Tiempo para escapar
El verano del año 72 queda atrás y, con la llegada del otoño, Marco Didio Falco y Helena Justina, su inseparable novia, regresan a Roma desde la lejana Palmira. Durante su ausencia, Petronio Longo, oficial investigador de la Cuarta Cohorte y responsable de mantener la ley y el orden en el barrio del Aventino, ha conseguido llevar ante los tribunales a uno de los jefes máximos del hampa romana, Balbino Pío. Condenado a muerte, Balbino hace uso de la prerrogativa que, como ciudadano romano, le permite disponer de un plazo de tiempo para escapar. La misma noche de su llegada, Falco acompaña a Petronio hasta el puerto para comprobar que, efectivamente, el reo sube al barco que lo llevará al exilio.Pero, apenas unas horas después, se produce un espectacular robo en el Emporio, el principal mercado de la ciudad, y el emperador Vespasiano sospecha de la existencia de un complot contra él. Un complicado asunto para Marco Didio Falco, que se encuentra de nuevo incorporado al servicio del emperador.