Todo empezó como la búsqueda romántica de un objeto mítico: la copa que usó Jesucristo en su última cena es una reliquia marcada por un sinfín de leyendas, un tesoro perdido en el que solo creen unos pocos. Pero ahora las cosas han cambiado. El cáliz existe y solo un hombre debe poseerlo, aunque para ello tendrá que enfrentarse a un enemigo letal y descifrar los secretos que se esconden en la obra del arquitecto que proyectó uno de los templos más hermosos y originales del mundo: la Sagrada Familia.Con La piedra de fuego, Cooper aborda uno de los enigmas más fascinantes de la Historia recreándolo en el escenario de Barcelona y protagonizado por uno de sus ilustres personajes: Antonio Gaudí.
Una mujer de mediana edad, cansada de la monotonía de su vida decide abandonar a su familia y emprender un viaje en tren con destino desconocido para encontrase a si misma. Allí, en un pueblo perdido entre las montañas conoce a alguien que la confunde con otra persona que vivió hace muchos años. A partir de aquel momento se convierte en la protagonista de una extraordinaria historia de amor fuera del tiempo, donde la ficción se confunde con la realidad. Tras su misteriosa desaparición, hallan su cuerpo entre las ruinas de una casa abandonada de las afueras, en el mismo lugar donde años antes se había hallado el cadáver de un hombre muerto también en extrañas círcunstancias y a partir de entonces la gente del pueblo empieza a considerar la casa como un lugar maldito que nade quiere visitar hasta que deciden derrumbarla y olvidarla para siempre.
Corre el año 1876, y la presidencia de Nicolás Avellaneda se estremece bajo los ecos de una frustrada revolución. La crisis económica sacude al país y el encono partidario entre mitristas y alsinistas desborda los cafés y las calles de Buenos Aires. La colonización agrícola se yergue como una promesa en los rostros de los inmigrantes que llegan en oleadas: los tanos, los turcos, los gaitas y los rusos cambian la fisonomía de una ciudad que deja atrás su pasado de Gran Aldea. A ese escenario turbulento regresa Julián Zaldívar y Durand, y retoma los lazos que lo unían a la clase dirigente. Sin embargo, no es el mismo de antes. La sociedad porteña se horrorizaría si supiese lo que el soltero más codiciado del momento esconde en su propia casa. El hombre que regresa a su tierra a lamerse las heridas, como el león a su madriguera, se verá envuelto en toda clase de intrigas: políticas y de alcoba. Él, que había jurado no volver a enamorarse. Una mujer ilícita, una viuda intrigante, una joven desamparada y un antiguo amor ponen a prueba esa decisión. Entre los debates de los hacendados en la Sociedad Rural, la xenofobia en las pampas y los misterios del universo femenino, Julián Zaldívar, porteño nacido en cuna de oro, se enfrentará a los fantasmas de su propio pasado. En la más intimista de todas sus novelas, la autora pinta un fresco de la Buenos Aires de las últimas décadas del siglo XIX, con todos los matices que la convirtieron en la Reina del Plata.
Mar del Plata es poco más que un descampado al comenzar la década de 1880, pero el empuje del gobernador y el entusiasmo de la aristocracia porteña, que ansía contar con un sitio similar a Biarritz, Brighton o Deauville, harán de la pequeña villa un refugio encantador. Violeta Garmendia, recién llegada de Europa, se ve envuelta en un proyecto inesperado: formar parte de la primera gran temporada de verano. Es un acontecimiento social, y el comienzo de una aventura. Corren tiempos agitados. La presidencia de Julio A. Roca ha dado un vuelco a la historia argentina. La crisis financiera que acompaña el gobierno de Miguel Juárez Celman alimenta el espíritu de sublevación. El encono ha nacido entre algunos anarquistas provenientes de Buenos Aires, y así, las temporadas se deslizan en un mar de contrastes entre la vida elegante de algunos y la pobreza de otros. Allí, en los cotillones del Hotel Bristol, los paseos bajo la luna, las tardes en la Rambla y las excursiones que propone el vicepresidente Pellegrini, alma mater de Mar del Plata, la vida pondrá en una encrucijada a Violeta. Dividida entre el pasado que vuelve y un futuro tentador, la joven se debate entre sueños y sensaciones inquietantes. Su hermosura despierta toda clase de sentimientos en los hombres que la rodean, pero su corazón permanece cerrado a cal y canto. ¿Quién tendrá la llave? La canción del mar es una novela mundana y salvaje, reúne la distinción de la aristocracia y la sencillez de la vida de pueblo en un paraje agreste. Gloria V. Casañas nos muestra cómo la villa atlántica se irá convirtiendo, a lo largo de esta historia, en la perla de Sudamérica. Y mientras nos deleita con personajes inolvidables, nos vuelve a demostrar que es una de las mejores escritoras latinoamericanas de hoy.
Livia Cañumil, discípula de las maestras normales que llegaron al país de la mano del presidente Domingo Faustino Sarmiento entre 1869 y 1898, desanda ese camino cuando decide viajar a Norteamérica para especializarse en la enseñanza de los jardines de infancia. Lleva en su sangre el estigma de ser mestiza, pues es hija de una cautiva blanca y un araucano de noble estirpe, aunque esa misma condición le otorga el temple bravío de los guerreros de su pueblo. Con la determinación que le permitió superar la pobreza en su tierra, Livia está dispuesta a enfrentar cualquier obstáculo que la vida le depare, conciliando su parte india y su parte blanca. Hasta que el destino la lleva al seno de la familia Robinson. Allí, en medio de conflictos y secretos enterrados, Livia deberá lidiar con su parte débil, la que como mujer se revela ante el primer amor. De modo inesperado y brutal, se verá obligada a pelear en la lid de la pasión, la única para la que no tiene armas. Sólo el cariño que le inspira la mayor de las Robinson, un caso perdido por su ceguera y su sordomudez congénitas, la mantiene firme en su propósito de no bajar los brazos.Jeremías Robinson arrastra la desgracia donde vaya. Inmigrante pobre en una sociedad que exige credenciales para triunfar, ha sabido sobrevivir con sus puños en los más abyectos ambientes. La coraza que lo reviste es lo bastante dura como para que ni siquiera la vida de sus hijas la atraviese, mucho menos la insistencia de una institutriz cuyas ideas desprecia aun antes de conocerlas. Pero hasta el hueso más duro de roer se agrieta cuando un material resistente lo golpea. La sociedad de Nueva Inglaterra catapulta a Livia hacia un tumulto de ideas novedosas, partidismos políticos y movimientos femeninos que la deslumbran y abren su mente, pero también arroja a Jeremías a un tenebroso mundo de espíritus vengativos que sacarán a la luz macabros secretos que el tiempo se empeñó en enterrar. En ese escenario de ideales filosóficos, supersticiones y costumbres puritanas, dos seres que desafían los modelos sociales, cada uno a su modo, se debatirán intentando lograr el equilibrio de sus corazones. A horcajadas entre el mundo físico y el sobrenatural, la antigua discípula de la escuela de la laguna donde enseñó una de las primeras normalistas que pisó el Río de la Plata, y un boxeador irlandés con un oscuro pasado y una indiferencia que roza la grosería, se verán sacudidos con la fuerza de los vendavales del Atlántico Norte.
Segunda novela de la serie Tres lunas de navidad, compuesta por tres historias que se tejen bajo el influjo de la luna y transcurren en diversos escenarios de los Estados Unidos y la Argentina. En Luna quebrada, se define el destino de Juliana Balcarce, que en Noche de Luna Larga se despidió con una promesa de amor. Juliana Balcarce, hija de una de las maestras norteamericanas que el presidente Domingo Faustino Sarmiento llevó a la Argentina entre 1869 y 1898 para fundar el Normalismo, decide estudiar medicina en un tiempo en el que las ciencias están vedadas a las mujeres. Aconsejada por la primera médica argentina, Cecilia Grierson, viaja a las sierras de Córdoba, donde funciona un hospital para enfermos de tuberculosis, un flagelo que atraviesa todas las clases sociales. Basado en el concepto de la 'cura de altitud' que se practica en Europa, el sanatorio climatérico alberga tanto a enfermos crónicos como a desahuciados, en medio de un paisaje de valles y quebradas embellecido por el sol del verano en el hemisferio sur. Allí, impulsada por su espíritu compasivo y por una intuición clínica que lleva en la sangre al ser la nieta de un cacique del desierto por vía paterna, Juliana toma el caso de un minero serrano como un desafío. Es un hombre simple, pero su alma delicada es la de un artista. Entre enfermera y paciente se entabla un vínculo cada vez más estrecho, aun sabiendo que sus mundos son ajenos, no sólo por su nivel cultural sino por las convenciones de la época. En la víspera de la Navidad llega al hospital alguien a quien Juliana conoció durante el tiempo en que acompañó a su abuela en Amherst, Estados Unidos. Y su presencia la arroja a una encrucijada. ¿Traerá la luna de Navidad la claridad que la joven necesita para encontrar el camino?
Por el sendero de las lágrimas
Desde el Río de la Plata, a través del valle de Shenandoah en Virginia, y rumbo a las Montañas Humeantes de Carolina del Norte, dos seres destinados a vivir en la soledad del espíritu tomarán decisiones que los arrojarán al abismo de la tentación y, tal vez, de la salvación. Jim Morris, shamán del clan del Lobo entre los cherokee, parte de la Argentina, donde acaba de vengar la muerte de su padre, llevando con él la prueba de su hazaña como trofeo. En el mismo barco que lo regresa a su tierra se topa con Claramaría La Rochelle, que también abandona el Río de la Plata obligada por razones familiares, y retorna a la plantación de tabaco de su padre, en Virginia. Pero ella no es una mujer común, es una novicia de la Orden de Nazaret, deseosa de ordenarse cuanto antes para satisfacer su vocación de servicio. Circunstancias excepcionales la llevan a apoyarse en ese hombre enigmático y distante que la evade, al tiempo que permanece atento a sus necesidades. A pesar de no tener nada en común, y aunque cada uno debe resolver sus propios asuntos, Clara y Jim se ven empujados a compartir un viaje que traspasará la frontera de lo geográfico y se convertirá en una peregrinación hacia el interior de sus corazones, donde las antiguas lágrimas que vertieron los cherokee volverán a brotar, y exigirán respuestas que ninguno de ellos se siente capaz de dar. ¡Comenzamos con la cuenta regresiva!
El prisionero de la avenida Lexington
Algunas ciudades ocupan tanto espacio en nuestro subconsciente que incluso se pueden pasear en sueños. Son como parientes lejanos que por fin tienes ocasión de conocer. No te suelen defraudar. Visitadas, te procuran una intimidad ajena a esos lugares comunes donde el turista busca la inmortalidad. Los cuentos que reúne El prisionero de la avenida Lexington, -escritos por Gonzalo Calcedoantes, durante y después de una estancia en Nueva York-, no pretenden ser un homenaje ni un complemento a esa guía de viajes apócrifa que todos llevamos dentro. El autor, referencia de la narrativa breve hispana actual, traza aquí un recorrido frugal y naif por una ciudad que, incluso pisada y palpada, parece imaginaria.
¿Qué tiene en común la música con la literatura? En principio, está su sentido del ritmo, la voluntad de transmitir sentimientos y la posibilidad de llevarnos a la dimensión de los recuerdos. No es poca cosa: es la clave de una obra completa. Como en los musicales de Hollywood, el autor establece una amena coreografía con una serie de vivencias donde las letras de las canciones son fragmentos de los diálogos de sus personajes. Así, los temas del britpop ─aquellos que enarbolaron bandas británicas como Blur, Pulp, Oasis y Suede en los años noventa─ son el marco referencial para entender por qué un joven peruano decide viajar a Chile y descubrir y olvidar amores casi de manera simultánea. Entre país y país él descubrirá que su peregrinaje es la metáfora de su propia trayectoria sentimental. Con Canciones para escapar, los lectores podrán experimentar la ambivalencia de la música mientras leen: alegría y tristeza, risas y lágrimas a la vez, pero al final de todo siempre una lucha contra el tiempo y la soledad.
Muchas historias de adolescentes suelen hablar de sus primeros (des)amores. Esta no necesariamente. Las malas compañías podría resumirse como las andanzas de un joven a principios de los años noventa que, más allá de las alegrías y diversiones con sus amigos, se siente vulnerable y confundido al redescubrir su mundo. Así, los primeros encuentros con chicas y las primeras fiestas de la secundaria se entrelazan con las tardes de deporte en el barrio, las interminables caminatas nocturnas, las fugas del salón de clases y la adicción a lo que quizá marcó a toda una generación: los videojuegos. El hilo conductor de escenas no es más que el rock: otra droga que en ciertos momentos proporciona serenidad al protagonista y en otros lo lleva a actuar de manera impulsiva. Tras escuchar y leer todas las canciones que pasan por su cabeza, sus lectores contemporáneos y melómanos no podrán evitar hacerse una pregunta esencial: ¿Fueron los años noventa mejores que los ochenta? La respuesta podría estar en un clásico tema de R.E.M.: «Hey kids, rock and roll/ nobody tells you where to go, baby…». La música está incluida en el libro.
La fiesta, como celebración y ceremonia, es el escenario común a las tres etapas de la vida de Moncho, el adolescente, Ramón, el adulto, y Aguilar, el hombre maduro, en el transcurso de quince años de su vida, entre 1965 y 1980. La fiesta es también el lugar donde el ser humano llega con mayor frecuencia a estados límite, donde la risa puede terminar en drama, donde la historia pequeña de toda una generación nace bailando un bolero, vive su etapa de proyectos y utopías, y va fundiéndose, con el desgaste irreversible de las modas, los valores, las ideologías y las pasiones, en un progresivo desmoronamiento.
Jerusalén, año 70 de nuestra era. Cuatro legiones romanas asedian la ciudad, y es solo cuestión de días que ésta caiga y que sus habitantes sufran una orgía de venganza, sangre y destrucción. Conscientes de ello los zelotes, celosos guardianes del Templo del Rey Salomón, ya han puesto a buen recaudo su imponente Tesoro, dejando únicamente en manos de dos sicarios el conocimiento de su ubicación. Año 2012. Patricia Calpe, célebre arqueóloga madrileña que un año antes consiguió rescatar el sarcófago de Menkaura de las aguas del puerto de Cartagena, apenas se ha recuperado de la traumática muerte del amor de su vida, cuando recibe un enigmático e inquietante correo electrónico. Con el sorprendente descubrimiento del remitente de dicho eMail, se verá envuelta nuevamente y sin querer en una aventura peligrosa. Juntos deberán emprender la búsqueda y recuperación de un viejo pergamino judío, que sacará a la luz una sorprendente historia enmarcada en la Segunda Guerra Mundial y pondrá en peligro la estabilidad mundial. Códigos encriptados, pistas ocultas, antiguos nazis sin escrúpulos y la amenaza de acabar con la vida de un anciano de origen alemán secuestrado en la localidad cacereña de Hervás, volverán a poner a prueba toda la capacidad deductiva de Patricia y su acompañante.
En el año 2047, en una Tierra arrasada por una guerra nuclear “limitada”, una arcaica palabra, el Atheling, puede contener la clave de la supervivencia de toda la humanidad. Eso al menos es lo que descubre Pitar Ellisen, Controlador de la Federación PanAmericana, cuando recibe la visita del Hesikastor, el viejo y carismático líder de un movimiento antibelicista que pretende detener a toda costa la nueva carrera de armamentos y su trágico e inevitable final. A través de una máquina capaz de proyectar los pensamientos sobre una pantalla, el Hesikastor muestra a Ellisen vívidas imágenes de las destrucciones de la guerra, luego las de un idílico lugar que no parece tener ninguna relación con los problemas de nuestro planeta: Phrynis, un mundo distante cuyas señales psíquicas llegan hasta el Hesikastor, y que esta destinado a afectar poderosamente el destino de la Tierra.
Al igual que, siglos atrás, la física realizó grandes avances gracias a quecientíficos como Galileo, Kepler o Newton se atrevieron a buscar lasestructuras matemáticas que subyacen a la realidad, en Demostrado a Darwin, el autor aspira a descubrir las estructurasalgorítmicas de la biología. De este modo, Gregory Chaitin nos introduce en la metabiología, unadisciplina relativamente nueva en la que las matemáticas se convierten en unvalioso aliado de la biología. Chaitin recurre a los primerosteóricos de la computación, como John von Neumann, Alan Turing o Kurt Gödel —cuyostrabajos dieron pie, a mediados del siglo XX, a la noción de software y a lacreación de los primeros ordenadores—, y presenta un modelo matemático quedemuestra uno de los postulados fundamentales de la teoría darwinista de laevolución: la selección natural de las especies a través de las mutacionesazarosas. Al equiparar el ADN con un software natural, chaitin nosólo inaugura un debate científico fascinante, sino que nos obliga a mirar demodo muy novedoso tanto la biología como las matemáticas.
La obra poética de Guido Cavalcanti (ca. 1255-1300), con sólo medio centenar de sonetos, baladas y canciones, es la más representativa del Dolce Stil Novo. Nadie lo supera ni en oído musical, ni en profundidad psicológica, ni en ese sentido aristocrático y heterodoxo que habita en sus poemas. Ezra Pound fue su máximo admirador.
En el año 1241 una horda de feroces guerreros se precipita desde las estepas al centro de Europa. Sedientos de sangre y de saqueos, les precede su fama de crueldad: son los tártaros, cuyo nombre ya es sinónimo de terror. Confiado en la ayuda de unas tropas cristianas que avanzan con lentitud, el ejército de Enrique II, duque de Silesia, será aniquilado en la batalla de Legnica, y cuando lleguen sus aliados solo encontrarán ciudades arrasadas y poblaciones que han huido. De regreso de Tierra Santa, Eustachius von Felben, un monje guerrero de la Orden de los caballeros teutónicos, cruza aquellas tierras desoladas. Es un hombre de armas, animado sin embargo por una fe ardiente. Su misión es escoltar a un mercader veneciano con un importante encargo del doge de Venecia para el Gran Maestro de la Orden y un regalo de valor inestimable: una cruz cuajada de gemas que había pertenecido a Santa Elena, madre del emperador Constantino. Después de casi veinte años de batallas en Tierra Santa, Eustachius tendrá que medirse con otros infieles más peligroso que los turcos o los sarracenos, y que están mucho más cerca de las fronteras del mundo cristiano.
Año 275. Frontera renana. A una señal del legado Valerio Metronio, los soldados romanos irrumpen en las cabañas trayendo el pánico y el horror. En pocas horas, no quedarán más que las cenizas de Ildiviasio, capital de los suarines. Para Valerio y para el Imperio es una inútil victoria, porque tan sólo dos pequeñas provincias de Germania Inferior y Superior representan el último baluarte contra la barbarie. La estirpe de los alamanes, vándalos y arios aumenta sin cesar. Una coalición de tribus de dimensiones nunca vistas hasta el momento se está reuniendo para invadir las Galias, aprovechándose de las continuas guerras entre los generales romanos. Hordas de feroces hombres armados se desplazan en todas direcciones, devastando todo aquello que encuentran en su camino. El destino de Roma parece decidido. A la valerosa Vigésima Segunda legión de Valerio Metronio le espera el deber de intentar lo imposible: detenerlos. Sobre este escenario dominado por la violencia, se entrelazan diversas tramas, como la historia de amor entre Valerio y su bella esclava Idalin. La guerra decidirá el destino de cada uno de ellos.
En 1946, en una Italia marcada por los terrores de la guerra recién terminada, las jóvenes Emma y Marzia entablan una amistad que se acabará transformando en un amor absoluto, pero prohibido por los prejuicios y las convenciones sociales del entorno burgués en el que viven. Juntas descubren el placer del sexo y la ternura de la confidencia. Son conscientes de la inconveniencia de sus sentimientos y tratan de llevar su relación en secreto, al margen de sus familias. Pero cuando todo se descubre, sus padres se oponen, castigándolas con severidad y alejándolas definitivamente. Marzia se va a vivir a Argentina, mientras Emma es enviada a Londres; veinte años después, un giro del destino hará que se reencuentren. Guido Conti propone al lector un viaje del pasado al presente, desde la burguesía provinciana hasta la ciudad y desde el cuerpo hasta lo más profundo de la psicología humana.
Rosa Alcázar, joven viuda, ante la perspectiva de una presunta muerte inminente, propone algo milagroso al médico que le atiende: dar a su hijo, vivo y sano, al matrimonio que acaba de perder al suyo, los de la Riva, una familia acaudalada. Será un secreto entre Rosa, el médico y el marido de la mujer que acaba de dar a luz a un bebé muerto. Ésta no debe saber la verdad. Rosa no muere, pero deberá olvidar al niño nacido de sus entrañas que recibirá a cambio todo lo que ella no puede darle: carrera, dinero, posición. El amor de esa madre, finalmente, la llevará a colocarse como ama de cría de la familia y al servicio de su hijo y del otro hijo de la pareja, un joven malvado, rico y ambicioso que le hace la vida imposible. Ella lo soporta todo con gran resignación y guarda silencio hasta que consigue que el amor hacia su hijo triunfe sobre todas las cosas.
«A los pobres los tendréis siempre con vosotros.» Son palabras de Cristo. Los pobres estarán siempre en el mundo, nunca dejarán de existir por mucho que la Humanidad progrese y por mucho que cambien los sistemas políticos y sociales. Eso lo dijo Cristo que no puede engañarse ni engañarnos. Pero no dijo sólo eso. No dijo: los pobres estarán ahí. Dijo: los tendréis con vosotros. Es decir: serán cosa vuestra, os estarán encomen¬dados, seréis responsables de ellos. Y esta responsabilidad es, naturalmente, mucho más grave cuando se trata de nuestros parientes, los que están unidos a nosotros por lazos de sangre. Todos tenemos «parientes pobres», aunque a veces prefiramos ignorarlos u olvidarlos. Pero «pobres» no son sólo aquéllos que no tienen dinero, sino los débiles, los mal dotados para la lucha por la vida, incluso los que son víctimas de sus propios pecados... Todos los afligidos, en fin. Por eso puede darse la circunstancia de que los ricos en dinero sean pobres en otras cosas y se vean reducidos a solicitar la misericordia de aque¬llos mismos «parientes pobres» a quienes en otro tiempo humillaron con su desdé.». Uno de estos casos es el que relata la novela que tiene usted en la mano: dos familias, unidas por un próximo parentesco y separadas por un abismo económico y social, que se enfrentan en un conflicto definitivo entre la venganza y el perdón, entre el deber cristiano y la más poderosa de las humanas pasiones: la soberbia. Un terrible combate, del que depende la suerte de muchas personas y que se riñe dentro de la con¬ciencia de un hombre.