CONSTITUTION CUATRO

Shef de nuevo, y estamos..., vamos a ver..., alrededor del Día 250. ¿O es el 300? No, creo que no.

Miren, siento lo de la fecha, pero debo confesar sinceramente que ya no pienso mucho en esos términos. He estado pensando en otras cosas. Estoy también algo trastornado. No resulta agradable comunicar con ustedes. No somos vengativos, pero el hecho es que algunos de nosotros quedamos muy dolidos al descubrir lo que ustedes nos han hecho.

Empecemos por lo bueno. Nuestra velocidad está llegando ahora a punto-cuatro-oh c. El escenario empieza a resultar interesante. Durante varias semanas las estrellas a babor y estribor han ido desviándose del campo visual, en tanto que las situadas delante pasaban al ultravioleta y las situadas detrás al infrarrojo. Ustedes creían que, al ser desviadas por el espectro, las otras partes de las bandas EMF se harían visibles. Es posible que sea así, pero las estrellas aparecen a determinadas frecuencias, y la mayoría de ellas lo hacen a frecuencias visibles, de modo que el efecto resultante es su aparente desaparición. En primer lugar surgió delante de nosotros una mancha negra y redonda en la que no podíamos ver absolutamente nada, ni Alfa Centauro, ni Beta Centauro, ni siquiera las brillantes estrellas de Circe. Luego perdimos el Sol detrás de nosotros, y un poco más tarde vimos que el oscurecimiento se extendía a un creciente círculo de estrellas. Luego, los círculos empezaron a ensancharse.

Desde luego, sabemos que las estrellas están realmente allí. Podemos detectarlas con nuestros instrumentos, del mismo modo que podemos transmitir y recibir los mensajes variando las frecuencias. Pero ya no podemos verlas. Las que se encuentran en la línea directa de vuelo, en la que nuestra velocidad vectorial es de 34c ó 37c —según se encuentren delante o detrás de nosotros—, no irradian ya en la banda visible, sencillamente. Las más alejadas han sido desplazadas visualmente a causa de los efectos relativistas de nuestra velocidad. Pero el efecto que nos produce es el de viajar procedentes de la Nada y en dirección a la Nada y, francamente, resulta intimidante.

Incluso las estrellas situadas a uno de los lados muestran variaciones de color relativistas. Es casi como un arco iris, uno de aquellos arco iris completamente circulares que se ven en las nubes a veces cuando se viaja en avión. Sólo que este círculo nos rodea por completo. Más cerca del agujero negro que tenemos delante, las estrellas adquieren con frecuencia un opaco color rojizo. Jim Barstow las ha estado observando y puede encajarlas en el mapa del cielo real. Pero a mí me resulta imposible. Jim ve algo en el agujero negro que yo no puedo ver. Dice que en su opinión se trata de una brillante fuente de radio, probablemente Centauro A, y pretende que ahora está irradiando intensamente sobre toda la banda visible. Pero yo no puedo apreciarlo. Es posible que haya una especie de resplandor leve y difuso allí, como el Gegenschein, pero no estoy seguro. Ni lo está ninguno de nosotros.

Pero el arco estelar en sí es muy hermoso. Sólo por verlo, merece la pena haber llegado hasta aquí. Flo ha estado aprendiendo a pintar al óleo con el fin de poder pintar un cuadro y enviárselo para que lo cuelgue en una de las paredes de su casa, aunque cuando descubrió lo que nos habían hecho se puso tan furiosa que pensó en destruirlo con una bomba de fisión o algo por el estilo.

(Ahora se ha tranquilizado. Supongo.) De modo que ya no estamos enfurecidos con ustedes, aunque hubo un tiempo en que, de haber podido comunicar directamente, mi lenguaje no hubiese sido demasiado educado.

Acabo de reproducir todo lo anterior, y suena embarullado y confuso. Lo siento mucho. Resulta difícil para mí hacer esto. No me refiero a una dificultad intelectual —como la derivada de un problema de ajedrez o de un análisis extensor— sino a la sensación de estar acarreando arena con una cucharilla. Ocurre que no estoy acostumbrado a constreñir mis pensamientos en esta camisa de fuerza. He intentado que esta vez se hiciera cargo de la comunicación alguno de los otros, pero todos rehusaron. En cambio, me han dado una gran cantidad de consejos. Dot dice que no debo perder el tiempo recordando cómo hablábamos. Ella quería escribir un relato en numeración simplificada para ustedes, calculando que serían capaces de traducirlo en un espacio de tiempo razonable —de diez a veinte años—, y que les proporcionaría una narración fidedigna de todo. Objeté que su propuesta ofrecería dificultades prácticas. No en la preparación del relato: eso es trivial para nosotros ahora.

Pero la longitud de transmisión sería excesiva. No disponemos de la energía suficiente para transmitir el número necesario de grupos, en particular desde el accidente. Dot dice que podríamos Godelizarlo. Yo opiné que ustedes eran demasiado obtusos para des-Godelizarlo. Ella dijo que sería una práctica excelente para ustedes.

Bueno, Dot tiene razón en este último aspecto, y ya es hora que todos ustedes aprendan a comunicarse de un modo sensible, de modo que si la carga de energía lo permite, incluiré el relato de Dot al final..., en forma Godelizada. Mucha suerte. No me extrañaría que omitieran ustedes un dígito o algo por el estilo y que el relato se convirtiera en «Rebecca of Sunnybrook Farm», o en algo parecido. Ski dice que en cualquiera de los casos no les haría a ustedes ningún bien, ya que Henle estaba en lo cierto. Por mi parte, ningún comentario.

Sexo. Ustedes siempre quieren oír hablar de sexo. Es estupendo. Ahora que ya no necesitamos tomar las píldoras, estamos disfrutando de unos momentos maravillosos. Flo y Jim Barstow lo iniciaron como parte de un sistema de comunicaciones multíplice que hay que verlo para creerlo. El otro día, cuando tuvimos que someternos a una intervención quirúrgica menor —ahora tenemos los huesos «aclimatados»—, Ann y Ski decidieron utilizar la expectación sexual en vez de la anestesia, y dicen que resultó mejor que la acupuntura. No bloquea la sensación. Se daban cuenta que les extirpaban los dedos meñiques de los pies, pero no lo percibían como dolor. De modo que cuando le tocó el turno a Jim quiso someterse a la operación sin otra anestesia que la expectativa de acostarse con Flo un poco más tarde, y dio resultado. Jim quedó muy trastornado por ello; pretendió que demostraba una causalidad inversa a la que sus teorías habían predicho, pero que no habían sido demostradas hasta entonces. Algo así como la suspensión de la-causa-precediendo-al-efecto. (No estoy seguro de haberlo captado del todo). Supongamos que Jim no se hubiese acostado con Flo. ¿Le habrían dolido los dedos retroactivamente? Confieso que no acabo de verlo claro. Dot dice que es debido a que no comprendo la fenomenología en general, y creo que tendré que seguir el consejo de Ann y dedicarme a Carnap, aunque las lingüísticas son tan pobres que resulta difícil progresar.

Bueno, todo va incluido en el relato eidético Godelizado. De modo que voy a transmitírselo a ustedes, y mientras lo hago llevaré a cabo una especie de revisión y tal vez consiga aclarar de un modo suficiente lo de la causalidad.

Miren, voy a darles una pista. El relato contiene también el plasma ideado por Ski para más de 500K milisegundos, de modo que cuando lo descifren sabrán cómo construir aquellos reactores a fusión de los que hablaban cuando nos marchamos. Es como la zanahoria delante de su nariz, de modo que adelante con la des-Godelización.

Bien, tengo que interrumpir este comunicado, ya que la energía ha perdido intensidad y quiero transmitir el relato eidético, tal como les he anunciado. Es como sigue:

1973 + 331852 + 172008 + 547 + 39606 + 288, réstese 78.

¡Mucha suerte, camaradas!