Día de la polinizaciónAño 21
De los árboles y de los frutos en sus temporadas
Narrado por Adán Uno
Queridos amigos y compañeros mamíferos: Hoy es día de banquete, pero por desgracia no tenemos banquete. Nuestra huida fue rápida, nuestro escape por los pelos. Ahora, fieles a su naturaleza, nuestros enemigos han destrozado el Tejado. Pero sin duda algún día volveremos al Edén en el Tejado y restauraremos ese lugar bendito a su antigua gloria. Puede que Corpsegur haya destruido nuestro Jardín, pero no ha destruido nuestro espíritu. Al final, volveremos a plantarlo.
¿Por qué nos atacan las corporaciones? Vaya, nos estábamos haciendo demasiado peligrosos para su gusto. Muchos tejados estaban floreciendo como la rosa; muchos corazones y mentes estaban optando por una tierra restaurada al equilibrio. Sin embargo, en el éxito están las semillas de la ruina, pues quienes ocupan el poder ya no pueden pasarnos por alto como tiquismiquis ineptos: nos temen como profetas de una era por llegar. En resumen, amenazamos sus márgenes de beneficio.
Además, nos relacionaron con los ataques biológicos realizados contra sus infraestructuras por el cismático y herético grupo que se denomina Loco Adán. Los ataques con bombas de la semana pasada a la cadena de restaurantes Rarity —aunque perpetrado sólo por los Lobos de Isaías— les dio una excusa para desatar un ataque generalizado contra todos los que se han puesto del lado de creada por Dios.
¡Puede que se revelen tan ciegos en visión material como lo han sido durante mucho tiempo en visión espiritual! Porque aunque nuestros días de instar abiertamente a los carnívoros al arrepentimiento en las calles de las plebillas han terminado, las lecciones del Camuflaje Animal no las hemos olvidado. Disfrazados para fundirnos con el fondo, nos colamos bajo las narices de nuestros enemigos. Hemos tirado nuestros vestidos lisos y nos hemos ataviado con ropa de centro comercial. La camisa con el monograma de golf, el top de color verde lima, el conjunto de punto de color pastel que con tanto coraje se puso Nuala: así es nuestra armadura defensiva.
Algunos de vosotros habéis elegido disipar las sospechas comiendo con audacia la carne de nuestros compañeros animales; pero no intentéis hitos que superen vuestras fuerzas, queridos amigos. Morder un SecretBurger y luego atragantarnos con él atraerá un escrutinio no deseado. Si tenéis dudas respecto a vuestros límites, debéis ceñiros al helado SoYummie. Esos semialimentos pueden tragarse sin excesiva tensión.
Demos las gracias a la célula trufa de Fernside, que ha convertido esta Calle de los Sueños en un refugio disponible para nosotros. El letrero en la puerta dice Genes Verdes, que afirma ser una empresa de diseñadores de híbridos botánicos. El segundo cartel —el que dice Cerrado por reformas— es nuestra protección. Si os preguntan, decid que estamos teniendo problemas con el contratista de obras. Ésa siempre es una explicación plausible.
Hoy es el Día de , en el que recordamos las contribuciones a la preservación del bosque realizadas por santa Suryamani Bhagat de , san Stephen King del bosque Pureora de Nueva Zelanda y san Odigha de Nigeria entre muchos otros. Esta festividad se consagra a los misterios de la reproducción de las plantas, sobre todo la reproducción de esos árboles extraordinarios, las angiospermas, con especial énfasis en las drupas y las frutas pomáceas.
Los antiguos nos legaron leyendas de tales frutas: las manzanas doradas de las Hespérides, la similarmente dorada manzana de la discordia. Algunos dicen que la fruta del árbol del conocimiento del bien y del mal era un higo, otros prefieren un dátil, y otros una granada. Habría tenido sentido que esa comida hubiera sido realmente infame: un trozo de carne, un bistec. ¿Por qué, pues, una fruta? Porque nuestros antepasados eran fructívoros, sin duda, y sólo una fruta los habría tentado.
La fruta sigue siendo un símbolo de profundo significado para nosotros, pues incorpora las nociones de recolección sana, de la rica culminación y de un nuevo inicio, en el cual cada fruta es una semilla: una nueva vida en potencia. La fruta madura cae y vuelve al suelo; pero la semilla se enraiza y se desarrolla, y genera nueva vida.
Como las Palabras Humanas de Dios han dicho: «Por sus frutos los conoceréis.» Oremos porque nuestros frutos sean frutos de Dios y no frutos del mal.
Y unas palabras de advertencia: veneramos a los insectos polinizadores, y en especial a las abejas, pero ahora nos han informado de que, además de la cepa resistente a los virus introducida después de la reciente extinción de la abeja de la miel, las corporaciones han desarrollado ahora una abeja híbrida. No es un híbrido genético, amigos míos. No: ¡es una abominación mayor! Cogen a las abejas cuando todavía se encuentran en estado larval y les insertan sistemas micromecánicos. El tejido crece en torno al injerto, y cuando emerge el imago, el adulto pleno, es una abeja ciberespía controlada por un operador de Corpsegur, equipada para transmitir, y por tanto para traicionar.
Los problemas éticos que plantea son inquietantes: ¿deberíamos recurrir a los insecticidas? ¿Una abeja esclava tan mecanizada es un ser vivo? Y en ese caso, ¿es una criatura de Dios o algo completamente distinto? Hemos de ponderar las implicaciones profundas, amigos míos, y rezar para pedir orientación.
Cantemos.
Melocotoneros o ciruelos
Melocotoneros o ciruelos
son hermosos en tiempos de flor;
pájaros, abejas y murciélagos
se alegran y sorben dulce néctar.
Y la polinización se obtiene:
para cada nuez, semilla o fruto,
de oro una pequeña partícula
su vuelo ha volado y ha enraizado.
Y se hincha el óvalo en el tallo,
y semana a semana madura;
guarda en su interior el alimento
de los pájaros, bestias y hombres.
Y en cada semilla, fruto o nuez
hay un árbol niño enroscado
que se alzará si está bien plantado,
luciendo flores, una delicia.
Cuando muerdas un melocotón
y con suavidad tires el hueso,
piensa en cómo reluce de vida,
en cómo Dios habita en su centro.
Del Libro Oral de Himnos
de los Jardineros de Dios