tentempié reality casero
Montar un reality en casa puede suponer un alto grado de estrés, como ya sabrás; combina los nervios de organizar una fiesta con el hecho de que todo el mundo sepa que va a ser una cosa larga y aburrida. Para el anfitrión, lograr que el acontecimiento sea entretenido es tan difícil como clavar mermelada en el tronco de un árbol o alcanzar el 99,2 % de pureza en tu cocinado.
Mi experiencia dice que una manera de animar el cotarro es montar una partida para ver lo rápido que tu invitado especial se pone a llorar y, a continuación, organizar apuestas sobre el resultado final. Ahora bien, si el reality casero es para un grupo de tíos con reservas de índole ética acerca del juego, por aquello de sus supuestas consecuencias sobre el equilibrio mental, entonces la comida será otra buena manera de intentar que la fiesta funcione.
En la primera temporada Skyler monta un reality para celebrar la reciente noticia del cáncer de Walt; es, sin duda alguna, un buen modelo para cualquier fiesta que puedas organizar.
PARA 5 RACIONES
300 g de queso
Surtido de galletas saladas
1 puñado de uvas blancas
1 puñado de uvas negras
30 fresas
Es casi imposible meter la pata con esta receta.
El queso puede ser de una sola variedad o de muchas, según lo que tengas en la nevera, y lo entendidos que seáis tú y tus invitados en materia de quesos. El cheddar es el más típico, pero puedes probar con otros, desde feta y mozzarella hasta bocconcini y halloumi.
También las galletas ofrecen numerosas opciones, pero es mejor utilizar unas que sean buenas por sí mismas (ni muy secas ni muy sosas), porque podría ser que los invitados no tengan tiempo de montarse una galleta de queso decente ya que se supone que han de estar prestando atención y no preocupados por lo que ingieren; eso no quita que puedan aburrirse y tengan ganas de largarse cuanto antes. Para ir sobre seguro, nada mejor que las galletitas tipo Ritz.
Lavar la fruta bajo el grifo, sin entretenerse, cortar el queso en cubos de 25 mm, disponer las galletas, arrancar los granos de uva y quitar el rabo a las fresas.
Servir, a ser posible, en una fuente grande (si es necesario se utilizan platos de postre) y cubrir con film transparente.
Nota importante: Que nadie tome un solo bocado —sí, a ti te miro, Hank Schrader— antes de que llegue el invitado de honor. El plástico transparente es vital para evitar que algún dedo tramposo toque el papeo hasta que esté todo el mundo. Es importante también porque, como el siempre curioso metanfetaminadicto, la gente codicia aquello que no puede tener. Calcula las cosas para que la mayoría de los invitados llegue una media hora antes que el invitado de honor; así estarán hambrientos y salivando. Claro que eso tiene un efecto secundario desagradable: tendrás que darles conversación más rato.
Consejo para realities: Si has leído El señor de las moscas, sabrás lo importante que son las caracolas. Pues bien, el cojín de tomar la palabra tiene la misma importancia mística. Para el éxito de la fiesta es vital que la gente RESPETE el cojín y no hable sino cuando lo tiene entre las manos.
Otra cosa: Hank —que, según parece, ha asistido a este tipo de movidas en más de una ocasión— ejemplifica las mejores técnicas para superar la velada. Si eres capaz de hablar recurriendo únicamente a prolijas analogías, sobre todo de deportes, que no tengan una relación obvia (o indirecta siquiera) con el tema que os ocupe, entonces lo has hecho bien.