El estrés bueno y el malo
Un poco de estrés es bueno para aumentar el rendimiento, pero cuando se empieza a acumular, el rendimiento ya no crece tan rápido. El primer estrés nos hace sentir más vivos. No es necesariamente agradable, pero es un viento que de cara que nos hace fuertes. La fecha final de un proyecto en el que hay que moverse rápido para acabar o un objetivo grande que queremos terminar nos estresa en parte, pero al mismo tiempo nos mantiene en la batalla. Estamos deseando llegar.
Pero el peligro empieza cuando aparecen más elementos estresantes, entonces el rendimiento no sube. Es como entrenarse para un deporte, un entrenamiento duro es bueno, pero si nos pasamos nos dejará exhaustos para después no conseguir nada. Hay un estrés bueno que nos hace actuar. Algo de estrés y agitación es necesario. El problema es cuando hay demasiado, lo que llamamos: “tener estrés”.
Los problemas surgen cuando no gestionamos bien nuestro tiempo ni nuestros objetivos y empezamos con demasiadas expectativas. Aparece el estrés malo y nos colapsamos. Pero buscaremos el punto ideal, rendimiento sin que un elemento imprevisto de estrés adicional derrumbe el castillo. No podemos jugar con nuestra salud, buscaremos rendimiento sin llegar al máximo y tener margen para lo imprevistos. ¿No gastas todo el dinero que ganas no?