1. Yo tuve este sueño perfecto
No voy a ser una estrella, ¡voy a ser una leyenda! ¡Quiero ser el Rudolpb Nureyev del rock’n’roll!
Al principio estaba bastante preparado para pasar hambre, lo cual llegó a suceder, así que puse todo mi empeño en intentarlo. Has de creer en ti mismo, sin importar cuánto tiempo necesites.
Cuando formamos Queen, al principio, todos queríamos llegar a lo más alto, y no nos íbamos a contentar con menos. Has de tener mucha confianza para progresar en este negocio. No tiene sentido decir que no la necesitas. Si uno empieza diciendo, «quizá no sea lo bastante bueno, quizá mejor que aspire al segundo puesto», entonces olvídalo. Nosotros rebosábamos confianza. Has de tenerla. Has de tener una especie de arrogancia, una buena dosis de confianza y una absoluta determinación, así como otras aptitudes obvias, como la aptitud para la música. La arrogancia es algo muy bueno que conviene tener cuando empiezas, y eso significa decirte a ti mismo que tu grupo va a ser el número uno, no el número dos. Eso lo teníamos bien claro. Además, todos teníamos un gran ego.
Eramos muy testarudos en eso. Queríamos que la gente supiera que éramos una banda a tener en cuenta. Y también teníamos todas estas ideas para mostrar nuestra originalidad.
Has de empezar con algo escandaloso; de hecho, ésa es la mejor manera de que el público se entere de que estás metido en la escena musical. Has de intentar que el público sepa de tu existencia, y el escándalo y el impacto siempre han existido. Salíamos en las portadas sin ropa, muy maquillados, con las uñas pintadas de negro y todas esas cosas. En esa época, aquello resultaba tan impactante como cualquier otra cosa.
Considero que la imagen es siempre una parte integral de la promoción. Ya sea algo artificial, o lo que sea, al final acabas desarrollando tu propio instinto sobre ese asunto. O bien se trata de un truco que no ha funcionado, o bien es algo de lo que puedes sacar provecho. Todo es una estrategia. Pero siempre ha de haber una cierta cantidad de arrogancia y ego.
Cuando juntamos el grupo por primera vez, creo que mucha gente estaba realmente sorprendida porque pensaba que los grupos de pop normalmente los formaban ex camioneros muy cortos de miras, que estaban hartos de estar en el paro y que en vez de eso habían decidido triunfar en el mundo del pop. Nosotros éramos una de esas bandas que iban a quedarse con un trozo de la tarta. Íbamos a conseguirlo. Sabíamos que podíamos hacerlo.
No estábamos simplemente jugando en la escena musical. Dijimos: «De acuerdo, vamos a arriesgarnos con el rock y vamos a ganarnos realmente la vida con esto, nada de medias tintas». Todos íbamos aún a la universidad y todos teníamos buenas carreras en potencia, y no estábamos preparados para contentarnos con el segundo puesto si íbamos a abandonar todas las calificaciones que habíamos logrado en otros campos. Queríamos lo mejor. No era una cuestión de querer dominar el mundo, aunque sé que probablemente dábamos la impresión de ser unos capitalistas.
Esperábamos llegar a lo más alto y no íbamos a contentarnos con menos. Ninguno de nosotros quería estar atado a un trabajo de nueve a cinco. Sin duda, yo sabía que lo teníamos todo, en términos musicales. Eramos lo suficientemente originales y empezamos a demostrarlo. No éramos el tipo de banda que podría decir: «De acuerdo, vamos a hacer esto, pero si no sale bien seguiremos los pasos de lo que otros estén haciendo». No. Ésa no es la manera correcta de hacerlo. No íbamos a meternos en el negocio musical si no éramos lo suficientemente serios como para poner toda la carne en el asador. Decidimos que primero acabaríamos nuestros cursos, lo que implicaba esperar un año y medio, y si para entonces aún seguíamos juntos, significaba que íbamos en serio.
Por esa época decíamos. «Hagamos que sea interesante. Intentemos incorporar los diversos conocimientos que hemos adquirido». No éramos unos esnobs, simplemente íbamos con mucho cuidado. Queríamos mostrarnos con elegancia. Incluso aunque aún no éramos nadie, pensamos que debíamos mostrarnos así. Supongo que, en realidad, sí era algo esnob. No queríamos que Queen fuera el grupo de todo el mundo, sino que fuera sólo para unos cuantos elegidos al principio.
Desde el principio supe que íbamos a ser muy grandes (y lo fuimos). Nunca tuve ninguna duda al respecto. Nunca. Sencillamente sabía que lo lograríamos, y así se lo decía a cualquiera que me lo preguntase. Has de tener ese tipo de confianza en este negocio. Si te gusta lo mejor de lo mejor, y todas esas cosas bonitas, has de tener esa confianza para ir a por ello.
Soy el único del grupo que proviene de un ámbito artístico. Los demás vienen del ámbito científico: Roger, de la biología, John, de la electrónica, y Brian, de la física. Nunca en mis sueños más descabellados hubiera imaginado que alguien como Brian, un astrónomo especialista en infrarrojos, cogería una guitarra y se convertiría en un rockero, ¡y mira lo que ha ocurrido!
Fui a la facultad de Bellas Artes con la impresión de que conseguiría mi diploma, lo cual ocurrió, y que luego me convertiría en un ilustrador, esperando ganarme la vida como artista freelance. La música era siempre algo secundario, pero, de alguna manera, fue cogiendo más terreno. Cuando acabé mis estudios como ilustrador estaba hasta las narices de eso. Estaba hasta aquí. Pensé: «No creo que pueda ganarme la vida con esto porque mi mente no conecta con eso». Así que pensé en pasarlo bien con la música durante un tiempo. Todo el mundo quiere ser una estrella, así que pensé que si podía seguir adelante, ¿por qué no?
Y luego, después de un tiempo viene el momento en el que tomas una decisión, en el que has de arriesgarte; o bien te dices, «voy a hacer esto, y voy a concentrarme en esto», o no. Y al final lo hicimos.
Tuvimos que esperar bastante tiempo (no sólo tenía que decidirme yo). Gente como Brian, John y Roger tenían que considerar sus carreras. Así que tenían que tomarse ciertas decisiones muy vitales e importantes. Éste es un empleo a jornada completa, no un hobby. En cierto modo fue una muy buena inspiración; sencillamente pensamos que habíamos dejado atrás nuestros títulos académicos y que ahora nos íbamos a dedicar a esto. Así que… ¡Aquí estamos! No me puedo quejar en absoluto.
Mis padres se escandalizaron cuando les dije lo que tenía pensado hacer, pero ahora que ven que estamos ganando dinero parecen estar bastante felices con eso.