XIV
Fuera, en la calle ya vacía, esperaba ahora uno de los coches verde oscuro de la policía con el motor ronroneando suavemente. Unos momentos después se abrió una de las puertas del sótano del enorme edificio y salieron dos hombres que llevaban una camilla encima de la cual había algo que estaba completamente quieto y totalmente cubierto. Se deshicieron de ello haciéndolo resbalar cuidadosamente hacia la trasera del coche verde. Un momento después salieron otros dos hombres que llevaban una camilla con igual carga, y también de ésta se deshicieron cuidadosa y silenciosamente de la misma manera. Luego cerraron bien la puerta del coche.
El conductor y otro hombre dieron la vuelta, se subieron al asiento delantero y, tras conferenciar en voz baja durante un momento con el sargento de la policía, se marcharon, cogiendo la vuelta de la esquina siguiente con un suave tañer de campanas. Durante un momento más se quedaron conferenciando los tres policías y dos de ellos escribieron unas notas en sus cuadernillos. Luego saludaron los dos policías al sargento y se marcharon todos, alejándose cada uno de ellos para continuar la realización de la tarea a él asignada.