Capítulo 40
Jack caminó con cuidado por los pasillos del
hotel, poniendo atención, escuchaba las voces a su alrededor,
esperando no oír las de sus hijos y no ser visto. En la puerta de
su habitación, tocó con suavidad y se abrió. Claro que sí y otro de
los técnicos estaban sentados en el borde de la cama jugando video
juegos. Junior estaba sentado y observaba el juego.
—Hola, Jack—, dijo Claro que sí.
—Claro que sí, hola. ¿Se divierten?— Jack no
pudo esconder la frustración en su voz. ¿Estos muchachos estaban
jugando video juegos? —Junior me contó que has montado algo para
que pueda vigilar a mi familia?—
Claro que sí apagó el juego.
—¿Qué haces? Ya te tenía—, dijo su
oponente.
—Después arreglamos. Hora de trabajar y
mostrarle a Jack lo que hicimos por él.— Claro que sí se puso de
pie y le pidió a Jack que tomara su lugar en la cama. Le pasó a
Jack un control remoto grande que tenía que usar con ambas
manos.
—Yo no quiero jugar—, dijo Jack.
—No te preocupes, Jack. La familia está a
salvo. Tenemos a uno de nosotros en el parque acuático con ellos
leyendo una revista mientras los vigila.— Claro que sí se acercó y
oprimió uno de los botones del control remoto. —Y los puedes ver tú
también.— La televisión se encendió con la pantalla dividida de una
vez en las cuatro cámaras que tenían. Dos de ellas mostraban señal
del parque acuático. Una de las otras mostraba un corredor del
hotel y la última, la habitación vacía.
Jack miraba las del parque acuático. Podía
reconocer a los niños sentados en al tina caliente.
—Nos conectamos al sistema de video de
seguridad del hotel también y a otras nuestras más para tener la
visibilidad que necesitamos—, dijo Claro que sí. Se puso frente a
Jack para bloquearle la vista. —Jack, pon atención.—
—¿Qué?—, Jack se fijó en lo que Claro que sí
estaba diciendo. —Correcto.—
—Oprime la flecha de la derecha y puedes
desplazarte entre las cámaras.
Jack hizo lo que Claro que sí decía y pasó
del parque acuático a la recepción del hotel. Después, pasó al
corredor del hotel.
—Detenlo ahí, Jack.— Claro que sí giró hacia
su oponente del juego. —Ve y ponte frente a la puerta al otro lado
del corredor. Luego sigue y vete.—
Jack miró la pantalla y vio al hombre en
frente de la puerta de la habitación de Julie y entró en ella. Un
suave pitó sonó de un parlante sobre la televisión.
—Eso te indica que la puerta de su
habitación se abrió. Baja la pantalla un poco, Jack.—
Jack apretó unos botones del control y dos
de las sub pantallas mostraron el interior de la habitación. En el
televisor, una mostraba al hombre pasando por la puerta. La otra
era desde la esquina y se veían las camas. El hombre saludó a las
cámaras. —Está buenísimo. No puedo creer lo que arreglaron para
mí.—
—Hay un par de cosas más para mostrarte.—
Claro que sí sacó su celular del bolsillo, marcó y caminó hacia el
baño. Unos segundos después, sonó un teléfono desde el parlante del
televisor y Jack vio como el hombre contestaba al otro lado del
corredor mientras él escuchaba la conversación. —La hora de la
revancha. Alista ese culo plano para irnos a la oficina y te daré
una clase de cómo mejorar en este juego.—
—Listo—, dijo Ross, recostándose en su
silla.
Jack usó el control para recorrer las
pantallas de nuevo. El pitido por los parlantes le avisó que habían
salido del otro cuarto. Jack se detuvo en la señal de la tina
caliente. Los niños no estaban allí. Pasó por dos imágenes más y
los encontró en otra zona jugando con agua.
—No es tan bueno como estar con ellos, pero
está buenísimo—, dijo Jack.
Claro que sí regresó al cuarto con Jack y
Ross. —Espero que esto te dé un poco más de seguridad.—
—Más de la que esperaba—, respondió
Jack.
Claro que sí y Jack se dieron la mano. —Me
encanta saber que estás bien y me complace que hayamos podido
colaborarte. Déjame saber en qué más te puedo ayudar. Queremos que
tu familia esté bien y atrapar a ese malnacido.—
—¿Pero qué carajos estás haciendo, Junior?—
Jack se puso de pie frente a Ross, que se había estirado en la cama
sin zapatos.
—Pensé que sería bueno que me diera una
siesta, para que pudieras darte un descanso más tarde.—
—Tú vigilas afuera. Yo me quedo en la
televisión y vigilo el corredor.—
—Jack, escucha. Tienes que dormir. Sé que
has tomado precauciones. Pagaste en efectivo, cambiaste los
celulares, tenemos esta central de video. Pero, necesitas cuidarte
y dormir. No nos podemos dar el lujo de que algo se nos pase por no
estar enfocados.— Junior trató de sentarse pero quedó atascado sin
poder usar ambas manos. —¿Ayúdame?—
Jack haló a Ross hasta sentarlo.
—Gracias. Vamos a quedarnos acá, pidamos una
pizza y nos damos un descaso.—
—Bien.— Jack se sentó a los pies de la cama
y buscó a su familia en el parque acuático por las pantallas. —Pide
lo que quieras, comeré lo que sea. Compra un par de litros de soda
también. Será una noche bastante larga.—
—Y un día bien largo también. ¿No vas a
pasar el día mañana con la familia para celebrar el Cuatro de
julio?—, preguntó Ross.
Jack siguió enfocado en la pantalla. —Bueno,
pide esa pizza y ven a vigilar para que pueda darme una
siesta.—
—Jack, despierta. Mira.—
Jack saltó de la cama y miró en al pantalla
lo que Ross estaba viendo.
—¿Qué pasa?—
Un hombre se quedó mirando la entrada desde
el pasillo. Usaba pantaloneta y una camisa polo. Su espalda daba
hacia ellos así que no pudieron verle la cara, pero vio que estaba
buscando algo en su bolsillo.
—Se detuvo frente a la puerta y se quedó
ahí—, dijo Ross.
—Dime lo que ves que hace.— Jack cruzó el
cuarto hasta la puerta, miró por la mirilla y puso sus manos sobre
la perilla. Su otra mano sostenía su arma. Vio al hombre sacar la
tarjeta llave de su bolsillo.
Jack volteó la perilla sin abrir la
puerta.
El hombre miró la puerta con llave, se
volteó y siguió por el pasillo.
—Se va, Jack. La forma en la que camina,
parece que va un poco borracho. Paró en la puerta que no
era.—
—Sigue vigilándolo.— Jack seguía de pie
frente a la puerta y observando por la mirilla la otra. Dos puertas
entre él y su familia. Él podría estar con ellos en su habitación,
pero no quería preocuparlos con la verdad y Julie no le permitiría
no contarle lo que sucedía.
—Fue a las escaleras, Jack. Apuesto a que
era del mismo cuarto, pero en pisos diferentes.—
—¿Qué hora es?—
—Come algo. Debe estar tibia todavía.—
Jack se sentó en la mesa junto a la ventana,
tomó un pedazo de pizza y miró la televisión. Su familia sonaba
dormida. Lynn y Willy compartían la cama y Julie dormía sobre su
estómago al lado derecho de la suya. Su lado estaba vacío. Las
imágenes en el televisor de la habitación se rotaban mientras Ross
hacía la vigilancia.
—Oye, Junior. ¿Los viste alistarse para la
cama?—
—No, es tu esposa.—
—Está bien, confío en ti—, dijo Jack bien
suave.
Ross se enfocaba en la pantalla al
responder. —Los revisé cuando pensé que ya habrían terminado de
alistarse. Observé el perímetro afuera y los corredores mientras
ellos se alistaban.—
Jack se sentó a los pies de la cama junto a
Ross y sus manos en el control.
Ross se lo dio y tomó su turno para
acostarse y descansar. —Es un fin de semana bien ocupado éste. Si
necesitas ayuda con las señales de video me avisas.—
—Descansa, Junior.—
Ross tomó una segunda almohada y usó su mano
buena para abullonarla y colocarla bajo su cuello para poder ver a
Jack y a la pantalla. —Los niños estaban fulminados. Probablemente
emocionados de verte mañana.—
—Estoy emocionado de verlos también.
Duérmete.—