CINCO
CINCO
Para Detlef, la velada era triunfante Genevieve era una inspiración. Durante las relativamente escasas escenas en que el personaje de Ostwald no aparecía, él observaba a su nueva protagonista. Si se aplicara, podría ser una estrella más grande que Lilli Nissen. ¿Qué otra actriz podía realmente vivir para siempre?
Era verdad que estaba implicando profundos sentimientos personales en el papel y que la emoción del acontecimiento la afectaba, pero también era una estudiante rápida. Tras unos pocos momentos de vacilación durante las primeras escenas, estaba adquiriendo mayor confianza y ahora dominaba sin esfuerzo sus escenas. Allí había actores profesionales consagrados que luchaban para mantenerse a su altura, y el público reaccionaba bien ¿Estaría preparado el teatro para una estrella vampiro? Podía sentirla dentro de sí mismo, susurrándole dentro de la cabeza, haciendo aflorar cosas. La escena de amor entre ambos era lo más genial que él había representado sobre el escenario.
Por lo demás, la función transcurría perfectamente y cada pieza encajaba en el lugar exacto que tenía asignado. Detlef echaba muchísimo de menos los comentarios que solía hacerle Vargr Breughel desde bastidores, pero pensaba que por el momento podía sustituirlos él mismo.
—Menos —oyó que le decía su amigo durante un monólogo—. Más —oyó en otro momento.
Los demás actores le daban lo que necesitaba de ellos, y más. Los efectos especiales funcionaron a su debido tiempo y provocaron las reacciones debidas.
Incluso Kosinski, a quien debido a su corpulencia le había asignado el papel de cómico ogro cojo que no hablaba, rio y se deleitó como un niño, y luego le pidió a Detlef que lo dejara salir otra vez cuando hubiese una escena en la que pudiera intervenir.
—¿No lo ves? —repetía—. En una posada de montaña podría ser un guardia en el bosque podría ser un trampero de lobos…
Detlef tenía un hombre apostado cerca de los lavabos, y después de cada entreacto iba a contarle lo que había oído El publico —tal vez el más severo del Imperio, así como el mas influyente— estaba enamorado de la obra. Los ancianos estaban enamorados de Genevieve, del personaje y de la actriz. De mala gana, el espía repitió las palabras de efusivo entusiasmo que Clotilde de Averheim le había dedicado a Detlef en el papel de Oswald, que abarcaban el timbre de su voz, el corte de su bigote y la curva de sus pantorrillas Impulsivo, el director le dio un beso al hombre.
Detlef empapo de sudor diez camisas y consumió trece litros de agua con limón Illona Horvathy brillaba en el escenario y continuaba siendo una inválida absoluta entre bastidores, aferrada al cubo y vomitando de vez en cuando, sin hacer ruido. Jessner le hizo un tajo en un brazo a uno de los figurantes que hacían de bandidos al librar un duelo con él, y hubo que atenderlo en el vestuario. Félix Hubermann trabajaba como un poseso y arrancaba de sus músicos melodías que ningún oído humano había captado jamas. Durante las escenas mágicas, la musica se tornaba sobrenatural casi horripilante.
Detlef Sierck sabía que esa sería la noche por la cual lo recordarían.