30 de diciembre de 1963
El 30 de diciembre continuaron el descenso por la ruta original, que Paul Etter ya conocía. Ya no era necesario continuar en estricta línea recta, pues, liberados del peso de los cadáveres, se podían mover en horizontal y buscar un camino más sencillo por la ruta de 1938. Pasaron su cuarta noche en la pared antes de alcanzar la travesía Hinterstoisser y el 31 de diciembre pisaron tierra firme después de haber completado el primer descenso integral de la Eigerwand.
Los cuerpos de Rabadá y Navarro, despedazados por la caída de casi mil metros, fueron recuperados por los tres guías suizos esa misma mañana. Luego los arrastraron hasta Kleine Scheidegg, donde fueron recibidos como héroes.
Cadáver de Ernesto Navarro. Marcado con una flecha, el autoseguro de Ernesto. Marcado con un paréntesis, el nudo de la cuerda de seguridad que descendía hacia Rabadá. Marcada con un círculo, la mitad de la cuerda.