Agradecimientos
Ante todo me gustaría dar las gracias a mi mejor amiga, Diana (además tuvo la gentileza de casarse conmigo hace unos años). Sin su paciencia y apoyo, este libro no existiría.
También me gustaría mostrar mi agradecimiento a mi padre, Gus Carlson, ingeniero, ex jefe de departamento en el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore, y un tipo muy inteligente. Ha sido un gran consejero en mi investigación y en la selección de las ideas aquí expuestas, no sólo respecto de la nanotecnología que aparece en El año de la plaga, sino también por muchos de los conceptos que utilizo en otras historias.
Mis agradecimientos también a mi brillante e incansable editora, Anne Sowards, y a Ginjer Buchanan, Susan Allison, y todos lo que han sido tan amables en Penguin USA. También me quito el sombrero ante mi agente, Donald Maass, y ante Cameron y Stephen, de su oficina.
Hay más gente que merece una mención por su contribución y amistad: Patti Kelly y Ute Kelley, mis dos superabuelas; Meghan Mahler por sus mapas; Peter Kelley por su increíble trabajo en mi rincón en internet, www.jverse. com; Derek, Troy y Darren por el esquí y, por supuesto, Steve y Naomi.