LA ABSOLUCIÓN

«SI TÚ ME LO PIDIERAS»,

si tú me lo pidieras cuando llega esa hora

en que la vida empieza a hacer preguntas sin respuesta,

como se hace un raspado de matriz

o se pone en las venas una inyección de aire;

y después,

pero inmediatamente,

oyeses algo más terminante aún:

Una respuesta sin pregunta;

y el viento caminara con muletas,

y el mar dejase a nuestras plantas

sus indefensas olas de puntos suspensivos,

y todo ese mañana que hemos vivido juntos

se hiciera sibilante y disimilador

como las ruedas de un tren chirrían cuando se pone en movimiento,

y la rosa de un solo pétalo se convirtiera en una serpiente coral,

que levantara su cabeza,

lela y bamboleándola,

de tu cuerpo a mi cuerpo

como se cierra una interrogación.

ESTO PUEDE OCURRIR,

esto puede ocurrir a cualquier hora,

no me digas que no, quizá va a acontecer

mañana o esta noche

mientras las ramas y las hojas caen,

las hojas y las horas,

y se quedan suspensas en el aire como se borra en la memoria una advertencia inútil,

pues

de algún modo,

amiga mía,

ese asombro que siento junto a ti

ya no es vivir sino velar tu cuerpo.

Y SIN EMBARGO, SI TÚ ME LO PIDIERAS,

si tú me lo pidieras aunque ya fuese al despedirte,

si

    yo

         pudiese oírlo,

aunque fuera una sola vez,

tal vez sería posible que la carne agrietada se volviera a juntar como se juntan en el labio unas palabras de perdón,

y la vida ya no sería un gurruño,

y el cuerpo que aún me queda sonaría,

comenzaría a recuperarse como un río se evapora,

y se convierte en un temblor dialogado y concéntrico

sobre la piel tirante de tu vientre

cuando llega esa hora en que la absolución es algo más que una palabra,

cuando llega esa hora

en que despierta al fin el jardín de los pájaros,

y siento que sus alas me golpean en el rostro

buscando la salida y hallando la alegría,

y el cuerpo se hace música,

música tiritante,

una vez

y otra vez,

con su empujón de lluvia y de violetas húmedas,

hasta sentirme tuyo,

hasta nacerme,

ya

     que

            si tú me lo pidieras,

no sé cómo,

pero si tú me lo pidieras,

en ese instante mismo nacería.

4 de agosto de 1976