Prohibido morir
Prohibido morir (La Legión Azul) narra la vida de unos héroes cuyo premio fue el olvido. Murieron muchos de ellos, demasiados. Sean recordados ahora con este humilde homenaje Primero fue la División Azul, luego la Legión Azul. Quede constancia que no todo lo expuesto es producto de la imaginación, debo destacar como ciertos, los lugares, algunos hechos y algunos mandos que aparecen en el libro y que existieron durante el episodio de la guerra ahora descrito. Gente y guerra injustamente olvidada, y hasta tal extremo desconocida y ocultada que ni los libros de historia se atreven a reflejar. Trata pues de unos hombres, algo más de dos mil, que ofrecieron sus vidas por su causa, (compartida o no por una parte de su generación), en un indiscutible acto de bravura y generosidad. Quizás debieran ser ejemplo para muchos que hoy se autocalifican de luchadores de otras causas que se dicen más nobles. La bravura, el coraje, la valentía han sido siempre envidiadas por aquellos mansos que al amparo de la modernidad ocultan sus cobardías sin enfrentarse al enemigo de frente, cara a cara. Los héroes han muerto, hoy es el tiempo de los burócratas. Vaya por aquellos hombres, tan sólo el recuerdo y el respeto por su inútil sacrificio, y sirva sí de homenaje, reconocimiento y afecto hacia aquellas madres que perdieron sus hijos obteniendo a cambio la crítica y la venganza del olvido. Por ellas, a las que nadie, ningún régimen o Gobierno posterior, tuvo a bien recordar ni mover siquiera un dedo por devolverles los restos de sus hijos en un olvido y desprecio imperdonable, vil y cobarde. Los pueblos demuestran su grado de civilización con su comportamiento diario, en el respeto a las leyes y en el respeto a las ideas contrarias, sean cuales sean y tengan el color que tengan. Solo los actos deben ser perseguidos, sancionados; los pensamientos, las ideas: nunca. El lector maduro, o quienes se encuentran en la juventud de la madurez (recordando la expresión de André Mourois) sonreirán con la lectura de este pequeño libro y serán, quizás, los únicos que adviertan que no todo lo narrado es ficción. El joven, por el contrario, no creerá lo que aquí se le cuente, no importa. La historia es diferente según quien la vive, o quien la cuenta. Parto de un hecho incuestionable, el protagonista de esta historia, él y algunos otros, existieron realmente y la descripción de sus hazañas no les hace justicia, ellos fueron mucho más, ellos fueron auténticos héroes, héroes que, como dije, la historia ha premiado con el olvido pero que la historia al final les hará justicia. Todos formaron parte de lo que se llamó “ la Centuria de Honor “, los cien hombres creadores de la FE, Falange Española.