pizza de pepperoni venezia
La pizzería Venezia es amiga de Breaking Bad de toda la vida y siempre está más que dispuesta a enviar alguno de sus estupendos productos a nuestros nuevomexicanos. Da lo mismo si se trata de suministrar el condumio para una sencilla cena familiar o para una reunión entre Walter y una banda de neonazis, o para un grupo de metanfetaminadictos en farra de tres días seguidos, la pizzería Venezia nunca defrauda.
Y lo mejor es que, a diferencia de la mayoría de las pizzerías fast-food de los Estados Unidos, Venezia envía siempre sus productos sin cortar. El dinero que ahorran no cortando las pizzas en porciones revierte en su clientela: ¡el chollo del siglo! Gracias, por el consejillo, Badger.
PARA 4 RACIONES
Para la masa:
225 g de harina
150 ml de agua bien caliente
20 ml de aceite de oliva
1 cucharada de azúcar
1/2 cucharada de sal
5 g de levadura de panadero
Para la salsa
300 g de tomate en lata
1 cebolla
2 tallos de apio
1 zanahoria
1 hoja de laurel
3 cucharadas de mantequilla
2 cucharadas de harina
1/4 cucharada de azúcar
Orégano
Albahaca
Para cubrir:
175 g de mozzarella
225 g de pepperoni
Antes que nada es preciso entender que toda pizza tiene tres partes, y cada una de ellas requiere una larga y tediosa elaboración: la masa, la salsa y los ingredientes propiamente dichos. Que sepas a qué te expones antes de ponerte a hacer una pizza; luego no me vengas con que era muy aburrido.
La masa: Añadir la levadura al agua caliente (40 ºC es la temperatura ideal) y remover hasta que se disuelva. Añadir el aceite, la sal, el azúcar y la harina. Mezclar bien hasta conseguir una masa blanda. Colocarla sobre una superficie enharinada y trabajar durante unos 10 minutos hasta que quede lisa y elástica. Cubrir y dejar reposar durante una hora para que crezca.
Darle forma redonda a la masa. Va a ser una pizza enorme, pero así es como las hacen en Venezia. Pasar a una fuente engrasada y pinchar la masa múltiples veces con un tenedor. Trabar un poco los bordes para formar una corteza.
Hornear a 200 ºC durante unos 12 minutos (el horno deberá estar precalentado) o hasta que empiece a oscurecerse un poco.
La salsa: Trocear la cebolla, el apio y la zanahoria. Echarlo todo junto con la salsa de tomate, añadir y la hoja de laurel en una cazuela, y llevar a ebullición a fuego vivo. Cuando rompa el hervor, bajar el fuego al mínimo y dejar cocer durante media hora. Retirar del fuego.
Verter la mezcla en un tamiz y colar todo el líquido de forma que la cebolla, el apio y el laurel queden en el tamiz. Aquí hay que emplearse a fondo para obtener el máximo de líquido posible... a menos que seas fan de las pizzas secas y pastosas. Derretir la mantequilla en un cazo a fuego moderado y añadir el líquido recién obtenido. Incorporar la harina, el azúcar, el orégano y la albahaca, y bajar el fuego. Cocer otros 10 minutos, removiendo constantemente.
Sazonar al gusto y dejar enfriar.
Rallar queso. Cortar pepperoni.
La combinación: verter una capa fina y uniforme de la salsa ya fría sobre la masa crujiente, dejando sin cubrir los 5 centímetros próximos al borde. Espolvorear queso y colocar encima los trozos de pepperoni en plan decorativo. Hornear 20 minutos más. Retirar del horno. Dejar enfriar y luego cortarla en porciones del tamaño que uno prefiera.
PROHIBIDO llevar la pizza a casa de alguien y luego, en un ataque de rabia, estamparla contra el techo del garaje. Sería desperdiciar mucho esfuerzo, lo lamentarías al momento, y, total, para que te hagan ir a por una escalera para bajarla. A estas alturas, casi seguro que los 5 segundos de la famosa regla ya habrán transcurrido.
Sustitución fácil: en vez de hacer la masa, coger el teléfono.
En vez de hacer la salsa: marcar el número de la pizzería.
En vez de preparar los ingredientes, encargar y esperar.
Este es, de largo, mi método preferido de hacer pizza, y he podido comprobar que los resultados suelen ser mejores.