Capítulo siete
¿Por qué los Tres Reyes Magos eran hombres sabios?
El valor de aprender a lo largo de toda la vida
En la escuela dominical aprendí una importante lección de vida de los Tres Reyes Magos.
Mi maestra era increíble, y estoy seguro de que una de las razones por las que era genial, era porque adoraba dar clases a niños. En una ocasión nos preguntó:
—¿Por qué los Tres Reyes Magos eran hombres sabios?
Y por supuesto, yo contesté:
—Porque tenían dinero y llegaron con regalos costosos. O sea, eran ricos y sabios.
Pero evidentemente esa no era la respuesta que esperaba mi maestra. Después de que otros compañeros trataron de contestar la pregunta, ella sonrió y dijo:
—Los Reyes Magos eran sabios porque toda su vida buscaron grandes maestros.
Luego se quedó callada un momento para que aquel pensamiento se imbuyera en las mentes de los niños menores de 12 que éramos.
—Eran hombres sabios y ricos porque nunca dejaron de aprender. Siguieron adquiriendo conocimientos nuevos a través de maestros extraordinarios —continuó explicando.
—Entonces, ¿fueron estudiantes a lo largo de toda su vida? —preguntó la cerebrito del grupo.
—¡Guácala! —dijo uno de los chicos—. Odio la escuela, odio aprender.
La joven maestra asintió y solo escuchó por un rato las distintas respuestas de sus alumnos de la escuela dominical. Luego sonrió y agregó:
—Conforme crezcan y la vida pase, siempre recuerden la lección de los Tres Reyes Magos y por qué eran sabios.
En ese momento comprendí la sabiduría de mi padre pobre, quien era un hombre sabio. Él me animó a buscar un nuevo maestro, a mi padre rico, que también era un hombre sabio. Mi padre pobre tuvo suficiente sabiduría para reconocer que al maestro que yo buscaba no lo encontraría en el sistema escolar.
LA ESCUELA PRIVADA PREUNIVERSITARIA DE ALTO NIVEL: UNA VENTAJA INJUSTA
En el artículo «How My Generation Broke America», publicado en la revista Time, Steven Brill escribe:
En 1964 era un ratón de biblioteca y vivía en Far Rockaway, un área de Queens habitada mayoritariamente por la clase trabajadora. Un día leí en una biografía de John F. Kennedy que él había estudiado en algo llamado escuela prep (prep school), pero ninguno de mis maestros de la preparatoria 198 tenía idea de lo que eso significaba. Poco después supe que era una especie de escuela privada preuniversitaria de alto nivel. Ibas a clases y vivías en el campus, solo que tenías que asistir desde cuatro años antes, lo cual no parecía mala idea. Me agradó todavía más cuando me enteré de que algunas de estas instituciones ofrecían ayuda económica.
Steve Brill visitó tres de estas escuelas privadas preuniversitarias de alto nivel y eligió Deerfield Academy, en el oeste de Massachusetts. En su libro Tailspin, el autor continúa su narración:
Deerfield ha cambiado, pero en aquel entonces era un lugar casi exclusivo para niños ricos en todos sentidos. [El director] había decidido recientemente jugar un poco con la mezcla y añadir unos cuantos chicos con beca, entre los que incluiría a algunos judíos como yo, e incluso unos cuantos afroamericanos.
Recibí el mensaje desde la primera semana cuando uno de los chicos de nuestro dormitorio que vivía en Park Avenue, me preguntó dónde vivía yo. Le dije que en Queens, pero él no ubicaba el lugar, así que le expliqué que si alguna vez había volado desde el aeropuerto Kennedy o LaGuardia, ya había estado en Queens. (Un pariente suyo que también estaba en nuestro grupo sabía dónde estaba Queens porque su familia era propietaria de los Mets, y el equipo jugaba ahí).
Tal vez recuerdes que Donald Trump es de Queens. A menudo habla de las dificultades que tuvo para hacer negocios en Manhattan porque venía de un barrio de clase media y no de Park Avenue.
Kings Point, la Academia de la Marina Mercante de Estados Unidos donde estudié, está en Long Island, apenas un poco más allá de Queens. Ed Peterson, mi compañero de cuarto, y yo, cortábamos los cupones de un dólar que venían en los botes de leche para poder pagar los boletos para los juegos de beisbol de los Mets.
MIS COMPAÑEROS DE CLASE ASISTIERON A ESCUELAS PRIVADAS PREUNIVERSITARIAS DE ALTO NIVEL
Cuatro de mis compañeros en Hawái ingresaron a escuelas privadas preuniversitarias de alto nivel. Eran niños ricos cuyos padres podían pagar este tipo de educación. A los 12 años, la mayoría de mis compañeros ingresó a la Hawaii Preparatory Academy, un hermoso internado en un rancho aproximadamente a una hora de Hilo.
Cuando le pregunté a mi papá si yo también podría ingresar a Hawaii Prep, me dijo: «Nosotros no somos pudientes y no sería políticamente correcto que el hijo del superintendente de educación pública asistiera a una preparatoria privada de ese tipo».
El futuro presidente Barack Obama fue un niño inteligente, pero de escasos recursos, y estudió en Punahou School, una escuela privada preuniversitaria de alto nivel para chicos ricos e inteligentes de Honolulu. Como ya sabes, Obama luego estudió en Columbia y en la Escuela de Derecho de Harvard, de la misma manera que Steven Brill estudió en Yale y en la Escuela de Derecho de Yale… junto con otros niños pobres a quienes estaban preparando para que algún día formaran parte de las élites académicas y fueran los líderes de hoy.
FULLER Y LA EDUCACIÓN
Bucky Fuller habló con frecuencia de la educación y de la desigualdad en el sistema educativo. Fue parte de la cuarta generación de su estirpe tanto en Milton Academy como en Harvard, pero nunca se graduó de esta universidad a pesar de que se inscribió dos veces. Fuller también asistió a la Academia Naval de Estados Unidos, escuela hermana de la Academia de la Marina Mercante.
EMPRESARIOS Y EDUCACIÓN
Fuller notó que varias escuelas estadounidenses importantes habían sido fundadas por empresarios que, en muchos casos, formaron parte del grupo de los «Barones ladrones» como John D. Rockefeller, J. P. Morgan, Cornelius Vanderbilt, James Duke y Lelan Stanford. He escuchado que Fuller le llamaba a Harvard «Escuela de contabilidad J. P. Morgan», y a la Universidad de Chicago, «Escuela de economía de John D. Rockefeller». Las universidades Duke, Stanford y Vanderbilt fueron nombradas en honor a grandes empresarios.
La preocupación de Fuller era la misión o propósito detrás de la filantropía del empresario y de su interés en la educación superior. Él decía que, en realidad, los empresarios no querían educar a los estudiantes más connotados e inteligentes, sino que estaban entrenando empleados para que dirigieran sus imperios.
Aunque Fuller estudió en Harvard, nunca se graduó. El dinero que su familia le dio para estudiar ahí lo gastó en fiestas y mujeres, y cuando llegó el momento de los exámenes y no se presentó, los directores tuvieron que pedirle que se fuera… en dos ocasiones y por el mismo problema.
BRILL ESTÁ DE ACUERDO
Kennedy, Bush, Trump y Romney provenían de una clase social que heredó fortunas amasadas durante generaciones. Todos eran hijos de familias que podían pagar la mejor educación, empezando por las escuelas privadas preuniversitarias de alto nivel, tutores privados, preparación para los exámenes estandarizados y profesores que lograron meterlos a las mejores universidades.
Brill cuenta que cuando todavía estudiaba en la escuela preuniversitaria, tuvo una reunión con R. Inslee Clark Jr., decano de admisiones de Yale. Después de la breve entrevista, Clark le aseguró que sería aceptado en la universidad y que no necesitaba solicitar ingreso a ninguna otra escuela. Según Brill, «Lo que no sabía yo entonces era que formaba parte de una revolución dirigida por Clark, a quien le apodaban Inky. Estaba a punto de convertirme en parte del grupo que llegaría a ser conocido como los chicos de Inky, y más adelante, las chicas de Inky».
A los alumnos veteranos que entrevistaban a los candidatos para ingreso a la universidad se les instaba a «no dudar en privilegiar la admisión de un chico con predicciones académicas relativamente bajas pero con características personales extraordinarias, en lugar de la de un joven con perspectivas académicas elevadas, pero con un perfil mucho más bajo y gris».
Un alumno de Yale no estuvo de acuerdo, y esto fue lo que dijo respecto al ingreso de chicos pobres no caucásicos.
Permítanme regresar a la esencia. Están admitiendo a una clase completamente distinta a la que estamos acostumbrados[…] Están hablando de líderes judíos y de graduados de escuelas públicas. Miren alrededor de esta mesa, estos son los líderes de Estados Unidos, aquí no hay judíos ni graduados de escuelas públicas.
Aquel alumno perdió la batalla y los chicos de distintas etnias provenientes de escuelas públicas empezaron a ingresar a Yale y a otras universidades de renombre.
Este mismo grupo de estudiantes extremadamente destacados provenientes de las clases media y pobre es el que dirige el mundo actualmente. Hoy son Barack Obama, Bill Clinton, Hillary Clinton, Ben Bernanke y otros.
Ellos son los nuevos integrantes de las élites académicas que no venían de familias adineradas, es la gente que tuvo que trabajar arduamente para entrar a las mejores escuelas y para amasar sus fortunas.
Esto es precisamente lo que encoleriza a Brill:
Para alcanzar el sueño americano, muchos de los estadounidenses más talentosos y motivados aprovecharon todo lo que hace grande a Estados Unidos: la Primera enmienda, el proceso debido, la ingenuidad financiera y legal, los mercados libres y el libre comercio, la meritocracia e incluso la democracia misma. Y lo alcanzaron, pero solo para ellos mismos. Después, de una manera inusitada, lograron consolidar sus ganancias, aprovechar las fuerzas que habrían podido restringirlos y ser más inteligentes que ellos, y luego destruyeron el puente para que nadie más pudiera ser partícipe de ese éxito o contender su supremacía.
Traducción: Los muy inteligentes, trabajadores y motivados chicos de las clases media y pobre, alcanzaron el sueño americano y luego modificaron las leyes y el sistema financiero para que nadie más pudiera seguirlos en su camino al éxito. La única manera en que una persona ordinaria puede alcanzar su estatus es convirtiéndose en uno de ellos, y eso implicaría ingresar primero a la escuela privada preuniversitaria correcta.
Respecto al fin de la democracia, Brill comenta:
Como resultado de su destreza, de su motivación y sus recursos (y de cierto grado de privilegio, ya que aunque estos luchadores provenían de circunstancias humildes, la mayoría eran hombres blancos), Estados Unidos no abandonó su ideal más ambicioso y altivo: el imperfecto, siempre debatido y perpetuamente anhelado equilibrio entre la vigorizante desigualdad de los logros en una economía competitiva, y esa igualdad, promesa de la democracia, que vincula a la comunidad. En una batalla que comenzó hace medio siglo, los luchadores ganaron.
Traducción: «Al demonio la democracia, yo ya tengo lo mío».
Esta es la razón por la que el socialismo se está extendiendo en Estados Unidos. Por eso vi en Hilo tantos letreros que decían que se aceptaban tarjetas EBT. Por eso un dentista relativamente inteligente puede tener una deuda de más de 1,2 millones de dólares y no saber qué harán él y su esposa para pagarla. Por eso la deuda por préstamos estudiantiles representa el mayor activo del gobierno estadounidense: 1,5 billones y en aumento. Y por eso, Estados Unidos es ahora una nación deudora e imprime más y más dinero para pagar la deuda que la misma impresión de dinero genera. Estados Unidos es algo muy parecido a una persona que usa su tarjeta de crédito para pagar su deuda en las otras tarjetas. Por eso no hay educación financiera en nuestras escuelas.
La estupidez financiera es muy rentable para la gente que sabe imprimir dinero falso.
LAS BUENAS NOTICIAS
Yo tuve la fortuna de que mi padre pobre no pudiera darse el lujo de enviarme a una escuela privada preuniversitaria de alto nivel. Gracias a que me di cuenta de que era pobre (o al menos, lo era en comparación con mis compañeros de la primaria), fue que quise aprender sobre el dinero. Fue gracias a la sabiduría de mi padre pobre, quien me sugirió seguir los pasos de los Tres Reyes Magos e ir en busca de mi maestro.
APRENDIZAJE: MAESTROS AUTÉNTICOS
A los nueve años me convertí en aprendiz de mi padre rico. El concepto del aprendiz es uno de los métodos más antiguos de la educación auténtica. Este tipo de enseñanza funciona porque la mayoría de los aprendices adquiere su conocimiento a través de maestros de verdad, no de maestros falsos. En el medioevo, por ejemplo, si querías aprender lo necesario para ser herrero, aprendías de un verdadero herrero.
Dos o tres días a la semana, al salir de la escuela, me dirigía a la oficina de mi padre rico y ahí trabajaba sin cobrar. Su hijo Mike y yo hacíamos cosas como levantar la basura, limpiar la oficina y otras tareas adecuadas para niños de nueve años. Una hora después, padre rico sacaba su juego de mesa Monopoly®, y jugábamos juntos. En lugar de solamente lanzar los dados y mover las piezas, padre rico nos enseñaba, nos pedía que pensáramos antes de mover y nos explicaba diferentes estrategias financieras adecuadas para niños de nueve años.
A medida que fuimos creciendo, nuestras tareas como aprendices empezaron a enfocarse más en los negocios y en la inversión, sin embargo, siempre terminábamos jugando Monopoly y recibiendo educación financiera a cambio de nuestro trabajo gratuito.
Padre rico nos llevaba a su hijo y a mí con regularidad a ver sus «casas verdes», de acuerdo con la manera en que las reconocíamos en el juego de Monopoly. Pasamos de ser aprendices, a aprender jugando Monopoly, y a tener la experiencia en la vida real y entender el mecanismo financiero con las «casitas verdes» de padre rico. En 1966, cuando yo tenía 19 años, regresé de la escuela de Nueva York a Hilo para ver el gran «hotel rojo» de padre rico —un hotel, literalmente—, justo en medio de Waikiki Beach.
Actualmente, cuando la gente me pregunta a qué me dedico, contesto: «Juego Monopoly en la vida real».
Hoy en día mi esposa Kim y yo poseemos más de 6500 «casitas verdes» (casas para rentar) y varios «hoteles rojos», así como campos de golf y pozos petroleros.
Así pues, en lugar de ir a una preparatoria privada con mis compañeros de familias adineradas, seguí el consejo de mi padre pobre y me fui en busca de un maestro auténtico.
Si mi padre pobre hubiera sido rico, yo habría terminado en una de esas escuelas preuniversitarias y jamás habría aprendido cómo volverme rico.
TUS PREGUNTAS… LAS RESPUESTAS DE ROBERT
P: Robert, dices que el sistema financiero está amañado y yo estoy de acuerdo contigo, ¿pero exactamente cómo puede la gente «normal» o promedio beneficiarse de esto también? ¿Hay alguna manera de voltear el juego a nuestro favor?
Glenn B. —Alemania
R: A menudo me preguntan: «¿Qué le recomiendas al inversionista promedio?», y mi respuesta es: «No seas promedio».
P: ¿Cómo podemos tener fe o confiar en el sistema bancario? De manera general o… ¿en medio de una crisis?
Jeffrey T. —Malasia
R: Hay una diferencia entre las palabras fe y confianza. Yo tengo fe en mi creencia de que los bancos son codiciosos y que solo se enfocan en sus propios intereses. No confío en que el sistema se ocupe de sus clientes, independientemente de si hay un colapso o no.
P: ¿Estás seguro respecto a las expectativas a largo plazo de Estados Unidos? ¿Qué vida alternativa y áreas de inversión del mundo sugieres?
Wendell M. —Estados Unidos
R: Estados Unidos es el país más poderoso y rico de la historia moderna. Yo fui bendecido al nacer estadounidense, y por eso luché en Vietnam para servirle a mi país.
El problema es que el mundo está cambiando y me temo que nuestros líderes, nuestro sistema educativo y la mayoría de la gente no están cambiando con suficiente celeridad.
Es por ello que aprecio a quienes leen mis libros, escuchan Rich Dad Radio Show y asisten a nuestros seminarios. No estoy diciendo que tenga todas las respuestas ni que esté en lo correcto. Lo que digo es que todos necesitamos estar más al pendiente y atentos, y prepararnos para el cambio.
P: ¿Qué te hace pensar que las criptodivisas son menos falsas que el dinero falso que ya usamos? Sí te has dado cuenta de que la mayoría del dinero que tenemos en circulación es electrónico, no impreso, ¿verdad? ¿No es eso criptodivisas contra… criptodivisas?
Roberta N. —México
R: No soy experto en criptodivisas. Entiendo que la tecnología de cadena de bloques es la tecnología legítima, y también que es más confiable que los seres humanos. El dinero depende de la confianza, por eso confío en la tecnología de cadena de bloques más que en los seres humanos.
P: Yo vivo en Etiopía. ¿Todo lo falso afecta a todas las economías del mundo? Mi país está creciendo rápidamente, pero tiene muchos sistemas financieros extraños.
Semegn T. —Etiopía
R: Etiopía, así como todo el continente africano, es un país muy rico. Por eso los europeos colonizaron África hace siglos. El problema es que instalaron un sistema educativo pobre y el resultado fue un país rico, en un continente rico, con gente rica… que tiene problemas económicos.
P: ¿Por qué nuestro dinero dice «En Dios confiamos»? ¿Es un truco para inculcarnos la verdad de que el oro es el dinero de Dios, pero a través del dinero falso?
Benny J. —India
R: Me da gusto ver que otras personas hacen las mismas preguntas que yo. ¿Cuál crees que sea la respuesta? ¿Por qué un gobierno diría «En Dios confiamos»? ¿Por qué no decir «En el Gobierno confiamos»?
Y lo más importante, ¿en quién o en qué confías?