Vuelve atrás, Lázaro
En Vuelve atrás, Lázaro, latercera novela de Antonio Prieto, que hoy presentamos al público, su autorvuelve a enfrentarse, por encima de procedimientos formales, con esa situaciónlímite del hombre ante su muerte. Pero así como Luigi en Tres pisadas de hombre y la señora Méndez en Buenas noches, Argüelles reaccionaban y se producían en unsentido individualista o particular, ahora, en Vuelve atrás, Lázaro, suprotagonista está condenado amorir, no tanto «porque un hombre, después de muerto, no está preparado paravivir», cuanto porque la muerte «ha tocado su rostro hasta exigir la fe paraser reconocido», y esa fe de creer en él no la encuentra. En este sentido, enla conducta hacia Lázaro está simbolizada la falta de fe que nos asiste enmuchos aspectos y que ha sido vencida por el egoísmo, la indiferencia, el ansiade vivir o el miedo que nos preocupa hasta obligarnos a olvidar. También Lázaroestá condenado a morir porque todos aquellos que le rodean, luchan, más o menosconscientemente, por olvidar, por dejar atrás todo aquello que pueda ligarlos aun pasado que les impida entregarse al ritmo de la vida coetánea. Esto es, con cuanto tienede denuncia, lo que brillantemente nos comunica Antonio Prieto en esta novela,dotada de un clima denso, a veces obsesionante, perturbador, cuya realizaciónha exigido una larga y sufrida entrega del autor en sus páginas.