De Kafka a Kafka
En este lúcidoensayo, con un ritmo asombroso y un registro medio-alto, Blanchot revela un conocimiento exhaustivo de la obra -y todo lo que en relación a ellase ha escrito- de Kafka, sin darinterpretaciones forzadas, ni atender a una vena psiconalítica, sino por elcontrario, documentando con citas textuales y literalmente aquello de lo quehabla. Por tanto, es accesible tanto a lectores asiduosde Kafka como a un público cuyo interés sea puramente divulgativo. Se puede leer de forma parcial, atendiendo aaquello que cada uno ande buscando, en caso contrario, para aquel que desee ahondar en el mundo kafkiano, elconjunto de la obra sin duda no le resultarádecepcionante. Denotando un inmenso amor por la literatura, porla palabra escrita y sus enigmas, laobra se abre con un capítulo que intenta dar unas pautas y esclarecer qué es la literatura, por qué está llena decontradicciones, por qué sólo se puede escribir desde la muerte. A partir deaquí, podemos dividir la obra en bloques de dos capítulos por su proximidadsemántica: Continúa sudesarrollo entrando de lleno atratar al escritor checo, cómo acceder a él por unlado (La definición del escritor, de ese escritor, y la explicación de la acción que ejerce -en caso de haberla-: él es el chivo expiatorio de la humanidad, él permite a los hombres gozar con inocencia de un pecado, casi con inocencia), por otro, qué relación tenía Kafka con laliteratura («Por eso, con un estremecimiento de angustia, cuido la escritura de todo lo que pueda perturbarla, y no sólo la escritura, sino también la soledad que le pertenece»), desde su condición de exiliado, como judío que era (y asísentía el peso de su alma). De cómo influyeron las relaciones personales en su obra, en concreto su amigo Max Brod, aquien debemos la recuperación de su obra pero también algunos errores decosecha propia, y Milena Jesenska, su gran amor, que aúncon toda su impetuosidad, no logró arrastrarlo de forma definitiva, nos dan cuenta los dos siguientes. A nivelestructural, esa distancia, el extrañamiento, el unheimlich quecrea a través de un 'él' neutro, y que también aísla a todos suspersonajes, y que es tancaracterística de su obra, ocupa el siguiente bloque. Para finalizar, los dosúltimos hablan de ese pulso con la vida que fue la tormentosa correspondencia, mayormente con Felice Bauer («No sabes, Felice, lo que es cierta literatura en ciertas cabezas»), luchando por discernir algo de supersonalidad («No puedo hablar de lo esencial; incluso para mí, está encerrado en la oscuridad de mi pecho: ahí se mantiene junto a la enfermedad, en el mismo lecho común»), haciéndonos humano, y llegando a un conocimiento más amplio de este inmortal al que tanto debemos.