Post Morten
Craig Majors era un hombre gris, anodino, de esos miles de centenares que desfilan por la vida sin pena ni gloria. O con más pena que gloria; según se mire. Pura y simple cuestión de conceptos. Era, en definitiva, Craig Majors, un tipo vulgar. Como vulgar, sin que ello encierra sentido peyorativo, era su profesión: taxista. Claro que, hay que insistir en ello, ser taxista, no es ninguna deshonra en ningún lugar del globo. Es, simple y llanamente, un modo como otro cualquiera de ganarse la vida con honradez. Y Craig Majors, eso sí, era honrado a carta cabal. Especie esta,dicho sea de paso, que se está extinguiendo pronta y alarmantemente de la faz del planeta.