Agradecimientos

Estoy muy agradecido a muchos amigos y colegas por sus importantes aportaciones, y por compartir conmigo sus ideas respecto al esquema cosmológico que presento aquí. Especialmente importantes han sido las discusiones detalladas con Paul Tod, concernientes a la formulación de su propuesta de una versión de extensión conforme de la hipótesis de curvatura de Weyl, que han tenido una influencia crucial; y muchos aspectos de su análisis se han mostrado vitales para el desarrollo detallado de las ecuaciones de la cosmología cíclica conforme, tal como las presento aquí. En el otro extremo, el potente análisis de Helmut Friedrich del infinito conforme, en especial su trabajo sobre el caso en donde hay una constante cosmológica positiva, ha prestado un fuerte apoyo a la viabilidad matemática de este esquema. Otra persona que ha hecho una aportación importante durante muchos años es Wolfgang Rindler, en especial por su seminal comprensión de los horizontes cosmológicos, pero también por su larga colaboración conmigo sobre el formalismo de 2-espinores, y también por discusiones sobre el papel de la cosmología inflacionaria.

Aportaciones significativas proceden de Florence Tsou (Sheung Tsun) y Hong-Mo Chan, que han compartido conmigo sus ideas sobre la naturaleza de la masa en la física de partículas; también James Bjorken ofreció una idea crucial en relación con esto. Entre otros muchos que han tenido una importante influencia sobre mí hay que citar a David Spergel, Amir Hajian, James Peebles, Mike Eastwood, Ed Speigel, Abhay Ashtekar, Neil Turok, Pedro Ferreira, Vahe Gurzadyan, Lee Smolin, Paul Steinhardt, Andrew Hodges, Lionel Mason y Ted Newman. El heroico apoyo editorial de Richard Lawrence ha sido impagable, como la aportación vital de Thomas Lawrence al proporcionar mucha información que faltaba, concerniente en particular a la Parte 1. Hay que dar las gracias a Paul Nash por haber hecho un índice.

Por su gran apoyo, amor y comprensión, frecuentemente en difíciles circunstancias, estoy en deuda profunda con mi mujer Vanessa, a quien también agradezco el haber proporcionado casi al instante algunas gráficas necesarias, pero más en particular por guiarme a través de algunas de las continuas frustraciones de la moderna tecnología electrónica, que de no ser por ella me habrían hecho rendirme ante la elaboración de los diagramas. Finalmente, también hay que dar las gracias a nuestro hijo Max, de diez años de edad, no sólo por su continuo ánimo y cariño, sino también por desempeñar su propio papel en la ayuda ante esta desconcertante tecnología.

Estoy agradecido a la M. C. Escher Company, Holanda, por el permiso para reproducir las imágenes utilizadas en la Fig. 2.3. Gracias también al Instituto de Física Teórica de la Universidad de Heidelberg, por la Fig. 2.6. Doy la gracias, además, a la NSF por su apoyo económico bajo PHY00-90091.