi, solo unos días. Todo había sido dar paseos, comer en restaurantes caros y salir con hombres, bueno ella había salido casi todas las noches y luego dormía hasta tarde, y más de una vez se preguntó si además ingería alguna sustancia.

La voz de ese hombre la despertó.

—Lo lamento mucho, pensé que sabías… En realidad debiste notar que tu prima se prostituía, tiene muchas joyas, nunca te habló de…

Laura secó sus lágrimas y lo miró.

—Deja de llamarme de esa forma, no soy tu muñequita de placer que se venderá a ti por regalos ni por dinero. Y sí, yo sabía que mi prima salía con hombres de autos caros y que le regalaban joyas pero le creí cuando dijo que eran generosos. Jamás pensé que ella en realidad dormía con ellos por dinero como una cualquiera. Y no entiendo por qué lo hace… Le pagan mucho en esas firmas para las que trabaja y no…

—Es una mafia preciosa, una vez que entras… Buscan la manera de que te quedes. Ella no entró sola, alguien le consigue las citas y hay otras metidas en esto, te sorprendería conocer los nombres.

—¿Y tú por qué debes pagarle a una chica por sexo? ¿No puedes buscarte una novia que te ame como hacen los hombres comunes? Una relación estable estos días es crucial, pues quisiera saber si esos hombres usan protección y si ellas lo exigen, porque hoy día hay muchas enfermedades de trasmisión sexual además del sida.

Él sonrió tentado al oír esas palabras.

—Yo siempre me he cuidado bebé, conmigo estarías a salvo, pero sé que es verdad lo que dices. De todas formas hay cierto control sanitario de que las chicas son examinadas, y se les realiza exámenes antes de meterlas en esto. Por eso tu prima se trajo unas amigas hace tiempo. No lo hizo por abnegación sino porque la demanda había crecido y ella no podía cubrirla o porque otros la obligaron.

—¡Qué bien! Estoy empezando a comprender que fui engañada, que soy una completa imbécil y que mi prima es mucho más malvada de lo que pude siquiera imaginar un día. Y que tú tal vez seas de los que buscan chicas para ofrecer a sus amigos millonarios. Sabes demasiado de todo este negocio para ser un simple cliente.

Él la miró con una sonrisa. Le gustaba mucho esa chica, era tan inocente, tan dulce y a su vez esos labios, se moría por besarlos.

—Bueno es que pagar por sexo es algo riesgoso bebé, lo es. Y por eso uno debe saber dónde se mete. No soy tan estúpido de llevarme a la cama a una chica de la calle, por eso al enterarme de este servicio tan exclusivo y cuidado… Porque el negocio está bien armado aunque suene algo cínico. Y el tema de cuidarse va en cada uno, si eres imbécil pillarás una enfermedad y sé que las chicas no siempre pueden elegir, porque no todos los tipos son tan considerados ni… Fue lo que te dije al comienzo. No pagan tanto dinero solo por sexo, quieren algo más, a veces quieren dos chicas, y…

No quiso dar más detalles, había hablado demasiado y esa chica estaba aterrada.  Así que arrancó el auto y la llevó al apartamento de su amiga. Sabía bien dónde era, solo se hizo el tonto para ganar tiempo y ver si esa noche podría conseguir algo más. Pero era claro que la chica era inocente, pues la había tentado de muchas formas esa noche y no fingía, estaba seguro de eso, era tan distinta a su amiga. Tal vez por eso le atraía y le gustaba tanto, llevaba tiempo mirándola, siguiendo sus pasos y…

—Llegamos preciosa.

La joven miró el edificio con alivio pero no sabía si alegrarse o gritar. No se quedaría una sola noche más en ese apartamento.

—Aguarda… ¿Qué harás ahora?

Ella se detuvo y miró a ese hombre, le gustaba, le atraía, la forma en que la besaba pero saber que había pretendido pagarle por sexo la había dejado fría al comienzo y luego… Se sentía desilusionada. Su primera cita con un hombre y terminaba descubriendo que su prima se prostituía y no solo eso: la había llevado para que ella también se “uniera al negocio” y claro, entonces podría ganar mucho dinero.

Recordó esas charlas tan alegres en las tardes, o cuando iban a almorzar y comprendió por qué su prima no quería saber nada de tener una relación estable. Sin embargo al recordar a esa prima con la que jugaba de niña se horrorizó. Ella nunca habría hecho eso. Era orgullosa, y es verdad que siempre había sido interesada, desde la adolescencia que solo salía con chicos guapos y ricos pero…

—Aguarda… Si quieres puedo ayudarte.

De nuevo ese hombre tan servicial y “caballero” que le había robado un beso apasionado y…

—No gracias César, veré qué hago después, pero lo más seguro es que luego de que le diga un par de verdades a mi prima regrese a mi país.

—No te vayas… Quédate. Voy a echarte de menos bebé. Tal vez no… Tu prima no va a obligarte a hacer nada que tú no quieras.

—Me iré de todas formas. Y lo haré mañana a primera hora y te agradezco por haberme abierto los ojos. No eres tan malo como pareces en realidad, solo que sigo sin entender por qué un hombre guapo y rico como tú no se consigue una novia. Estás algo crecido para hacerte el playboy soltero codiciado. Además te diré algo más, algo que tal vez te haga reír: pero por más que busques tener sexo de mil formas, y le pagues a las chicas para que duerman contigo y cumplan todas tus fantasías nunca te sentirás satisfecho.  

—¿De veras? ¿Y por qué lo dices?

—Porque no has conseguido que una mujer se quede contigo y te ame. Solo has ofrecido dinero como si no supieras dar nada más. Crees que todo puede comprarse sí, pero por dentro debes sentir un vacío a veces… Tal vez ahora no porque eres joven y no han de faltarte mujeres, pero con los años descubrirás que algo te falta.

Laura calló de repente al ver que él sonreía burlón, se burlaba de su pequeño discurso moral.

—Tienes razón, no sé por qué pierdo el tiempo diciéndote estas cosas, estoy segura de que para ti es hablo en chino. Mejor me voy que tengo cosas más importantes que solucionar esta noche. Gracias por traerme y por abrirme los ojos, fue un acto muy generoso de tu padre y algo insólito porque…

No terminó la frase, ni escuchó sus últimas palabras, sacó las llaves del edificio y entró. Ahora sabía que vendría lo peor. Enfrentar a su prima y tener una pelea de campeonato al estilo circo romano. Bueno era inevitable porque estaba furiosa, tan furiosa con ella como consigo misma.

“No puedes ser más estúpida eh? Te hacen el cuento de que te convertirás en modelo publicitaria y ganarás mucho dinero, viajarás y terminas en Paris, acosada por un millonario que cree que dormirás con él por dinero. Y luego te enteras de que en realidad tu prima que siempre fue algo frívola y muy egoísta, esa prima que durante años jamás estuvo presente en las navidades de Casa Bella, solo te llevó de viaje para que te unieras al negocio.

Bueno ella no llegó a decirle eso de forma explícita pero sí le contó que los hombres con los que salía eran muy demandantes.

Una tarde mientras miraban tele en el apartamento mencionó algo de los gustos de uno de ellos y sintió asco porque… Bueno, ella no sabía nada de esas prácticas sexuales tan salvajes de ser atada, quemada con cera y luego penetrada durante horas por un millonario que tomaba Viagra para que su miembro fuera una roca y resistiera más.

“¿Qué horror eso Chiara, cómo lo soportas?” le había dicho.

Su prima la había mirado con una sonrisa forzada.

—Y eso no es nada… También lo he hecho con él y sus amigos y creo que soy muy puta porque me gustó, fue la mejor experiencia de mi vida.

Laura se horrorizó pero luego su prima hizo algo extraño, se rió a carcajadas y lo negó todo.

—¿Y tú te lo creíste, boba? Vamos, esas cosas solo pasan en las novelas eróticas, a ningún hombre le gusta compartir su hembra.

Eso había dicho y entonces se sintió aliviada.

Ahora se preguntaba si no sería verdad, porque como le dijo ese millonario “ellos no siempre se conforman con sexo tradicional” y ella sabía que era así, lo había escuchado en una documental y…

Mientras entraba en el apartamento se dijo que mejor sería no discutir y largarse. Odiaba pelear, discutir, y a pesar de que se sentía enferma de rabia en esos momentos tampoco estaba segura de que todo fuera verdad.

Tal vez salía siempre con el mismo y le hacía regalos.

Sin embargo César le dijo que Chiara había llevado a otras amigas y que estas se quedaron un tiempo y luego…

El apartamento estaba oscuro y silencioso, no había rastros de su prima ni… sin embargo algo llamó su atención: la portátil estaba encendida, como si ella hubiera olvidado apagarla cuando salieron.

No le gustaba espiar pero en esos momentos y con la angustia que sentía se acercó y corrió a ver qué mails había mandado.

Allí estaba su correo con el nombre legalmente rubia como esa peli que tanto le gustaba. Siempre miraba comedias y ella que solía mirar policiales se divertía con esas películas.

El correo de su prima tenía un montón de mensajes sin leer, algunos eran de la empresa Orleans, y otros de… Eran un montón pero comenzó a abrirlos, debía saber si era verdad toda esa historia porque aún entonces tenía dudas. No se fiaba de ese sujeto. ¿Y si le había mentido?

No,  ¿para qué le mentiría él? Lo raro es que se fiara de ella para decirle la verdad, tal vez le tuvo lástima y quiso hacerle un favor.

Cuando abrió un correo marcado como importante sintió un vuelco al ver un fideo más que erótico en realidad de una joven rubia y alta que… Chiara estaba en esa filmación y aparecía con su vestido azul de seda tan hermoso de fiesta justo y largo y un hombre vestido de traje y cabello oscuro se le acercaba por detrás y besaba su cuello.

No era una película, se veía como un video casero y… de pronto vio que él le obsequiaba un collar de diamantes y su prima sonreía encantada mirándose en el espejo. Casi parecía una escena romántica, ella reía, se besaban y conversaban pero el audio se escuchaba muy bajo. Así que no entendió bien qué decían pero lo primero que rompió el clímax fue que él se sentara en el sillón y le dijera algo.

Chiara se desnudó y lo hizo con cierta práctica, gracia,  moviéndose despacio como si… Tuviera mucha práctica haciendo streap tease.

El desconocido la miraba con deseo  y de pronto se quitó la camisa y se abrió el pantalón liberando un inmenso miembro rosado erecto, tan grande que ella gimió al verlo. Nunca antes había visto algo así. Bueno, solo había visto desnudo a su novio y él era normal, pero…

“Ven aquí perra, no te detendrás hasta que yo diga” dijo ese tipo. Eso sí se oyó clarito.

Y su prima ya desnuda se acercó y se arrodilló y lo que vio fue que ese hombre sujetaba su cabeza sin ninguna delicadeza como si temiera que ella pudiera… No, lo hacía para que…

Su prima protestó y ella sintió que toda la excitación al presenciar una escena de sexo tan cruda se evaporaba al comprender que no era nada cómodo para ella ni para ninguna mujer poder engullir esa enormidad.

Pero a ese desgraciado no le importaba y se deleitaba viendo cómo Chiara contenía las ganas de hacer arcadas y succionaba como podía ese inmenso miembro y no… Bueno, lo usual era detenerse. Eran juegos eróticos, ella también lo había hecho con su ex, no al comienzo claro, pero durante casi seis años de novia sabía algo de sexo.

Pero ese tipo no quería detenerse y era bastante rudo y no pudo seguir mirando, se sintió enferma de saber que todo era verdad y que su prima soportaba ese horror por dinero y….

¿Por qué lo hacía? Tan poco valoraba su cuerpo, su integridad, su salud… Porque a ese tipejo inmundo no lo vio calzarse un condón y…

¿Quién le había enviado ese video que era de más de una hora?

El remitente tenía un nombre extraño y decía: “para que veas que no te olvido principessa, y si no quieres que ponga este video online vendrás hoy como te dije, eres muy buena en tu oficio cariño”.

Un chantaje, ahora entendía y ese mismo le había enviado otros videos y la fecha era… Había sido enviado hacía tres días y los otros…

La acosaba y obligaba a regresar, era un desgraciado pervertido.

Pues debía ir a la policía y denunciarlo.

De pronto empezó a ver a su prima con pena. Tal vez lo hizo por joyas algunas veces, pero uno de esos había comenzado a chantajearla.

Mientras investigaba los otros e-mails notó que alguien llamado Marco Gallery le enviaba mensajes extraños también.

Todos los mensajes tenían una fotografía de un hombre y la hora, el día de la cita y la paga que era siempre similar: diamantes o dinero en efectivo y uno de ellos había ofrecido doscientos mil euros por una noche de sexo.

Así que ese Marco era el contacto.

Un proxeneta muy amable, le enviaba la cita, lo que pedía el cliente… y luego al final un mensaje de “que te diviertas preciosa, sé que lo disfrutarás”.

¿Y qué respondía su prima esos mensajes?

No eran mensajes que recibiera a diario, eran espaciados y mientras investigaba notó que el primero de los mensajes se remontaba a dos años atrás y decía.

“Luego de lo conversado te envío tu primera cita.

Solo sexo tradicional, nada raro y tendrás una excelente paga. Pero deberás acompañarlo durante dos semanas, es extranjero y…

Dos semanas de sexo vainilla decía, y a cambio, el premio sería un auto deportivo rojo, un Lamborghini, el que tenía y usaba por todas partes. Una estupenda máquina.

¿Se habría comprado el apartamento también con sexo?

Chiara no respondía más que con un “O.K. allí estaré” pero  en los últimos mensajes decía:

“Marco creo que no podré seguir en esto, estoy enferma  y ya no disfruto y luego de pasar por ese maldito no… Te pedí que me lo sacaras de encima por favor, no lo soporto más. Haz algo, moviliza a tus matones, vamos, te he hecho ganar dinero, es lo mínimo que me debes.”

Laura sintió un escalofrío. ¿Su prima estaba enferma? Jamás lo había mencionado aunque sí la había notado algo pálida esos días y como cansada.

Su “amigo” le respondía en un e-mail. “Habló con mis hombres, no volverá a molestarte. Te lo prometo. Tendrás un retiro digno preciosa, lo mereces pero antes… Un último favor. Solo consigue una chica joven y bonita, inocente y que no sea ramera. ¿Entiendes, verdad? Hoy día nadie quiere pillarse una enfermedad, buscan chicas comunes, bonitas y atractivas pero decentes. Ya lo hemos hablado, solo tráeme una chica y ese desgraciado no volverá a molestarte.”

Y el siguiente mensaje de su prima a ese mafioso decía. “ya la traje pero no será sencillo convencerla, haré que trabaje de modelo pero… Es como querías ¿verdad? Cumplí mi parte y estará lista en unas semanas, cumple tú tuya y quítame a este maldito de encima o juro que iré a la policía. No puedo más.”

Ahora entendía todo, ella estaba desesperada porque uno de esos tipos la chantajeaba pidiéndole sexo a cambio de no mostrar sus videos íntimos, y su agente por llamarlo de alguna manera, prometió ayudarla y aceptaba que se retirara a cambio de que llevara a una chica. Una pueblerina tonta que se creyera que iba a ser modelo y ganaría mucho dinero en poco tiempo. Un pequeño atajo para llegar al… Infierno.

Las letras bailaron en el mail. Ella era esa chica, quien estaba destinada a ser la reemplazante de Chiara, una ramera que haría todo por una paga grandiosa.

No, demonios, nunca haría eso. Debía escapar de ese lugar.

“Hola preciosa, llegas temprano hoy. ¿Por qué no contestabas el móvil?

Alguien hacía una video llamada y le hablaba a través de la portátil. Mierda, no debían encontrarla en ese apartamento, ni en esa ciudad. Nunca.

Mark Hollern. Vio su foto y fue como si viera al diablo. Un tipo joven, con aspecto de nórdico tal vez noruego, guapo, atractivo, sonriente y apoyado en su porche azul. La imagen de la opulencia, guapo, bien vestido… Pero ella sabía que quién era él y a qué se dedicaba. Había esclavizado a su amiga, la había prostituido durante años, tenía contactos, millonarios interesados en alquilar chicas por una noche, una semana… porque algunos querían algo más que una noche.

“Hola Chiara, acabo de deshacerme de un estorbo pero sabes qué quiero a cambio ¿verdad? Quiero a la chica. ¿Laura no es así? Llévala esta tarde al centro de Paris, simularé un rapto… Creo que necesita algo de entrenamiento.

Cerró la portátil temblando y gritó. Debía salir de ese apartamento ahora, no esperaría a su prima, ella la había vendido, la tenía empeñada como si fuera una de sus joyas, y la entregaría a cambio de librarse del cretino que la chantajeaba.

Desesperada juntó sus ropas, sus pertenencias y su pasaporte, su documento de identificación. Y también algo de dinero. Debía llamar a la policía, en esa notebook estaba todo, todas las pruebas y si ella era entregada a la mafia o secuestrada…

Mientras juntaba todo sonó el teléfono.

Tembló pensando que era ese vikingo desgraciado, ni loca iba a atender.

Luego sonó su móvil.

Chiara estaba llamándola. Su prima. No podía creerlo.

Bueno, entonces no había desaparecido, estaba viva, por supuesto debió planearlo todo.

Quería salvar su pellejo, salvarse y para ello debía entregarla, sacrificarla. Como si le debiera algo…

No atendería. Debía salir de ese apartamento.

Pero de pronto recordó las palabras de ese hombre.

“Tráela en la tarde al centro, simularemos un rapto”.

Debía llamar a la policía pero ¿qué teléfono tenía en ese país?

Miró la notebook y se dijo que debía llevarla consigo porque allí estaba todo. No podía fiarse de Chiara, ella la había metido en ese lío, la había vendido a la mafia. Lo había hecho para salvarse. Mierda, ¿qué importaba eso? Ahora ella debía salvar su pellejo y escapar de ese país, pero primero debía ponerse a salvo.

Su móvil volvió a sonar y no pensaba atenderlo, sin embargo vio el número y tembló, no lo conocía y se preguntó si no sería ese vikingo diabólico que ahora sabía dónde encontrarla.

Casi se vuelve loca de la angustia, y no hizo más que ir de un sitio a otro y hasta llegó a asomarse a la ventana para saber si había alguien allí. Esa hermosa vista de Paris, con las luces de la ciudad, ¿cómo podían ocurrir esas cosas en una ciudad tan bella y con tanto encanto? Habían vivido unos días de ensueño, había conocido lugares maravillosos y ahora…

La calle estaba desierta sin embargo algunos autos circulaban por la avenida pero sabía que las oficinas estarían cerradas y ni siquiera sabía si podría llegar a la delegación más próxima.

Pero ese Mark había dicho que la esperaban ese día en la tarde, y no sabía que ella lo sabía todo y pensaba escapar. ¿Habría llamado a su prima para recordárselo preguntándole por qué había cerrado la portátil de golpe? Chiara debió decirle que ella no estaba en el apartamento…

Por eso la llamó.

Ella debía saber que había alguien en su casa, y que la cita con ese millonario no había resultado como esperaba. César… Tal vez habló con él y ahora…

Debía conservar la calma.

Salir de ese apartamento cuanto antes porque si su prima la encontraba la retendría, ella era parte de toda esa mafia. Si lo hizo por dinero, porque la obligaron o porque le gustaba tener sexo de esa forma… Pues tenía dinero mierda, podía comprarse las joyas que quisiera.

Se estremeció al recordar ese horrible video. Ella había consentido, era como una de esas películas condicionada que miró alguna vez con sus amigas a escondidas.

¿Cómo se podía caer tan bajo? Llevaba años haciendo eso, años esclavizada por ese nórdico y sospechó que…

Unos golpes en la puerta le provocaron un sobresalto.

—¡Abre la puerta! Abre, soy yo… Chiara.

Había regresado, estaba perdida. Mejor sería fingir que no estaba… Había echado los cerrojos pero…

Vio como giraba el picaporte y su prima intentaba entrar.

—Abre tonta, vine ayudarte. Por favor. Debo llevarme mis joyas.

Al sentir la desesperación de su voz tembló. Ella quería escapar. Claro y la entregaría a ella de prenda.

Mejor sería fingir que no sabía nada.

Imposible, estaba furiosa y tenía un montón de cosas que decirle.

Pero la voz de su prima se ahogó en lágrimas, estaba desesperada y de pronto recordó que durante mucho tiempo ese desgraciado la había chantajeado para que fuera a sus citas.

Y de pronto abrió la puerta y la vio llegar sin el saco y con los brazos llenos de marcas. Lloraba y estaba tan desesperada como ella pero era capaz de exteriorizarlo.

—¿Por qué te encerraste? No me digas que César abusó de ti y te asustaste porque no te creo. Además… Escucha, estoy metida en un lío y debo irme esta noche. Me llevaré las joyas y te dejaré dinero para que regreses a Italia en el primer vuelo. No puedo decirte más.

Esas palabras le dieron alivio.

—¿Regresar a Italia? Nadie abusó de mí pero ese hombre pensó que tendría sexo por dinero como tú—la acusó.

Chiara buscaba sus joyas y sin contabilizarla las guardó en su cartera que se apuró a cerrar. Vaya, era la primera vez que la veía cerrar su cartera, siempre la llevaba abierta.

—Bueno, él es así. Le gusta pagar, ¿qué tiene de malo? Pero eso no importa ahora Laura, no importa. Estoy salvándote porque todo esto no es lo que tú crees.

—No, no lo es. Acabo de ver todo en tu portátil prima y no podía creer que… Ese hombre Mark, llamó recién para recordarte tu promesa. Dijo que ya se deshizo del hombre que estaba chantajeándote.

La cara de su prima cambió.

—Bueno, ya lo sabes…

— ¿Y ahora me ayudarás a escapar? Estuvieron llamando por teléfono, ¿con quién escaparás?

—Con un hombre claro, uno de mis primeros clientes.  Podría decirse que es como un novio y va a ayudarme, pero para eso tengo mis joyas, son mis ahorros.

—Tú no tienes novio, nunca lo mencionaste.

—¿Qué importa eso? Lo importante es salir de este país cuanto antes.

—¿Y me dejarás aquí para que me atrapen?

—No… Le pedí a César que venga a buscarte a las nueve. Para que veas.

—¿César? ¿Y cómo sé que él no es parte de esto? Tú me trajiste con el cuento de que me ayudarías, no tenías obligación de hacerlo y pensé que habías cambiado y sentías pena por mí.

Chiara puso seria.

—¿Y  por qué crees que le pedí a César que te cuidara?

—¿Cuidarme? Querías que durmiera con él  por dinero, arreglaste esta cita.

—Escucha, conozco a César, es un buen hombre y tú le gustas, está bobo por ti, intenta usar eso en tu beneficio, no lo rechaces porque si algo sale mal será mucho mejor meterte en la cama de César y no con los clientes de Mark. Y además… Escucha, no tengo tiempo de explicarte, he hablado con César, él te lo explicará, ahora debo irme ¿entiendes? Y me iré muy lejos. Pero tú quédate aquí, no me sigas ni… Aquí estarás a salvo, no salgas del apartamento, cierra todo con llave y no temas. Este edificio es muy seguro.

—¡No, no quiero quedarme aquí, por favor! ¡No me dejes aquí! Tú me odias. Hiciste todo esto para poder escapar.

Su prima cerraba la puerta cuando retrocedió.

—No seas tonta, no te odio, lo hice porque me obligaron. Tú no sabes, no entiendes nada. ¿Has mirado los videos de la portátil? Escucha no tengo tiempo para contarte cómo fue todo pero al comienzo no era así, era divertido, me gustaba.

—Pero tú tenías fama, y ganabas mucho dinero.

—Nunca fue tanto dinero, me lo gastaba además y yo quería más. Pero sí, fui una idiota no me di cuenta de que era una mafia ¿comprendes? Ese hombre que viste tiene una agencia de modelos y es un tipo muy respetable, en apariencia, pero… Lo lamento fui una estúpida y ahora… Sé que deberé cambiarme el nombre y desaparecer y no volveremos a vernos ni… Nadie puede encontrarte porque si te encuentran… Tú no eres como yo, no resistirás Laura y yo no… Yo pedí tiempo porque estaba acorralada, no quise hacerlo pero si no lo hacía ese hombre nunca me dejaría escapar.

—Y ahora yo quedaré en tu lugar y…

—No, tranquila, eso no pasará. César te ayudará, confía en él y escucha, si te pide algo a cambio ni lo pienses. Estás metida en esto y si intentas… Ni se te ocurra denunciar a ese hombre porque tiene un grupo de matones bien entrenados y si algo no sale bien, no dudarán en matarte. Y cuando se entere que me fui entrará en mi portátil y la jaqueará, no lo dudes.

Y sus últimas palabras fueron. “Ahora descansa, intenta dormir algo porque mañana te lo pasarás en viaje. Regresarás a Italia pero nadie sabe que viajarás con César. No te arriesgues a irte sola y deja de pensar como Laura, piensa como lo hice yo durante mucho tiempo: no importa lo que debas hacer, lucha por vivir, porque esta vida es una sola y perdóname… Yo te metí este lío pero no lo hice por lo que crees, nunca iba a entregarte a ese tipo, te traje porque me sentía sola y estaba angustiada… Ese maldito no dejaba de chantajearme y…”

En esos momentos la odió porque pensó que mentía para disculparse, para intentar arreglar las cosas, pero no le creyó ni una palabra. Sin embargo si César la ayudaría porque ella se lo había pedido, si lograba escapar de ese país…

“Intenta dormir unas horas” claro, si puedes…

Tal vez sería mejor escapar, tal vez todo fuera una maldita trampa para entregarla al verdugo. Inquieta fue a darse un baño. Ella le  había dejado bastante dinero en efectivo pero eso no la calmaba pues su vida y su libertad valían mucho más.

Todo era una maldita trampa y no confiaba en ella, había ido por sus joyas no le importaba nada ni nadie, solo salvar su pellejo y siempre había sido así.

Mejor sería tomarse un taxi e ir al aeropuerto, tenía su pasaporte, sus documentos. Y cuando buscaba su cartera escuchó unas sirenas y corrió a asomarse a la ventana del apartamento. No podía ser. ¿Un accidente? Ambulancias y también patrullas se dirigían al sur.

Bueno, solía pasar, accidentes ocurrían con frecuencia a pesar de que nadie iba a mucha velocidad pero…

Pero al llegar a la puerta del edificio vio un auto negro estacionado y un hombre que miraba hacia su ventana mientras hablaba por móvil. Le pareció muy extraño y cuando quiso abrir la puerta se le acercó un hombre.

—Señorita Laura… Qué tragedia.

Era un vecino, un francés gordo y grandote muy simpático y no sabía qué hacía a las cuatro y media de la mañana pero venía de la calle y al verla se detuvo.

—¿Qué pasó, Monsieur Alphonse? ¿Hubo un accidente?

Mientras hablaba notó que el hombre del auto la miraba con una fijeza desagradable y otro salía del auto en dirección al edificio. Estaban armados y…

—Monsieur Alphonse, no puedo hablar ahora, debo regresar a mi apartamento, lo lamento... Y  no deje entrar  a esos hombres por favor.

El francés miró  hacia la puerta estupefacto y vio que se acercaban dos hombres armados y corrió a esconderse en la habitación de servicio para llamar a la policía. No le gustaba nada ese par. 

Laura corrió y regresó sin aliento a su habitación, aterrada y exhausta cerró con candados y comprendió que su prima no había mentido. No debía salir, si lo hacía esos malditos la atraparían.

Corrió y buscó un sitio para esconderse porque si entraban…

Estuvo horas escondida tras el ropero hasta que escuchó unos golpes en la puerta que la hicieron despertar. Estaban allí, todavía estaban… La atraparían.

De pronto vio con horror que uno estaba en la habitación y la llamaba. Sabía su nombre.

Quiso correr, y al sentir que movía el ropero tembló. La había encontrado y lo único que le quedaba era defenderse y quiso escapar, gritar pero ese hombre era fuerte y la atrapó tirándola sobre la cama mientras inmovilizaba sus brazos.

—Tranquila muñequita, no hagas ninguna locura. Me necesitas. Me necesitas para poder escapar viva de esta.

Al ver que era César  Di Brunni se relajó.

—¿Tú aquí? Pero estaban en el edificio, yo los vi.

—Sí, están en todas partes muñequita pero no temas, te ayudaré a escapar pero no moveré un dedo si no haces un trato conmigo preciosa. No hago esto por tu amiga, no le debo nada a ella ni tendría que jugarme el pescuezo, tampoco he tenido nada de ti…

—¿Qué quieres?

—A ti… Hasta que me des todo lo que te pida preciosa. Todo.

Observó su cuerpo con deseo y de pronto comenzó a besarla.

—No, no déjame.

Forcejearon y de pronto sintió que las fuerzas la abandonaban.

—Pues no haré ningún trato contigo, ¿entiendes? No lo haré.

—¿De veras? ¿Y esperas que te rescate de Mark, que me juegue la vida cuando están detrás de ti? Escucha bien muñequita, ellos no están jugando, y están detrás de ti. Chiara me contó todo y ahora… Ella no está. Y no se fue con su amigo como esperaba, le dispararon cuando llegaba a Notre Dame, la policía está por todas partes y también ellos querrán saber por qué la mataron. Te interrogarán eso si esos mafiosos no te pescan primero.

Sintió un escalofrío. ¿Chiara murió? Susurró.

—Sí… Él está grave pero nadie sabe si vivirá, así que será mejor que salgas pronto de este apartamento. Puedes irte sola si no confías en mí o crees que no será divertido dormir conmigo.

—Lo haré, iré al aeropuerto. No vas a convertirme en tu ramera paga, nunca aceptaría eso.

—No tienes opción, porque si Mark te atrapa no serás ramera de un hombre, sino de varios, ya debe tener clientes ansiosos de tener a una chica que es novata en esto, y no será solo uno, serán varios por noche.  Pero si aceptas solo seré yo y prometo no… Escucha, no soy un bruto, no te lastimaré ni te obligaré. Solo quiero que me des lo que quiera, pueden ser una, dos semanas, un mes… Luego serás libre. No estoy interesado en retenerte más tiempo, no estoy enamorado de ti, solo te quiero en mi cama un tiempo. ¿Crees que eso es esclavitud o prostitución? No será por dinero, será por necesidad. Tú necesitas que salve tu vida y yo necesito que estés en mi cama.

Laura lloró cuando la besó, cuando comenzó a tocar sus pechos, a recorrerla con sus manos, con sus besos.

“No…por favor…”

—Tranquila, no lo haré, aunque me muera de ganas, solo promete que en cuanto lleguemos a Italia me dejarás tenerte y vivirás conmigo.

—¿Vivir contigo? ¿Y tú dónde vives?

—En Florencia preciosa. Te gustará. Te gustará hacerlo conmigo.  ¿Y bien, qué dices? ¿Aceptas el trato?

Laura se incorporó y secó sus lágrimas.

—NO podría dormir contigo aunque me amenazaras, no te conozco, solo te vi unas veces, yo no soy como esas chicas… Solo he estado con el mismo hombre desde hace seis años.

—¿De veras? ¿Solo uno? ¿Y nunca sentiste curiosidad de saber cómo sería hacerlo con otro? Todos los hombres son distintos en la cama y yo podría enseñarte muchas cosas. Solo di que aceptas y deja que yo haga todo muñeca, tengo mucha experiencia ¿sabes?

—¿Y si luego no te gusta dormir conmigo o descubres que no soy como las otras chicas?

—Me encantará hacerlo contigo muñeca, llevo esperando algún tiempo ¿sabes? Y no me importa correr riesgos. Si luego dejo de desear esto te liberaré, podrás regresar a tu apartamento. Quédate tranquila, no es un secuestro pero…

—Está bien, acepto pero… Escucha no… No soportaré que me ates ni tampoco que...

—No haré nada que no quieras preciosa, no soy como los tipos que salían con tu amiga. Ella te lo dijo ¿no es así? Que soy un caballero y aceptes todo lo que te pida.

Estaba acorralada, no podía enfrentar sola a ese demonio noruego, necesitaba a ese hombre. En Italia podía escaparse, allí estaría en su país y podría acusarlo de rapto si no la dejaba ir después.

Abandonaron el apartamento y de pronto al ver la foto de su prima en un retrato se estremeció. No, no podía creer que estuviera muerta, que por ir a buscar esos diamantes la hubieran matado.

Un grupo de policías entró en el edificio y César tomó su mano y le susurró “debemos fingir que somos novios preciosa” dijo y besó su cuello.

Pero Di Brunni no estaba solo, no tardó en notar que un pequeño ejército de guardaespaldas los acompañaba y ambos pudieron subir a su auto: un Lamborghini Diávolo y llegar al aeropuerto sin pérdida de tiempo.

Llevaba gafas y un abrigo y mientras esperaban el vuelo sintió terror de que aparecieran de nuevo esos tipos con sus armas. Matones de Mark.

—No puedo entender por qué Chiara me hizo esto, por qué hizo todo lo que hizo… Lo tenía todo: era hermosa, fama, dinero y tuvo que involucrarse con esa gente.

César la miró.

—Ella no quería entregarte a ese tipo, estaba preocupada y me pidió que cuidara de ti, porque… Bueno, fue mejor que no te llevara con ella anoche, estarías muerta ahora.

Laura lo miró al sentir que acariciaba su cabello con suavidad y miraba sus labios.

—¿Era tu novia?

—¿Novia, Chiara? No… yo salí con una amiga suya, y le pagué. No era mi tipo Chiara.

—Debería quedarme unos días, el funeral… Estaba furiosa con ella y por un momento la odié, cuando abrí esa portátil y vi esos mensajes… Había un tipo chantajeándola y todo estaba allí en la notebook, deberíamos denunciarlos.

—Escucha no me meteré con ese ampón, que la policía investigue. Dejamos todo servido en bandeja, tienen la notebook supongo que en un par de horas el tipo estará preso. O escapará porque siempre logran escapar, secuestran evidencia, borran archivos… Pagará para que lo hagan.

—¿Es que no hay un poco de justicia en este mundo?

—Sí, supongo que sí hay justicia lo que quiero decirte es que… No es asunto nuestro. Que la policía haga su trabajo. Si tú te ofreces de testigo, no hagas eso, no debes intervenir. Además quién puede probar algo está muerta porque tú no llegaste ni a ver a ese hombre. Ese tipo no vive aquí tampoco, creo que está en Suiza o en otro lugar, muy lejos, y maneja su negocio con emisarios. Chiara trabajaba para él.

—¿Qué? Pero ella no…

—Ella hacía su negocio, se manejaba mucho dinero. Conseguía chicas recibía una comisión, participaba de la fiesta diamantes.

Laura se estremeció al pensar en sus diamantes.

—Regresó para llevárselos, pudo irse anoche, estar lejos y…

—No habría podido escapar, Mark la vigilaba, seguía sus pasos. Sabía demasiado y en cuanto dejara de colaborar sería un estorbo. Quién se va… Muere. Así de sencillo, pero deja ese asunto, que un fiscal competente se encargue. Creo que la policía de Paris hace tiempo que estaba tras los pasos de esa red de tratas y Chiara lo sospechaba y en vez de pedir ayuda decidió escapar. Se asustó y luego quiso ponerte a salvo también, cuando ese tipo se puso pesado…

Laura lloró. Por su prima muerta, y por esa fuga con un desconocido a quién había prometido satisfacer en la cama un tiempo, unas semanas, meses… Y no imaginaba ni cómo podría cumplir una promesa que la mantendría prisionera de un extraño porque él la quería en su casa. Eso también la asustaba porque… Bueno, supuso que lo hizo para protegerla porque nadie sabía cuán extendida estaría esa red y…

Era un extraño. No sabía nada de él, solo que era guapo, muy rico y pagaba para tener sexo seguro y estable durante algún tiempo. Pagaba para cumplir sus fantasías con las jóvenes que escogía.

Se sintió angustiada al pensar en su futuro.

Pero necesitaba escapar, todavía tenía esa sensación de que la seguía la muerte, pudo sentirlo cuando abandonaba el apartamento, cuando pensaba en su prima muerta frente a Notre Dame y aún ahora en ese avión comenzó a mirar a su alrededor como si temiera que…

De pronto sintió que un hombre grandote y calvo la miraba con fijeza y tembló. ¿Acaso la habían seguido?

Estaba exhausta, solo había dormido cuatro horas y había pasado una noche de perros. El sueño llegó como una bendición porque en esos momentos un desasosiego espantoso la envolvía.