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Ivonne había decidido irse con Ian y vivir una nueva vida con él ahora que se sentía parcialmente libre, ese tiempo les serviría para conocerse más pero en su mente y corazón siempre estaría marcada la experiencia vivida, eso jamás lo iba a olvidar aunque lo intentara al salir de la Balcana. Lo que no se imagina es que la aparente tranquilidad que cree de la mansión es sólo una quimera, ajenos los sirvientes y sin que nadie se diera cuenta las cortinas de su recámara que estaban cerradas ondearon un poco, la brisa inundó la habitación, algunos objetos comenzaron a moverse y el vidrio de una fotografía suya en su tocador se quebró para luego caer al suelo.