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… Y poderosa, no lo olvides
—Creí que no volvería a verte.
—Jamás me fui, solo velaba mis armas.
—Te venceré otra vez.
—Ahora soy más fuerte. He mutado.
—Aun así, sigues siendo la Bestia.
—Soy más que eso.
—Solamente eres eso.
—Pero no estoy sola: la guerra es mi aliada.
—La guerra es el Rugido, y ni las bestias ni vuestros rugidos tenéis alma.
—¿Y para qué te ha servido a ti tenerla?
—Para aplastarte una vez. Me servirá para hacerlo de nuevo.
—El alma solo te hace más débil y a mí más fuerte.
—Veremos. Prepárate para luchar.
—Estoy preparada. ¿Lo estás tú?
—Siempre. Entra dentro de mí de nuevo si te atreves.
—Sabes que no puedo. Hay leyes que están por encima de nosotras.
—Cobarde.
—Puedo hacerte daño de otras mil formas.
—Dime la verdad: ¿por qué has vuelto?
—Porque soy como mi amiga la guerra, solo vivo para matar.
—El escorpión que pica a la rana…
—No puedo evitarlo, está en mi naturaleza.
—Eres fatua.
—Y poderosa, no lo olvides.