Marian desplegó la página de periódico en la mesa del salón. Eran las 02:55. Un coche hizo rugir el motor en la silenciosa calle y unos jóvenes se llamaban a gritos. Se oyeron sonoras risotadas antes de que el coche desapareciese y volviera el silencio. Se inclinó hacia delante y miró fijamente el artículo.

Aftenposten, miércoles 11 de octubre de 2005

VIVEN OCULTOS

Creían que estaban seguros. Nosotros los encontramos

«¿Cómo me habéis encontrado?», pregunta la mujer rusa cuando Aftenposten llama. «Creía que estaba a salvo». Le preguntamos si acepta reunirse con nosotros para contarnos su historia: cómo se vive con una identidad falsa. Dice que lo pensará.

La policía reacciona

Esa noche recibimos una llamada de la comisaría de Oslo. La mujer había llamado a su persona de contacto para contarle que habíamos obtenido fácilmente su nombre y dirección. Ahora la policía quiere saber cómo lo hicimos.

Les informamos de que hemos utilizado métodos legales, pero no les contamos cuáles. La policía afirma que es imposible localizar a la mujer. Pero reconocen que el sistema tiene puntos débiles. Nos piden que no volvamos a ponernos en contacto con ella.

Muy grave

La Policía Judicial no está sorprendida por nuestros descubrimientos. «Los procedimientos de bloqueo de direcciones y cambios de nombre tienen serias deficiencias», reconoce Halvor Lydersen. Está al frente el departamento de investigación estratégica de la Policía Judicial.

«Esto es muy serio», dice la directora de la secretaría general de Centros de Acogida de Oslo, Sonja Pettersen, que ha asistido a la mujer. «Las lagunas del sistema deben repararse inmediatamente. Esto puede poner vidas en peligro».

Marian dejó la hoja de periódico en el suelo. Birka la olisqueó. Volvió a coger la agenda. Sus ojos volaban por las páginas. En algunos lugares la letra de Martin era difícil de entender. Tenía que concentrarse. Entornó los ojos.

Enero 2006

Tengo que aclarar esto, por Juha. ¿Y si Angelina no se puso esa sobredosis ella misma? ¿Con quién trabajaba Hans? Los dos asuntos no tienen ningún punto en común si aplicamos la lógica, pero aun así se cruzan, y espero de verdad que no coincidan con la idea que está tomando cuerpo en mi mente. Angelina dio una pista a la policía, luego la localizaron. Me enteré del caso por la prensa. Debía de saber demasiado. No tenía ni idea de que tuviera un hijo. Supe de su existencia por casualidad. Fui a buscarlo a la estación Sur de Oslo. Quedamos en el Burger King. No podía dejar que siguiera su camino solo. Todo era desgarrador. Si voy a hacer algo bueno en la vida, será ayudarlo. Pienso en Marian. Le gustará Juha y él confiará en ella. Aunque sea lo último que haga, en algún momento y de alguna manera, tengo que reunirlos.

Se asustó. ¿Qué demonios quería decir aquello? ¿Quién era Juha y por qué quería Martin que ella le conociera? ¿Qué había estado haciendo en realidad? ¿Con quién trabajaba Hans? ¿Quién era el tal Hans?

Los documentos y los recortes de prensa estaban revueltos. Tenía que intentar colocarlos en el orden correcto, tenía que ordenar, entender y analizar. Marian siguió pasando las páginas de la agenda.

Noviembre 2009

Me ha llevado años llegar a las conclusiones que ahora se van materializando. Aquella vez, Hans no actuó solo. He quedado en encontrarme con Finn en el almacén.

Se levantó, se acercó a la ventana, apartó las cortinas y sintió el calor que desprendía el radiador eléctrico. Apoyó la frente en el cristal. Abajo, junto al marco, la ventana estaba cubierta de grandes rosas de hielo. Miró fijamente hacia la calle vacía, negra y nocturna.