Unas cuantas calles
«Unas cuantas calles» narra un día en la vida de unos jóvenes de una barriada popular de Madrid a principios de los años setenta. Decenas de personajes entran y salen de sus páginas, desarrollando unos hechos que cambiarán su destino, mientras conformaban los rasgos de la nueva España. Aborda la lucha entre padres e hijos, el cambio de valores, la ruptura de mentalidades, la plenitud de la adolescencia, la llegada de la política y del sexo, todo ello en un país al borde de una transformación histórica. La novela habla de aquella época que marcó la vida, las costumbres y la forma de pensar de un par de generaciones. Unos años trepidantes en los que la política, el sexo, la cultura y la libertad entraron en las venas de los españoles para cambiar sus mentes y sus músculos, para modificar los genes de este viejo país y convertirlo en uno de los más atrevidos de Europa en apenas unos cuantos años. Es la historia colectiva de los chicos de barrio, con sus emociones, con sus valores, con esa forma de pensar tan romántica, pero también tan pegada al terreno y tan cercana a lo primario. La historia discurre a mediados de los setenta, cuando Franco estaba agonizando, al mismo tiempo que todo su régimen se derrumbaba, que todos los valores que cimentaron su España estaban siendo arrojados al baúl de la historia. Era la antesala de una ruptura sin precedentes que enfrentó, en ocasiones, a padres e hijos. La acción discurre en un domingo de abril, a lo largo de un día por el que desfilan decenas de personajes para protagonizar cientos de situaciones, cientos de vidas, contadas a pequeños retazos, para mostrar la fotografía viva de una sociedad nueva. Mientras Franco moría y su régimen se derrumbaba, nacía una nueva generación marcada por la lucha contra la dictadura, por la revolución del «rock’n’roll», por los escarceos sexuales y por una nueva literatura que rompía con el pasado.