Un legado reciente convirtió a Cassandra Palmer en heredera del título de pitia, la vidente más poderosa del mundo. Normalmente, el puesto se consigue después de años de entrenamiento, pero las circunstancias que rodean a Cassie son un tanto anormales. Ahora, Cassie se ve atrapada en una situación en la que dispone de una cantidad ingente de poder que los vampiros, duendes y magos de la ciudad quieren monopolizar o erradicar a toda costa… y que ella misma no se atreve a usar.Es más, Cassandra acaba de descubrir que cierto maestro vampiro un tanto arrogante le ha lanzado un hechizo mágico que advierte a cualquier posible pretendiente para que no se acerque a ella… y que podría explicar la incomprensible atracción que existe entre ellos.<

Puede que Cassandra Palmer se haya convertido ya en la todopoderosa pitia, pero eso no va a impedir que sigan tratando de asesinarla. Son muchos los que no desean que la independiente Cassie sea la maestra clarividente y nada los detendrá hasta que no la vean a dos metros bajo tierra.El Senado apoya a Cassandra en su nuevo puesto, pero protegerla tiene un precio: tendrá que aliarse con el atractivo maestro vampiro Mircea, que afirma que ella le pertenece.Pero incluso a los vampiros les costará mantener a Cassie viva, ahora que el autoproclamado dios Apolo, el origen del poder de la pitia, la tiene tomada con ella. Para salvar la vida, y al mundo, Cassie va a tener que enfrentarse a su creador de una vez por todas…<

Entras en la habitación de tu hijo. El caos habitual. Recoges restos de comida, ropa desperdigada, abres el armario para ponerlo todo en su sitio… y lo ves. Y entonces te das cuenta de una horrible verdad: tu propio hijo puede ser un peligro. Stephanie Maddox dirige el departamento de Asuntos Internos del FBI, donde supervisa que todos sus compañeros cumplan las reglas. Llegar hasta aquí le ha costado casi dos décadas de trabajo duro y sacrificios personales, como la relación con su hijo adolescente, Zachary, que espera con nervios su admisión a la universidad. Como madre soltera, Steph se perdió muchos eventos escolares, cumpleaños y vacaciones, pero la verdad es que movería cielo y la tierra por él, incluso lo protegería de un terrible secreto de su propio pasado. Nunca se pudo imaginar que Zachary guardaría sus propios secretos.<

Esta es la historia real de un niño brasileño, de procedencia muy humilde, que acaba convertido en el mayor sicario del mundo. A través de los ojos de Klester Cavalcanti descubrimos a Júlio Santana, un hijo leal, un hombre de familia, un devoto cristiano al que su conciencia atormenta cada vez que le piden que dispare a matar. Pero el Brasil en el que crece es un país sin ley, y el respeto por la vida ajena, un lujo que Júlio no puede permitirse. A los 17 años, y aleccionado por su tío, se estrena en el asesinato. Para su desgracia, demuestra tener talento natural para ello. Tendrán que pasar varias décadas, y casi 500 muertos, antes de que reúna el valor para dejarlo. El retrato que emerge de la narración de Cavalcanti, basada en siete años de conversaciones entre el autor y Júlio Santana, no solo habla de un hombre, sino también de un país. Y demuestra hasta qué punto, en ocasiones, una carrera en el mundo del asesinato por encargo puede ser no muy distinta a cualquier otra. «492 muertos es uno de los mejores libros de no ficción que existen. Se lee como una buena novela. Klester Cavalcanti introduce al lector en la mente de alguien a quien deberíamos considerar un monstruo, y hace que, de repente, nos veamos deseando que el asesino Júlio Santana escape a sus perseguidores». Fernando Meirelles, director de Ciudad de Dios.<

La sospecha de que un grupo de fundamentalistas islámicos se ha apoderado de tres cabezas nucleares provoca una terrible crisis internacional. Y Jim Duffy, ex agente de la CIA y especialista en asuntos del Próximo Oriente, será el hombre escogido por la agencia para impedir que la llamada Operación Jalid, financiada con el dinero procedente del tráfico de drogas, se lleve acabo.El Profesor, intelectual islámico y cerebro de dicha operación, se frota las manos al ver cada vez más cercano elmomento de hacer realidad el credo de los soldados islamistas: «el futuro es nuestro».Pero lo que el Profesor no sabe es que Duffy le ha estado siguiendo la pista y que está a punto de localizar las bombas que amenazan a Israel.Pero ¿como actuar para evitar la masacre? ¿Buscará Duffy el apoyo de los aliados occidentales o actuará por su cuenta y riesgo?<

Mediante el plan «Fortitude» los aliados pretenden engañar a los Alemanes sobre el desembarco de tropas en el continente Europeo.En plena Segunda Guerra mundial, Catherine Pradier, una joven inglesa criada en Francia, siente la necesidad de colaborar en la lucha contra el nazismo. Reclutada por Cavendish, jefe de los servicios de espionaje británicos, Catherine viaja hasta Francia con la misión de actuar como mensajera para los aliados.En el trayecto hacia París, la chica conoce a Paul, joven piloto francés sin convicciones políticas y un gran espíritu aventurero. Catherine y Paul se convierten en amantes, ignorando la joven la auténtica identidad de su amigo: Paul es un espía doble, que trabaja a la vez para Inglaterra y para Strömelburg, uno de los jefes del espionaje alemán en París.Catherine consigue introducirse en un cuartel de la Gestapo como lavandera; allí averigua varios secretos y regresa mas tarde con la información a Inglaterra. Henry Ridley, otro jefe de los servicios británicos de espionaje, pide a Catherine que vuelva a Francia para una arriesgada misión.<

Art Bennington es el director del Departamento de Ciencias del Comportamiento de la CIA, y se dedica a estudiar casos relacionados con la parapsicología, como el de una vidente de Nueva York capaz de localizar submarinos soviéticos en el océano. Pero cuando un agente del KGB mata a la vidente, empieza a sospechar que éstos se traen algo importante entre manos. Lo que ignora Art es que el KGB ha desarrollado una tecnología basada en ondas electromagnéticas que puede controlar las emociones de las personas, y que piensa utilizarla con el presidente de Estados Unidos.<

La Constitución española de 1931 fueaprobada el 9 de diciembre de ese año por las Cortes Constituyentes tras las eleccionesgenerales españolas que siguieron a la proclamación de la Segunda República yestuvo vigente hasta el final de la Guerra Civil Española en 1939. La Repúblicaespañola en el exilio continuó reconociendo su vigencia hasta 1977, año en el que el proceso político de la Transición permitió la redacciónde una nueva Constitución democrática.La Constitución de 1931 se organizaba en 10 Títulos (con 125 artículos en total) y dosdisposiciones transitorias.<

La Constitución española de 1978 es la norma suprema del ordenamiento jurídico del Reino de España, a la que están sujetos los poderes públicos y los ciudadanos de España, en vigor desde el 29 de diciembre de 1978.La Constitución fue ratificada en referéndum el 6 de diciembre de 1978, siendo posteriormente sancionada por el Rey Juan Carlos I el 27 de diciembre y publicada en el Boletín Oficial del Estado el 29 de diciembre del mismo año. La promulgación de la Constitución implicó la culminación de la llamada Transición Española, que tuvo lugar como consecuencia de la muerte, el 20 de noviembre de 1975, del anterior Jefe del Estado, el general y dictador Francisco Franco, precipitando una serie de acontecimientos políticos e históricos que transformaron el anterior régimen franquista en un Estado Social y Democrático de Derecho, bajo la forma política de Monarquía Parlamentaria.Su título preliminar proclama un Estado social y democrático de Derecho que propugna como valores superiores del ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político. Asimismo, se afianza el principio de soberanía popular, y se establece la monarquía parlamentaria como forma de gobierno.<

Maya regresa a Nueva York quince años después. Pero ¿Por qué vuelve a la ciudad de la que salió huyendo con el corazón roto? Ni siquiera ella misma lo sabe. O tal vez lo sepa, pero no quiera reconocerlo… Catorce misteriosas cartas pueden tener la culpa. Una historia de amor y odio, de crisis y reencuentros, de celos y promesas, de amargura y esperanza… como la vida misma. Una historia que todos hemos vivido de alguna manera y que, pese a todo, nos ha hecho más fuertes.<

Les llamaban «Los Jaguares»… pero sólo porque admiraban al soberbio felino, contaban historias por él protagonizadas y lucían en el pecho un escudo con su efigie. Por lo demás, eran muy humanos.Tenían sus virtudes y sus defectos, pero en circunstancias especiales, impulsados por el soplo alentador de una magnífica camaradería, ellos se crecían, se lanzaban a la aventura, en aras de un ideal de justicia, en perfecta conjunción.Equilibrado, responsable, inteligente, atlético y deportista, Héctor Santana, con sus quince años, figura como indiscutible capitán del grupo.Comodón, a medias egoísta, a medias vivales, el inmutable Julio Medina posee el «cerebro» capaz de resolver y maquinar lo increíble. De la misma edad que Héctor, su estatura le vale el apodo de «Largo».Raúl Alonso es un coloso de catorce años en cuyo ser se hermanan la bondad y la fuerza. Su fidelidad al grupo rayará en lo sublime, aunque a veces el corazón le causa disgustos. Oscar Medina, hermano de Julio, es el «pegote» de la pandilla. Los otros intentarán zafarse de él porque, con sus diez años, les viene pequeño. Para sentar su categoría y su indiscutible derecho a incrustarse en «Los Jaguares», se las dará de sabio con un lenguaje harto pintoresco.Un día, «Los Jaguares» conocerán a dos chicas: Sara y Verónica. La primera es una vivaracha pelirroja de trece años capaz de llegar donde sea. La segunda brilla con la luz propia de su encanto personal, de una belleza que causa asombro y produce su impacto en alguno de nuestros protagonistas, que las incorporarán a su grupo.Y por último tenemos… ¡a Petra!, ardilla amaestrada propiedad de Sara. Posee la vivacidad del mono, la astucia del zorro y la gracia cautivadora del más encantador falderillo.<

Les llamaban «Los Jaguares»… pero sólo porque admiraban al soberbio felino, contaban historias por él protagonizadas y lucían en el pecho un escudo con su efigie. Por lo demás, eran muy humanos.Tenían sus virtudes y sus defectos, pero en circunstancias especiales, impulsados por el soplo alentador de una magnífica camaradería, ellos se crecían, se lanzaban a la aventura, en aras de un ideal de justicia, en perfecta conjunción.Equilibrado, responsable, inteligente, atlético y deportista, Héctor Santana, con sus quince años, figura como indiscutible capitán del grupo.Comodón, a medias egoísta, a medias vivales, el inmutable Julio Medina posee el «cerebro» capaz de resolver y maquinar lo increíble. De la misma edad que Héctor, su estatura le vale el apodo de «Largo».Raúl Alonso es un coloso de catorce años en cuyo ser se hermanan la bondad y la fuerza. Su fidelidad al grupo rayará en lo sublime, aunque a veces el corazón le causa disgustos.Oscar Medina, hermano de Julio, es el «pegote» de la pandilla. Los otros intentarán zafarse de él porque, con sus diez años, les viene pequeño. Para sentar su categoría y su indiscutible derecho a incrustarse en «Los Jaguares», se las dará de sabio con un lenguaje harto pintoresco.Un día, «Los Jaguares» conocerán a dos chicas: Sara y Verónica. La primera es una vivaracha pelirroja de trece años capaz de llegar donde sea. La segunda brilla con la luz propia de su encanto personal, de una belleza que causa asombro y produce su impacto en alguno de nuestros protagonistas, que las incorporarán a su grupo.Y por último tenemos… ¡a Petra!, ardilla amaestrada propiedad de Sara. Posee la vivacidad del mono, la astucia del zorro y la gracia cautivadora del más encantador falderillo.Petra va a encontrarse con un rival peligroso en el favor de los chicos: León, monito friolero a quien Oscar viste graciosamente y adiestra para que pueda rivalizar con la ardilla.<

Les llamaban «Los Jaguares»… pero sólo porque admiraban al soberbio felino, contaban historias por él protagonizadas y lucían en el pecho un escudo con su efigie. Por lo demás, eran muy humanos.Tenían sus virtudes y sus defectos, pero en circunstancias especiales, impulsados por el soplo alentador de una magnífica camaradería, ellos se crecían, se lanzaban a la aventura, en aras de un ideal de justicia, en perfecta conjunción.Equilibrado, responsable, inteligente, atlético y deportista, Héctor Santana, con sus quince años, figura como indiscutible capitán del grupo.Comodón, a medias egoísta, a medias vivales, el inmutable Julio Medina posee el «cerebro» capaz de resolver y maquinar lo increíble. De la misma edad que Héctor, su estatura le vale el apodo de «Largo».Raúl Alonso es un coloso de catorce años en cuyo ser se hermanan la bondad y la fuerza. Su fidelidad al grupo rayará en lo sublime, aunque a veces el corazón le causa disgustos.Oscar Medina, hermano de Julio, es el «pegote» de la pandilla. Los otros intentarán zafarse de él porque, con sus diez años, les viene pequeño. Para sentar su categoría y su indiscutible derecho a incrustarse en «Los Jaguares», se las dará de sabio con un lenguaje harto pintoresco.Un día, «Los Jaguares» conocerán a dos chicas: Sara y Verónica. La primera es una vivaracha pelirroja de trece años capaz de llegar donde sea. La segunda brilla con la luz propia de su encanto personal, de una belleza que causa asombro y produce su impacto en alguno de nuestros protagonistas, que las incorporarán a su grupo.Y por último tenemos… ¡a Petra!, ardilla amaestrada propiedad de Sara. Posee la vivacidad del mono, la astucia del zorro y la gracia cautivadora del más encantador falderillo.Petra va a encontrarse con un rival peligroso en el favor de los chicos: León, monito friolero a quien Oscar viste graciosamente y adiestra para que pueda rivalizar con la ardilla.<

Les llamaban «Los Jaguares»... pero sólo porque admiraban al soberbio felino, contaban historias por él protagonizadas y lucían en el pecho un escudo con su efigie. Por lo demás, eran muy humanos.Tenían sus virtudes y sus defectos, pero en circunstancias especiales, impulsados por el soplo alentador de una magnífica camaradería, ellos se crecían, se lanzaban a la aventura, en aras de un ideal de justicia, en perfecta conjunción.Equilibrado, responsable, inteligente, atlético y deportista, Héctor Santana, con sus quince años, figura como indiscutible capitán del grupo.Comodón, a medias egoísta, a medias vivales, el inmutable Julio Medina posee el «cerebro» capaz de resolver y maquinar lo increíble. De la misma edad que Héctor, su estatura le vale el apodo de «Largo».Raúl Alonso es un coloso de catorce años en cuyo ser se hermanan la bondad y la fuerza. Su fidelidad al grupo rayará en lo sublime, aunque a veces el corazón le causa disgustos.Oscar Medina, hermano de Julio, es el «pegote» de la pandilla. Los otros intentarán zafarse de él porque, con sus diez años, les viene pequeño. Para sentar su categoría y su indiscutible derecho a incrustarse en «Los Jaguares», se las dará de sabio con un lenguaje harto pintoresco.Un día, «Los Jaguares» conocerán a dos chicas: Sara y Verónica. La primera es una vivaracha pelirroja de trece años capaz de llegar donde sea. La segunda brilla con la luz propia de su encanto personal, de una belleza que causa asombro y produce su impacto en alguno de nuestros protagonistas, que las incorporarán a su grupo.Por último tenemos... ¡a Petra!, ardilla amaestrada propiedad de Sara. Posee la vivacidad del mono, la astucia del zorro y la gracia cautivadora del más encantador falderillo.<

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