ALICE MUNRO. Nació en Wingham, Ontario, el 10 julio de 1931. Vivió primero en una granja al oeste de esa zona canadiense, en una época de depresión económica; esta vida tan elemental fue decisiva como trasfondo en una parte de sus relatos.

Conoció muy joven a Michael Munro, en la Universidad de Western Ontario. Para pagarse los estudios, trabajó como camarera, recolectora de tabaco y en una biblioteca. Se casó en 1951, y se instalaron en Vancouver. Tuvo su primera hija a los 21 años. Luego, ya con sus tres hijas, en 1963 se trasladó a Victoria, donde llevó con su marido una librería.

Se divorció en 1972, y al regresar a su estado natal se convirtió en una fructífera escritora, residente en su antigua universidad. Volvió a casarse en 1976, con Gerald Fremlin. A partir de entonces, consolidó su carrera de escritora, ya bien orientada.

Munro, que no se ha prodigado en la prensa, ha reconocido el influjo inicial de grandes escritoras —Katherine Anne Porter, Flannery O’Connor, Carson McCullers o Eudora Welty—, así como de dos narradores: James Agee y especialmente William Maxwell. Sus relatos breves se centran en las relaciones humanas analizadas a través de la lente de la vida cotidiana. Por esto, y por su alta calidad, ha sido llamada «la Chéjov canadiense».

Ha ganado tres veces el premio canadiense a la creación literaria, «Premio Literario Governor General’s». En 1998, ganó el National Book Critics Circle estadounidense por El amor de una mujer generosa. En España fue premiada con el Premio Reino de Redonda en 2005. En 2013 le fue otorgado el Premio Nobel de Literatura.