Las aventuras del caballero Kosmas
Editada por vez primera en 1980 (Les aventures del cavaller Kosmas, Planeta) y traducida al castellano al año siguiente, Las aventuras del caballero Kosmas está dedicada a la memoria de Álvaro Cunqueiro. A decir verdad, esta novela es una de las que más se aproxima, por voluntad o simpatía de su autor, al universo del narrador gallego. Para completar un panorama de posibilidades compartidas, basta con juzgar si los siguientes ingredientes hubieran triunfado o no en la conciencia de Cunqueiro: las ciudades inexistentes, los libros piadosos, las estatuas mayestáticas y doradas, los caballeros de alta prosapia, las piedras preciosas y los filósofos que tiñen de humor un hábito de melancolía. Criaturas, en fin, cuya única empresa posible, fuera del olvido, es el ingreso en una novela de caballerías.La obra se ofrece como un relato del género bizantino, escrito a la manera de aquellas peripecias que se frecuentaban en la época de los Comnenos (1081-1185), a su vez inspiradas en invenciones de los siglos i al iv, como las de Heliodoro y Aquiles Tacio. Esa retahíla de entregas comprende, entre otras, Drosila y Caricles, de Nicetas Eugeniano, Hismene e Hismenias, de Eustacio Macrembolita, y Rodante y Dosicles, de Teodoro Pródromo.