¿Qué te gusta realmente?
¿Recuerdas haberte metido en un proyecto, negocio o plan que al final no fue lo que parecía? Llenaste tu mente con ideas y sólo pensabas en ello. Absorbías toda la información que podías, pero algo fallaba. Lo que te decían los demás te hacía seguir, no podías abandonarles. Invertías más horas y ocupabas todo tu día con ese tema. Pero algo en tu interior te decía que no ibas por buen camino.
Algo te decía que eso no era tu meta. Pero seguías. Estabas metido en una espiral y no querías ni podías salir. Y llegó el estrés. Te faltaba tiempo, no comías, y empezabas a encontrarte débil y malhumorado. Dabas malas respuestas a gente que quería ayudarte y sin saber por qué estabas más y más deprimido. Pero seguías sin abandonar. Te levantabas por las mañanas con sensación de frustración y con tus nervios a flor de piel, a ver cómo afrontabas otro día más.
Algo me dice que encontraste solución. (La gente que reconoce los callejones sin salida sigue formándose con libros como este). Decidiste que no podías más, que no era lo tuyo. Lo pasaste mal y agarraste el toro por los cuernos para cortar la situación. ¿Y qué pasó? Nada malo. La gente entendió cuando hablaste con honestidad, entendió cuando no les pudiste ayudar porque te estabas consumiendo. Y así saliste del estrés: fuiste honesto y dejaste lo que no iba contigo sin importarte lo que pensaran.
Por eso tienes que escuchar siempre a tu instinto o te consumirá el estrés con proyectos sin sentido. Reconoce ese estrés a la primera y actúa. Cuando percibas que algo no te gusta o no merezca la pena, cambia. Si ese trabajo, esa relación o esa idea de futuro que te han impuesto no es lo tuyo, abandona. “Encantado de conocerte. Hasta la próxima”. Con eso vale.
¿En qué proyectos que te causan estrés estás metido? ¿Qué ocupación te impide lanzarte a tus verdaderos objetivos? Detéctalos y sal cuanto antes o más duro será dejarlo después. Sé honesto, que no te importe lo que piensen. Si no estás contento con tu trabajo, abandona. Si no estás contento en esa relación, abandona. No puedes vivir en la zona del estrés. No haces un favor a nadie si te deprimes. Eso será malo para todos.