Fundación y caos
En los últimos años de Hari Seldon, cuando se enfrenta al juicio que desterrará a la Fundación a Términus, la presencia de los robots calvinianos y la influencia del simulacro Voltaire sobre Lodovik Trema, uno de los robots humaniformes de R. Daneel Olivaw, fuerza a éste a intervenir de nuevo después de haber abandonado su antigua identidad de Eto Demerzel como Primer Ministro del Imperio. Los robots calvinianos están reclutando a mentálicos para enfrentarse a Olivaw y para extirpar la psicohistoria de la mente de Seldon. Al mismo tiempo, un paranoico Fard Sinter (a la sombra del primer ministro Linge Chen), con la ayuda de una mujer con una enorme fuerza mental, persigue a los mentálicos del sector de Dahl en pos de uno de los míticos robots. La confluencia de todos estos conflictos llevará a todos los personajes más importantes de ese momento a una situación extremadamente crítica.Greg Bear es un autor contrapuesto a Gregory Benford: con estilo propio, muy cercano a la literatura moderna norteamericana (con un cierto aire a James Ellroy), y fácil de identificar: por ejemplo, sus personajes entrelazan su problemática psicológica con la política y los mecanismos de la sociedad en la que están inmersos.Hay que decir, no obstante, que otra característica menos virtuosa de su estilo es la tendencia a ocultar la trama bajo una, digamos, especie de cotidianeidad que resta fuerza al argumento central. Esto hace la lectura menos amena, aunque el tratamiento tanto en la temática como en la psicología son muy interesantes. En el caso de FUNDACIÓN Y CAOS, es muy destacable por el contraste con el volumen precedente de la trilogía el saber hacer literario de Bear, que mimetiza a la perfección ese sabor clásico del estilo-Asimov sin renunciar a sus propias características literarias. Esta flexibilidad dice mucho y bueno sobre el oficio literario de Bear.FUNDACIÓN Y CAOS es muy respetuosa con los antecedentes de la saga. No participa del atiborramiento injustificado que hace Benford en el primer libro, suaviza la participación de los simulacros y conserva la personalidad original de los personajes. Además, partiendo de los mismos principios que usaba Asimov, hace propuestas muy interesantes: Vara Liso, la mentálica al servicio de Farad Sinter, es un pre- Mulo surgido (como muy bien argumenta Bear) como rebelión inmunológica de la humanidad frente al sometimiento impuesto por la guía de Daneel Olivaw.En resumen, la novela es, aunque extensa y falta de tensión climática (algo que ya pasaba con Asimov), fiel y de propuestas bastante inteligentes. Es una oportunidad más de apreciar el equilibrio narrativo de las obras de Greg Bear.