Jack Vance

Lyonesse - 2 - La perla verde

Lyonesse II: La Perla Verde continúa las peripecias de algunos de los personajes que ya poblaron las páginas de Lyonesse I: El Jardín de Suldrun, en un completo y complejo mosaico centrado en torno al enfrentamiento entre los magos Murgen y Tamurello que discurre paralelo al duelo de poder e inteligencia entre los reyes Aillas de Troicinet y el rey Casmir de Lyonesse, y todo ello con la recurrente presencia de la misteriosa perla verde, cuyo fulgor irradia un influjo inevitablemente maligno. Uno de los mejores libros de Vance, una seductora historia de inocencia, traición y amor escrita con gran elegancia y en la que el intrincado estilo de Vance gana en belleza y nuevas perspectivas.

Jack Vance

Lyonesse - 2 - La perla verde

Lyonesse II: La Perla Verde continúa las peripecias de algunos de los personajes que ya poblaron las páginas de Lyonesse I: El Jardín de Suldrun, en un completo y complejo mosaico centrado en torno al enfrentamiento entre los magos Murgen y Tamurello que discurre paralelo al duelo de poder e inteligencia entre los reyes Aillas de Troicinet y el rey Casmir de Lyonesse, y todo ello con la recurrente presencia de la misteriosa perla verde, cuyo fulgor irradia un influjo inevitablemente maligno. Uno de los mejores libros de Vance, una seductora historia de inocencia, traición y amor escrita con gran elegancia y en la que el intrincado estilo de Vance gana en belleza y nuevas perspectivas.

Kurt Vonnegut

Cronosisma

"Il cronosisma del 2001 fu un crampo cosmico nelle viscere del destino. Allo scoccare di quelle che a New York erano le 2:27 del 13 febbraio, l'Universo ebbe una crisi d'autostima. 'Debbo continuare a espandermi indefinitamente? Che senso avrebbe?' si chiese": ecco, nell'inconfondibile prosa di Vonnegut sempre in bilico tra cronaca e umorismo, tra realtà e immaginazione, il Big Bang di questo romanzo, l'illuminata idea intorno alla quale ruotano personaggi e vicende che sembrano sfuggire alla pagina scritta per riversarsi in modo dirompente nel nostro mondo quotidiano. Infatti quando dopo aver "fibrillato d'indecisione" l'Universo si contrae di dieci anni, riportando l'umanità alle 7:51 del 17 febbraio 1991, la sorte di molte persone risulta ormai segnata: poiché la "replica" non contempla alcuna possibilità di revisione, tutti rivivranno la propria vita - i tragici e assurdi anni Novanta -, sapendo di non poter cambiare nemmeno l'elemento più insignificante di una scelta, le parole che hanno posto fine a un amore, la giocata su un numero perdente. Ma cosa accade a coloro che, durante il regno del déjà vu, hanno lasciato la "valle di lacrime" del pianeta Terra, a quelli che, come Kilgore Trout, o Dudley Prince, o Monica e Zoltan Pepper, o lo stesso Kurt Vonnegut, hanno tramato contro la tirannia del tempo? Se davvero "un tratto ai dadi non abolirà mai l'azzardo", cosa li attende alla fine del tunnel spazio-temporale? "Vecchie birre in nuove bottiglie. Vecchi scherzi per gente nuova," potrebbe rispondere l'autore, prima di trascinarci in una sarabanda di ricordi, emozioni, risate e colpi di scena.

Kurt Vonnegut

Cronosisma

"Il cronosisma del 2001 fu un crampo cosmico nelle viscere del destino. Allo scoccare di quelle che a New York erano le 2:27 del 13 febbraio, l'Universo ebbe una crisi d'autostima. 'Debbo continuare a espandermi indefinitamente? Che senso avrebbe?' si chiese": ecco, nell'inconfondibile prosa di Vonnegut sempre in bilico tra cronaca e umorismo, tra realtà e immaginazione, il Big Bang di questo romanzo, l'illuminata idea intorno alla quale ruotano personaggi e vicende che sembrano sfuggire alla pagina scritta per riversarsi in modo dirompente nel nostro mondo quotidiano. Infatti quando dopo aver "fibrillato d'indecisione" l'Universo si contrae di dieci anni, riportando l'umanità alle 7:51 del 17 febbraio 1991, la sorte di molte persone risulta ormai segnata: poiché la "replica" non contempla alcuna possibilità di revisione, tutti rivivranno la propria vita - i tragici e assurdi anni Novanta -, sapendo di non poter cambiare nemmeno l'elemento più insignificante di una scelta, le parole che hanno posto fine a un amore, la giocata su un numero perdente. Ma cosa accade a coloro che, durante il regno del déjà vu, hanno lasciato la "valle di lacrime" del pianeta Terra, a quelli che, come Kilgore Trout, o Dudley Prince, o Monica e Zoltan Pepper, o lo stesso Kurt Vonnegut, hanno tramato contro la tirannia del tempo? Se davvero "un tratto ai dadi non abolirà mai l'azzardo", cosa li attende alla fine del tunnel spazio-temporale? "Vecchie birre in nuove bottiglie. Vecchi scherzi per gente nuova," potrebbe rispondere l'autore, prima di trascinarci in una sarabanda di ricordi, emozioni, risate e colpi di scena.

Kurt Vonnegut

Cuna de gato

Tras 250.000 cigarrillos, dos matrimonios y la muerte de su gato, a John —un periodista que quiere ser llamado Jonás— sólo le queda un proyecto: escribir un libro titulado «El día del fin del mundo», en el que contará qué hacían los americanos ilustres mientras estallaba la bomba atómica sobre Hiroshima. Y para comenzar, ¿quién mejor que el doctor Félix Hoenikker, justamente considerado el «padre de la bomba»? Hoenikker ya ha muerto, pero ha dejado tres hijos, y la leyenda de otro provechoso descubrimiento: el «hielo-nueve», que transforma todo lo que es líquido en sólido… Jonás seguirá el rastro de los elusivos chicos Hoenikker —Newt, un enano; Angela, una giganta desdichada, y Frank, un creador de utopías— y los encontrará, por fin, en una isla del Caribe, la República de San Lorenzo, mucho más parecida a Disneylandia que a las democracias europeas. En San Lorenzo, «papa» Manzano es el dictador, Frank Hoenikker su «eminencia gris» y Bokonon Johnson, un antiguo levantador de pesas, el sumo sacedote y creador de una peculiarísima religión, el «bokononismo», cuyo libro sagrado se inicia con esta frase: «Nada de lo que se dice en este libro es verdad».

Kurt Vonnegut

Cuna de gato

Tras 250.000 cigarrillos, dos matrimonios y la muerte de su gato, a John —un periodista que quiere ser llamado Jonás— sólo le queda un proyecto: escribir un libro titulado «El día del fin del mundo», en el que contará qué hacían los americanos ilustres mientras estallaba la bomba atómica sobre Hiroshima. Y para comenzar, ¿quién mejor que el doctor Félix Hoenikker, justamente considerado el «padre de la bomba»? Hoenikker ya ha muerto, pero ha dejado tres hijos, y la leyenda de otro provechoso descubrimiento: el «hielo-nueve», que transforma todo lo que es líquido en sólido… Jonás seguirá el rastro de los elusivos chicos Hoenikker —Newt, un enano; Angela, una giganta desdichada, y Frank, un creador de utopías— y los encontrará, por fin, en una isla del Caribe, la República de San Lorenzo, mucho más parecida a Disneylandia que a las democracias europeas. En San Lorenzo, «papa» Manzano es el dictador, Frank Hoenikker su «eminencia gris» y Bokonon Johnson, un antiguo levantador de pesas, el sumo sacedote y creador de una peculiarísima religión, el «bokononismo», cuyo libro sagrado se inicia con esta frase: «Nada de lo que se dice en este libro es verdad».

Kurt Vonnegut

El dasayuno de los campeones

Philboyd Studge, un autor de novelas de humor muy negro y decididamente molestas para los bienpensantes, decide a sus cincuenta años de vida escribir su obra definitiva, en la que aparezcan todos los personajes e historias que han quedado flotando como desechos de sus otros libros, todas las ideas que no aprovechó, todos sus recuerdos y hasta sus dibujos. Y Studge, que hace y deshace en su libro como si fuera Dios jugando con el universo, construye a partir del providencial encuentro entre su personaje favorito, Kilgore Trout, desconocido y cincuentón escritor de novelas de ficción científica, y Dwayne Hoover, un acaudalado vendedor de coches que descubre en un libro de Trout un «mensaje» que cree que está destinado sólo a él, una obra total donde cabe todo su caótico universo real e imaginario. Y así, en una novela ficticia que se despliega dentro de una novela real como una sucesión de muñecas rusas, o de cajas chinas, encontraremos los divertidísimos resúmenes de los libros publicados e inéditos del escritor Kilgore Trout, las venturas y desventuras familiares de Dwayne, el demente vendedor de coches cuya mujer se suicidó bebiendo un desatascador de tuberías y que tiene un hijo homosexual y pianista que no es precisamente su descendiente soñado, y también una miríada de sorprendentes personajes secundarios, algunos de los cuales ya han aparecido en otras novelas de Vonnegut, y otros que, como el inefable pintor Rabo Karabekian de Barbazul, retornarán como protagonistas años y libros más tarde... Con "El Desayuno de los Campeones", Vonnegut ha escrito una de las grandes novelas de los años setenta. Los críticos han comparado esta exhuberante y divertidísima farsa sobre los mecanismos de la creación y la aventura de la vida con las obras de Lewis Carroll, y han visto en el ingenuo y a la vez sabio Kilgore Trout una peculiar y original versión de Alicia, trasplantada a la tremenda e inolvidable América de las Maravillas vonnegutiana.

Kurt Vonnegut

El dasayuno de los campeones

Philboyd Studge, un autor de novelas de humor muy negro y decididamente molestas para los bienpensantes, decide a sus cincuenta años de vida escribir su obra definitiva, en la que aparezcan todos los personajes e historias que han quedado flotando como desechos de sus otros libros, todas las ideas que no aprovechó, todos sus recuerdos y hasta sus dibujos. Y Studge, que hace y deshace en su libro como si fuera Dios jugando con el universo, construye a partir del providencial encuentro entre su personaje favorito, Kilgore Trout, desconocido y cincuentón escritor de novelas de ficción científica, y Dwayne Hoover, un acaudalado vendedor de coches que descubre en un libro de Trout un «mensaje» que cree que está destinado sólo a él, una obra total donde cabe todo su caótico universo real e imaginario. Y así, en una novela ficticia que se despliega dentro de una novela real como una sucesión de muñecas rusas, o de cajas chinas, encontraremos los divertidísimos resúmenes de los libros publicados e inéditos del escritor Kilgore Trout, las venturas y desventuras familiares de Dwayne, el demente vendedor de coches cuya mujer se suicidó bebiendo un desatascador de tuberías y que tiene un hijo homosexual y pianista que no es precisamente su descendiente soñado, y también una miríada de sorprendentes personajes secundarios, algunos de los cuales ya han aparecido en otras novelas de Vonnegut, y otros que, como el inefable pintor Rabo Karabekian de Barbazul, retornarán como protagonistas años y libros más tarde... Con "El Desayuno de los Campeones", Vonnegut ha escrito una de las grandes novelas de los años setenta. Los críticos han comparado esta exhuberante y divertidísima farsa sobre los mecanismos de la creación y la aventura de la vida con las obras de Lewis Carroll, y han visto en el ingenuo y a la vez sabio Kilgore Trout una peculiar y original versión de Alicia, trasplantada a la tremenda e inolvidable América de las Maravillas vonnegutiana.

Kurt Vonnegut

Las sirenas de Titán

Winston Niles Rumfoord y su perro Kazak viven en una nave dentro de una singularidad espaciotemporal que les permite viajar por el tiempo y el espacio, pero no pueden permanecer más que unos pocos minutos en cada sitio. Esta visión del pasado, del presente y del futuro les permite crear en la Tierra una religión universal y unificadora, capaz de garantizar los milagros y la predicción del futuro: la Iglesia del Dios Indiferente. Pero ¿quién ha secuestrado a la esposa de Rumfoord y al millonario Malachi Constant? ¿Quién está detrás del ejército que se prepara en Marte para invadir la Tierra? ¿Hay vida inteligente en el universo?

Kurt Vonnegut

Las sirenas de Titán

Winston Niles Rumfoord y su perro Kazak viven en una nave dentro de una singularidad espaciotemporal que les permite viajar por el tiempo y el espacio, pero no pueden permanecer más que unos pocos minutos en cada sitio. Esta visión del pasado, del presente y del futuro les permite crear en la Tierra una religión universal y unificadora, capaz de garantizar los milagros y la predicción del futuro: la Iglesia del Dios Indiferente. Pero ¿quién ha secuestrado a la esposa de Rumfoord y al millonario Malachi Constant? ¿Quién está detrás del ejército que se prepara en Marte para invadir la Tierra? ¿Hay vida inteligente en el universo?

Kurt Vonnegut

Madre Noche

Un espía estadounidense afincado en Alemania, presunto nazi, se encuentra preso en Israel, en espera de juicio por sus emisiones radiofónicas antisemitas durante la II Guerra Mundial, que en realidad —o además— eran mensajes cifrados para los aliados.Todo en la situación del protagonista, incluso su propia identidad, es ambiguo, dual, contradictorio, polivalente como en una comedia de Pirandello. Y la verdad vaga como un alma en pena entre unas y otras alternativas sin lograr instalarse, ni siquiera provisionalmente, en ninguna, porque en el mundo ya no hay sitio para ella.MADRE NOCHE es, en cierto modo, el contrapunto de Matadero Cinco, en cuanto que ambas constituyen sendas meditaciones sobre los mismos sucesos, pero desde ángulos distintos —complementarios— para reforzar una misma desazonadora denuncia.

Kurt Vonnegut

Madre Noche

Un espía estadounidense afincado en Alemania, presunto nazi, se encuentra preso en Israel, en espera de juicio por sus emisiones radiofónicas antisemitas durante la II Guerra Mundial, que en realidad —o además— eran mensajes cifrados para los aliados.Todo en la situación del protagonista, incluso su propia identidad, es ambiguo, dual, contradictorio, polivalente como en una comedia de Pirandello. Y la verdad vaga como un alma en pena entre unas y otras alternativas sin lograr instalarse, ni siquiera provisionalmente, en ninguna, porque en el mundo ya no hay sitio para ella.MADRE NOCHE es, en cierto modo, el contrapunto de Matadero Cinco, en cuanto que ambas constituyen sendas meditaciones sobre los mismos sucesos, pero desde ángulos distintos —complementarios— para reforzar una misma desazonadora denuncia.

Kurt Vonnegut

Payasadas

Mientras las bombas aliadas caían sobre la ciudad de Dresden durante la última parte de la segunda guerra mundial, un prisionero del ejército norteamericano temblaba suponiendo que moriría en la mazmorra atrapado como una rata. Ese prisionero era un tipo alto, melancólico, cómico, talentoso y escéptico. Se llamaba Kurt Vonnegut e iría a transformarse tiempo después en uno de los mayores novelistas americanos.Vonnegut se parecía a algunos de sus personajes: nervioso, sentimental, vestido a la inglesa con trajes de impecable corte que, sin embargo, jamás le van bien del todo, usaba una pelambre flamígera cortada a la manera afro, lo cual era, por lo menos, un tanto excéntrico en un señor de casi sesenta años, y adoraba a Laurel y Hardy, héroes de su juventud, pareja psicológica del talento y la bobada, tiernos como terneros y tan sentimentales como chicas de provincia. De alguna manera esta novela —ácida, afectuosa, chocante por su originalidad— es un estremecido homenaje a aquellos dos cómicos. La palabra slapstick («payasada»), después de todo, no designa, en realidad, sino la acción cómicamente agresiva de enjaretarle al otro una torta de crema en la cara. La guerra de los pasteles del cine mudo, de eso se trata. Charlie Chaplin haría slapstick, el Gordo y el Flaco también, y aquellos enormes vigilantes de Keyston metidos en trifulcas polvorientas entre damas gordas y señores bigotudos y nerviosos no harían otra cosa.La historia que aquí se narra empieza en Manhattan, llamada la Isla de la Muerte, donde un anciano de cien años, que además fue presidente de los Estados Unidos, está escribiendo sus memorias.Una vez más el inconfundible estilo nítido y recortado de Vonnegut atrapa al lector sin darle resuello. Y su humor —entre el despropósito y la bufonada grotesca que tanto recuerda a veces a Samuel Becket— alcanza una de las más altas cúspides en el género novelesco contemporáneo.

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