La anciana señora Fitzgerald
Cuando Esteban Winton apareció muerto la mañana siguiente a la fiesta del ochenta y cinco cumpleaños de la señora Fitzgerald, toda la familia consideró que había sido un desafortunado accidente. Sin embargo, para el inspector jefe Austen, los indicios apuntaban en otra dirección y la teoría de un posible asesinato deliberado iba cogiendo fuerza. Aunque las apariencias apuntaban a la viuda, Valentina, nieta de la señora Fitzgerald, ya que la muerte de su marido le permitiría comprometerse con el joven Duncan Farrant, las pruebas contra ella no eran concluyentes. Por otra parte, aunque Duncan Farrant tenía motivos suficientes para desear la muerte de aquel que se negaba a divorciarse de Valentina, aunque ya no hubiera amor en el matrimonio, impidiendo así toda posibilidad de futuro para la nueva pareja, sin embargo, los datos eran concluyentes sobre su inocencia. ¿Y la señora Fitzgerald? Es cierto que la anciana, de ochenta y cinco años de edad, llevaba varios años incapacitada en una silla de ruedas, pero ¿podría haber tenido que ver con la muerte del marido de su querida nieta? ¿Era ésta una hipótesis tan descabellada? Las dificultades para arrojar luz sobre el caso se multiplicaban y, lo que en principio parecía algo muy sencillo, se iba transformando para el inspector jefe Austen en un verdadero rompecabezas.