Queridos lectores:

Desde hace unos años vengo recibiendo cartas vuestras en las que me preguntáis sobre mis novelas románticas históricas ya descatalogadas: «¿Dónde pueden encontrarse?, ¿por qué cuestan tanto?, ¿cuándo volverán a publicarse?». Os prometí que algún día volverían a editarse, aunque iba pasando el tiempo y hasta yo llegué a desconfiar de esta promesa.

Pues por fin ha ocurrido. La editorial New American Library/Signet decidió comprar los derechos de tres de esos libros descatalogados, y Luna comanche, publicado por primera vez en 1991, es el primero en ver la luz. ¡Estoy tan contenta! A los que esperaron pacientemente, muchas gracias. A los que me conocen más por mis libros actuales, les pido que consideren hacer este viaje al pasado conmigo. Las grandes historias de amor trascienden todas las épocas y estoy segura de que Luna comanche os llegará a lo más profundo y se quedará en vuestra memoria.

Escribí Luna comanche con todo mi amor, y el libro salió directamente de mi corazón. Cuando quisimos publicarlo por primera vez a finales de los ochenta, fue rechazado una y otra vez por los editores, que veían que la historia rompía con demasiadas convenciones del género romántico. Me recomendaron hacer algunos cambios para poder vender el libro, pero yo me negué. En muchos sentidos, Luna comanche es un tributo a un pueblo maravilloso, la nación comanche, y después de cuatro años de investigaciones, no podía traicionarles cambiando la historia para que se ajustase a un molde. Estaba convencida de que los lectores eran más sofisticados de lo que los editores pensaban, y que por eso amarían el libro tal como estaba, siempre y cuando se les diera la oportunidad de leerlo.

¡Y así fue! Cuando por fin Luna comanche estuvo en las librerías, los lectores alabaron su honestidad y singularidad, y yo siempre he pensado que este libro sentó las bases del estilo que después ha prevalecido en toda mi carrera literaria. Mis lectores esperan ahora que mis libros se salgan de las convenciones, historias llenas de emociones profundas que describan el milagro del amor verdadero en situaciones sacadas de la vida real.

Lamento que este libro haya sido tan difícil de encontrar durante tanto tiempo. La primera tirada fue pequeña y muchos lectores guardaron sus ejemplares porque les parecía bien escrito, lo que negó a otros la posibilidad de conseguirlo. Esta vez podréis comprar todos los que queráis.

Espero que disfrutéis leyendo Luna comanche tanto como yo disfruté en su día escribiéndolo. Ojalá llegue a ocupar un lugar destacado en vuestras estanterías y se convierta en uno de vuestros libros favoritos para siempre.

Con cariño,

CATHERINE ANDERSON