19. “In The Lap Of The Gods”
De ahora en adelante, queda descartado ir vestido de manera estrafalaria en el escenario. No creo que un hombre adulto de 42 años deba seguir corriendo con los leotardos puestos. No es muy favorecedor.
Hemos sido muy afortunados. No creía que fuéramos a durar tanto tiempo. Pensaba que, después de cinco años, se habría acabado todo y que tendría que pensar en hacer otra cosa, hacerme mujer de la limpieza o algo así.
Estoy muy orgulloso del hecho de que aún siga en esto después de tanto tiempo, que siga vendiendo discos y que aún sea alguien a quien tener en cuenta. No me lo esperaba. Estoy orgulloso, y también asombrado. Aún sigo haciendo música y aún se me reconoce. Oyes hablar de la gente que se queda sin ideas, así que estoy satisfecho de poder ofrecer cosas diferentes, nuevas canciones y nuevas ideas después de todo este tiempo. Eso para mí es lo máximo. Es la guinda del pastel. Ha llegado un momento en el que de hecho somos demasiado mayores como para deshacer el grupo ahora. ¿Puedes imaginarte formar un grupo nuevo a los 40? Sería un poco ridículo, ¿verdad?
Ahora hacemos cosas en un estilo diferente al de todo el mundo. Simplemente ocurre así. Sólo hacemos nuestro estilo, porque es realmente en lo que creemos. Creo que Queen, de hecho, tiene una segunda vida. Después de tantos años pensaba que la gente se olvidaría de nosotros, pero recientemente ha habido como un renacimiento. Estoy bastante sorprendido. Te da un estímulo añadido pensar que aún gustamos a la gente y que eso es lo que te hace seguir adelante. Es como lo que he dicho en el escenario… hasta que vosotros, puñeteros, dejéis de comprar nuestros discos, seguiremos aquí. Si nos queréis, estaremos aquí.
Es una cuestión de llegar a reconocer el hecho de que todo podría acabarse un día, y cuanto más tiempo seguimos adelante, más cerca estamos de esa situación. En el fondo de mi mente sé que, obviamente, todo terminará, y que ahora podría acabarse en cualquier momento. Ésa es mi motivación, más que nada. Me motiva más pensar de esa manera que cualquier otra cosa.
No quiero sonar como Gloria Swanson[25] o alguien por el estilo, pero NO llegaré a la conclusión de que esto se va a terminar. En estos momentos siento que aún tenemos algo bastante valioso que ofrecer, seguimos con la misma confianza que teníamos cuando empezamos.
De una u otra manera intentaré asegurarme de seguir en la industria musical, porque eso es todo lo que sé hacer, sinceramente. He olvidado todos mis otros oficios que tuve. No podría volver a ejercer de ilustrador porque he perdido todo contacto con ese mundo. Sería una persona muy aburrida si me despertara cada mañana y pensara: «Dios, ¿qué voy a hacer si todo se acaba hoy?». Esperaré, y si eso ocurre será de manera espontánea. Por la vida que llevo en estos momentos no sé qué es lo que haría. Pero no pienso en esos términos. Ahora las cosas van bien, así que ¿por qué demonios debería pensar en eso? Es ser un poco negativo, y no quiero ser negativo. Sólo quiero seguir adelante, tener ideas frescas y pensar en lo que voy a hacer a continuación. Es como una especie de gran empresa y mientras no nos lo tomemos demasiado en serio, nos irá bien.
Soy muy feliz haciendo esto. Si no lo fuera, lo dejaría. Ya no tiene que ver con el dinero. En cierta manera estoy en deuda con los fans. No puedo haber llegado hasta aquí y luego de repente decir: «¡Sí, ya he conseguido mi dinero, se acabó!». No, yo no soy así. Seguiré dando lo mejor de mí mismo. Es lo que sé hacer mejor.
En estos momentos de mi vida lo estoy pasando bien. Antes me tomaba muy en serio lo de tener éxito y ser una estrella y todo eso, y pensaba: «Así es cómo se comporta una estrella». Ahora me importa un bledo. Sólo quiero hacer las cosas a mi manera, y quiero pasármelo bien haciéndolas. Si me tomo las cosas de esa manera ceo que se reflejará en las canciones que escriba. Básicamente he aprendido a estar tranquilo. No soy tan paranoico como solía serlo. No me da miedo expresarme y decir lo que quiero, o hacer las cosas que quiero hacer. Al final, ser natural y ser auténtico es lo que gana, y espero que eso también se note. No me preocupa cometer errores. Soy demasiado viejo para eso.
Dentro de diez años, seguro que no llevaré la misma ropa ni iré corriendo por el escenario. No sé qué estaré haciendo entonces, pero sé una cosa…, seguiré pasándolo bien.
Ya he tenido suficiente con esas luces rimbombantes y los efectos escénicos. De ahora en adelante, queda descartado ir vestido de manera estrafalaria. No creo que un hombre adulto de 42 años deba seguir corriendo con los leotardos puestos. No es muy favorecedor. A los 45 o los 50, si la gente piensa que seguiré correteando por el escenario, está equivocada. Sería algo totalmente erróneo. Sería ridículo. Voy a ofrecer nuestra música vestido de manera más informal. El mundo ha cambiado, la gente quiere algo más directo.
Los días de los fans chillones y todo lo que conlleva se han acabado para nosotros. Hemos crecido. La gente que compra nuestros discos también ha crecido. Ahora las cosas son más sofisticadas y maduras.
Hemos tenido un éxito enorme en todo el mundo y nunca podría haber previsto el éxito que hemos alcanzado fuera de Gran Bretaña. Creo que ahora tenemos cierto reconocimiento y respetabilidad, somos músicos respetables por haber escrito buenas canciones. Eso para mí ya está muy bien.
Quiero ir a lugares en los que nunca he estado. Para mí lo más importante es la gente. La música debería circular por todo el mundo. Quiero ir a Rusia y a China, y a lugares por el estilo, sitios que nunca he visto, antes de que sea demasiado tarde, antes de que acabe en una silla de ruedas y no pueda hacer nada. Y… ¡también seguiré llevando las mismas mallas! Puedo imaginarme cómo me empujan en una silla de ruedas hacia el escenario, al lado de un piano, y cantando «Bohemian Rhapsody».
Si quiero probar cosas diferentes —caminar por la cuerda floja, vivir al filo de la navaja— y hacer cosas sin red y que sean perjudiciales para mi carrera, ¿qué pasa? Lo haré.
He hecho muchas cosas en mi carrera que quizá no debería haber llevado a cabo, pero aprendes de tus errores. Me arrepiento de algunas de esas cosas, pero ¿no le ocurre a todo el mundo? Creo que fue una decisión errónea optar por cierto tipo de gestores en los primeros años, pero puedo acordarme de ellos y decir: «Bueno, estoy contento, porque así es cómo aprendí».
Cosas como llevar mallas en el escenario… En esa época, por supuesto que estaba totalmente convencido de hacer eso. Cuando hice lo del ballet y llevaba cierto tipo de ropa, recuerdo, como es habitual, que los medios lo exageraron, diciendo: «Oh, aquí lo tenéis, Freddie Mercury va a cambiar el rock’n’roll llevando el ballet al terreno de la música pop». Y creo que si todavía llevara el cabello largo y las uñas de negro y llevara toda esa ropa ahora, tendría un aspecto ridículo. Entonces parecía ridículo, ¡pero funcionaba!
Cuando recuerdo toda esa laca negra de las uñas, las gasas, el satén y todo ese atrezzo, pienso: «¡Dios! ¿Qué estaba haciendo?». Solía necesitar todo eso en directo. Me hacía sentir más seguro. Pero ahora ya no. He madurado un poco. Recuerdo eso y pienso: «¡Oh, menudo gilipollas!, ¡menuda “tía” ridícula!». Y entonces me río de eso. Me resulta embarazoso recordar ahora muchos de esos trajes, pero en esa época me lo tomaba muy en serio. Sin embargo, también tuve siempre cierta dosis de humor.
Nadie podría cachondearse de mí tanto como yo me cachondeo de mí mismo. Ya lo hice con toda esa ropa y demás cosas. Pensaba: «No te tomes tan en serio». Y la mejor manera de hacerlo es ponerse un traje ridículo y salir al escenario y aparentar estar serio; pero, en el fondo, ser irónico y decirte «mientras tú lo sepas, está bien» era algo que me encantaba. Era maravilloso.
En mis tiempos, como fue el caso, lo que imperaba era el glam rock. Y nosotros, simplemente, conectamos con eso: la ropa, el glamour y toda esa imagen. Si yo no hubiese cambiado, te digo que hoy no estaría aquí.
No me arrepiento de la mayoría de las decisiones que tomé. Recuerdo con disgusto algunas de las cosas que hice y naturalmente pienso: «Dios mío, ¿cómo pude haber hecho eso?». Pero tengo que decir que, por encima de todo, defenderé la mayoría de las decisiones que he tomado.
He tenido contratiempos y problemas enormes, pero me lo he pasado muy bien y no lamento nada. ¡Oh, querido, parezco Édith Piaf[26]!
No pudo retirarme. ¿Qué otra cosa podría hacer? Es algo muy divertido. Estoy muy contento con lo que he conseguido. He llegado a donde quería llegar. Tengo suficiente dinero, tengo éxito y obtengo halagos. ¿Qué más puedo querer? ¡Sólo soy una prostituta musical, queridos míos!
Me he ganado el sustento, sinceramente. He trabajado duro para conseguir lo que tengo. He trabajado duro para conseguir el dinero. Nadie me lo ha regalado. Me lo he ganado y es mío para hacer lo que quiera con él. Miro atrás y me digo a mí mismo: «Bien hecho, querido mío. Buena suerte para ti. Lo has hecho tú solo».
¿Si tuviera que hacerlo todo otra vez? Sí. ¿Por qué no? Quizá algunas cosas las haría de manera ligeramente diferente. No me arrepiento de nada.