Capítulo 13
Richard
- “No me estas poniendo esto demasiado fácil Barbara”- Gruñí tomando el volante con más fuerza.
Maldita sea ¡Barbara me estaba pidiendo demasiado! Me pidió tiempo, está bien le doy tiempo. Yo podría esperar toda la vida por ella. ¿Pero llevarla al apartamento de Leo? ¿Por qué no mejor le pongo un lazo en la cabeza y una tarjeta que diga "toda tuya"? No pensaba dársela en bandeja de plata a ese imbécil.
- “Es solo por esta noche Richard, además no es como si vamos a dormir en la misma habitación”- Dijo ella encogiéndose de hombros. ¡Me molestaba que actuara de una forma tan despreocupada en algo que en verdad me enfurecía!
- “¿Y no puedes dormir en mi apartamento?”- Pregunte exasperado, enfatizando la palabra "mi". Ella volteo hacia mí con el ceño fruncido.
- “No, porque ya le prometí a los gemelos que pasaría la noche en su apartamento”- Respondió y podía decir que sonaba irritada –“¿Y sabes qué? ¡Odio cuando te pones celoso por las cosas más estúpidas!”-
¡Genial! Ahora ella también estaba molesta. Sabía que ella odiaba que le dieran ordenes pero simplemente no me podía controlar. Esta no era una cosa estúpida para mí. Dejar que ella durmiese bajo el mismo techo que “su mejor amigo” que se moría por entrar en sus pantalones era demasiado para mí. Respire profundo y trate de calmarme ya que actuando así iba ser imposible lidiar con Barbara.
- “De todas formas... ¿A dónde vas a ir mañana? Sabes que lo que acabas de hacer te dejo en la ruina ¿no?- Dije después de un par de minutos de silencio incómodo. Ella se rio arrogantemente.
- “¿Piensas que hice esto sin saber las consecuencias? No soy estúpida Richard, compre un apartamento a mi nombre a espaldas de Fabio y abrí una cuenta aparte donde deposite un poco de dinero para al menos mantenerme por dos meses”- Respondió ella con aires de suficiencia.
- “Oh”- Dije asombrado. Bueno, creo que había subestimado a Barbara.
- “Cruza aquí, y después del semáforo doblas a la derecha... Oh, debo comentar que manejas como niña, tu camioneta puede ir mas de los 60Kmh ¿sabes?”- Dijo ella acomodándose en el asiento.
Sonreí. No me había dado cuenta como Barbara había cambiado conmigo hasta este momento. Había extrañado sus comentarios sarcásticos y mordaces. Barbara era un mujer despampanante pero lo que mas me gustaba de ella era su explosiva personalidad.
Me detuve al frente del edificio de los gemelos.
- “Bueno... Adiós”- Dijo abriendo la puerta de la camioneta.
- “Espera”- La tome de la muñeca antes de que saliera.
- “¿Que?”-
- “¡No puedes bajarte vistiendo así!”- Exclame señalando su atuendo. Ella se miro a si misma y luego levanto la mirada para hacerme un puchero adorable.
- “¿No me queda bien?”- Pregunto con voz de bebe. Entrecerré la mirada en ella. ¿Esta bromeando? Si pasaba un segundo mas con ella hablando así y con esa ropa iba a llevármela a mi apartamento y hacer cosas sucias. Muy sucias. Gruñí y busque en el asiento trasero de mi camioneta hasta encontrar mi chaqueta.
- “Ponte esto”- Dije lanzándole la chaqueta. Ella la atrapo en el aire.
- “Creo que si Fabio me quisiera seria algo como tu, gracias a Dios que no lo hace”- Se quejo poniéndose la chaqueta, abrió de nuevo la puerta para salir.
- “Espera”- Dije de nuevo deteniéndola. Lo cierto era que me estaba costando bastante dejarla ir.
- “¿Ahora que?”- Cuestiono con el ceño fruncido en irritación. Sonreí.
- “Te quiero”- Por su expresión eso la tomo desprevenida, abrió la boca y luego la cerro.
- “Aja”- Respondió bajando del auto.
Me quede mirándola hasta que desapareció en el interior del edificio. Aja. ¿Que clase de respuesta era esa?
Barbara
Entre en el ascensor y marque el piso 7. Te quiero. ¡Mierda! ¿Por qué Richard había tenido que decir eso? Sabía que no era la primera vez que me lo decía pero... lo hizo sonar con tanto significado. Sé que mi respuesta no había sido la mejor del mundo pero ¿que se supone que le diga? ¿Yo también te quiero? ¿Yo quería a Richard? Sabia que sentía algo por el pero era... ¿amor?
Empecé a pegar mi cabeza contra la pared de acero del ascensor. ¡Yo no quería enamorarme! ¡Me había enamorado de Tomas y el... hizo mi vida una mierda! Salí del ascensor y en piloto automático camine hasta la puerta del apartamento de los gemelos. Había hecho este camino tantas veces que podía hacerlo con los ojos cerrados. Toque la puerta y espere.
¿Y si Richard hacia lo mismo que hizo Tomas? ¿Y qué pasa con estos sentimientos por Leo? ¿Por qué no me había dado cuenta antes? ¿Por qué arruinar nuestra amistad en algo de lo que no estábamos seguros que sentíamos?
- “¡Barbie!”- Grito alguien sacándome de mis pensamientos abruptamente. Unos brazos me rodearon tan fuerte que pensé que me iban a quebrar una costilla. Pronto me di cuenta que era Cindy.
- “Cin... dy... no... pue...do... respi...rar”- Dije tratando de zafarme de su agarre.
- “Nena, suelta ya a Barbie, se está poniendo morada”- Escuche a Tony decir. Cindy se rio nerviosamente y me soltó, solo para toquetear mi rostro como una abuela en navidad.
- “¡Ya basta! ¡Ya excediste el límite de afecto físico por el día de hoy!”- Exclame apartándome de ella.
- “Lo siento Barbie”- Se disculpó sonriendo –“Estábamos muy preocupados por ti, creíamos que te había atrapado la policía o algo”- Comento ella caminando a los brazos de Tony.
- “Si, Leonardo se puso histérico, estaba pensando seriamente en lanzarlo por la ventana”- Conto Tony besando a Cindy en la cabeza.
- “Cállate Anthony”- Gruño Leo por fin apareciendo. Cuando me vio fue directo a abrazarme –“¿Estas bien?”- Susurro en mi oído, me aparte de el un poco demasiado rudo.
- “Uh, si... De hecho me encontré a Richard o el me encontró a mi
y me ayudo a salir de allí”- Respondí sin darle mucha importancia.
- “¿Richard?”- Gruño Leo entredientes.
- “¿Él no era del equipo contrario?”- Pregunto Cindy ahora sentada en el regazo de Tony en el sofá. En serio tantos cariños empezaban a asquearme.
- “Mmm... si pero ahora no lo es, quiero decir, renuncio”- Dije caminando a la cocina y abriendo la nevera. Saque una cerveza. Leo y
Tony no se molestaban por eso, después de todo esta era como una segunda casa para mí.
- “¿Renuncio? Querrás decir que echaron su trasero a la calle”- Comento Tony cuando volví a la sala.
- “No, él me dijo que renuncio antes de que hiciera todo esto”- Conteste dándole un trago largo a la cerveza. Oh, si. Esto era lo que necesitaba. Note que Leo solo me miraba con el ceño fruncido.
- “¿Por qué?”- Pregunto Cindy confundida. No respondí inmediatamente así que Leo respondió por mi.
- “Porque él te quiere para el”- Dijo Leo irónicamente. Eso creo un silencio incomodo –“Y debo suponer que esa chaqueta es de el ¿no?”- Pregunto sonando molesto. Me encogí de hombros y asentí –“Genial”- Manifestó con una falsa sonrisa en su rostro, me dio la espalda y se encerró en su habitación.
Ah, qué bien. Ya había tenido suficiente testosterona por un día. Que se quedara todo el día en su habitación, mejor para mi.
Hice rodar mis ojos y me senté en el sillón frente a Tony y Cindy. Que por cierto como si no estuviesen enterados de la situación se empezaron a besar. ¡Estos dos no podían mantener las manos fuera del otro!
- “¡Oh vamos! No me digas que ustedes van a estar así toda la noche”- Me queje lanzándoles un cojín.
- “Barbie no te molestes, puedes unirte, siempre he tenido esa fantasía de ver acción de chica con chica mientras yo estoy mastur...”- Cindy lo corto golpeándolo en el pecho.
- “¡Eres un cerdo asqueroso!”- Gritamos Cindy y yo al mismo tiempo, luego estallamos en carcajadas.
- “Tranquila Barbie, vamos a dormir juntas en la habitación de Anthony. El dormirá con Leonardo”- Dijo ella. Tony entrecerró los ojos en nosotras.
- “Pondré una cámara por si deciden darse besos de amistad”- Informo con una sonrisa socarrona. Cindy lo golpeo de nuevo –“¡Hey! ¡No soy una piñata!”- Lloriqueo. Cindy suspiro y se levantó del sofá.
- “Vamos Barbie, dejemos solo al pervertido”- Dijo fingiendo estar molesta y me llevo del brazo a hasta la habitación de Tony.
- “¡Perdón por quitarte una noche con Cindy!”- Grite sobre mi hombro a Tony.
- “¡No te preocupes, mañana se la cobro!”- Lo oí responder, Cindy rio tontamente y cerró la puerta.
Me tumbe en la cama y note que Leo había dejado mi maleta allí. Me senté en la cama y empecé a quitarme la chaqueta junto al mini-vestido.
- “Estoy muerta”- Me queje pateando el vestido con mis pies.
- “Debes estarlo, Anthony me conto toda la locura que armaste en la mansión Williams”- Respondió Cindy también deshaciéndose de su ropa. Me reí con gusto.
- “Si, fue tan divertido ¡Hubieras visto la cara de mi padre! ¡No tenia precio!”- Comente poniéndome una camisa ancha que me llegaba a mitad de muslo de Pac-mac.
Me acosté de nuevo y mire el techo. Ya me habría librado de él, pensé. Sentí como un aleteo en mi pecho. Me sentía libre, libre de hacer lo que se me diera la gana. Bueno... ya antes hacia lo que me diera la gana pero ahora no tendría que lidiar con el. Cindy se acostó a mi lado.
- “¿Que vas hacer con Richard?”- Demonios, sabía que iba a preguntar eso. Suspire.
- “No lo se... él me dijo que me quería”- Rodé para poder ver a Cindy, ella me sonrió dulcemente.
- “Dices eso como si fuera malo”- Contesto. Bueno, en cierto lo era. Es decir... si no fuera malo, no me asustara tanto ¿no? –“¿Que le respondiste?”-
- “Dije aja”- Cindy me miro con ojos como huevos fritos.
- “¿Hablas en serio?”- Pregunto incrédulamente y luego negó con su cabeza en desaprobación –“Quisiera saber cuál es tu miedo a las relaciones Barbie”- Dijo haciendo que me tensara inmediatamente. De pronto ya no quería seguir hablando del tema. No estaba de humor para que me psicoanalizaran.
- “Mmm tengo sed, voy por un vaso de agua”- Me levante de la cama y hui de la habitación. A veces las charlas con Cindy eran buenas pero no me gustaba cuando se quería poner profunda conmigo. Hay cosas que las personas simplemente guardan para si mismos.
Camine a la cocina y en vez de tomar un vaso de agua como había dicho, tome otra cerveza. Cuando me di la vuelta vi que Leo estaba de pie a unos metros de mí.
- “Ven aquí Barbie”- Dijo extendiendo su mano hacia mí.