cubo de pollo
PARA 4 RACIONES
1 kg de pollo (cualquier parte sirve: muslo, pechuga, ala, pico... ahí está la gracia de freírlo)
800 ml de suero de leche
250 g de harina
200 ml de aceite vegetal
2 dientes de ajo
1 cubo grande de papel
Sal
Pimienta
Chile
Frotar el pollo con sal y pimienta (una cucharada rasa). Condimentar con chile al gusto.
Majar los dientes de ajo y ponerlos con el suero de leche en un recipiente grande. Echar dentro el pollo para que se reblandezca. Se puede dejar un mínimo de 15 minutos o toda la noche, según lo tierno que le guste a uno el pollo (y hasta qué punto quiera tomarse tantas molestias; aparte de que dejarlo toda la noche anula el «rápida» de la denominación «comida rápida», ¿no?). Mezclar la harina con la sal, la pimienta y el chile y retirar el pollo del suero de leche a fin de enharinarlo a conciencia. Debe quedar bien cubierto.
Calentar el aceite en una cacerola honda a fuego vivo hasta que empiece a humear. (Si al tirar un poco de miga de pan dentro chisporrotea de inmediato, es que el aceite ya está lo bastante caliente). Añadir el pollo (según lo grande que sea la cacerola, es casi seguro que haya que hacerlo en varias tandas, pues todos los trozos no van a caber) y cocinar durante 12 minutos.
En este punto debería tener ya un bonito tono dorado. Retirar con espumadera y colocar sobre papel de cocina. Si tienes que freír más pollo, mete la primera tanda en el horno a poca temperatura y así no se te enfría.
Una vez listo todo el pollo, tirarlo dentro del cubo de papel y servir.