Capítulo 15

NO habían podido pegar ojo en toda la noche. Liberty no podía creer que hubiera jugado con ella de esa manera, no podía creer que hubiera sido tan tonta como para dejarse engañar por él ¿iba a casarse en primavera?, dio vueltas en la cama tratando de no llorar, esa era la segunda vez en su vida que tenía el corazón roto, pero estaba decidida a no dejarse engañar más.

Por otro lado Cheist, quien había visto hundidos sus planes de confesión acababa de ver como alguien decidía su futuro por él pisoteando a los demás sin que él pudiera hacer nada para protegerlos.

Salió del oscuro cuarto que ocupaba en casa de su ex y se marchó, buscando un sitio tranquilo en el que desayunar mientras pensaba en una solución a su problema.

En casa no parecía haber nadie, no llamó al dormitorio de Cheist, pero Greg no estaba y Hal parecía haberse esfumado. Se dio una ducha y después de llamar a Debra salió de casa.

Al llegar a la cafetería que siempre le servía de desconexión encontró a Cheist, como si fuera un juego del destino.

David no esperaba que ella entrase en la misma cafetería, pero cuando la vio no dudó en llamarla e invitarla a sentarse en su mesa.

Liberty miró a su alrededor y sin decir nada se sentó frente a él. No iba a hablar, al menos no tenía intención alguna de compartir una sola palabra con él, pero Cheist empezó su discurso.

—He estado días pensándolo. Anoche estaba preparado para decírtelo todo. La noticia me impactó tanto como a los demás...

—¿Pensando qué? —preguntó de mala gana.

—Pensando en confesar todo lo que me había traído a Bravetown... Pero ahora todo se ha ido al traste.

—Nada se ha ido al traste Cheist, estás comprometido y has jugado conmigo...

—¿Quieres casarte conmigo? —preguntó como el que no quiere la cosa.

—¿Perdona?

—Sí, solo un tiempo, para poder librarme de esto, puedo darte una buena suma, así podrás vivir bien... luego podemos seguir juntos si quieres, o divorciarnos, o separarnos, o lo que sea...

—Tú estás loco —afirmó ofendida.

Con una sonrisa sarcástica se puso en pie dispuesta a marcharse de ahí.

—No, no estoy loco, Lib. No estoy loco. No quiero casarme con una desconocida por los intereses de dos agencias que solo quieren dinero vendiendo exclusivas, fotos y escándalos. No estoy loco, solo estoy enamorado de mi ex. De una chica alegre y cariñosa que me rompió el corazón diez años atrás en el depósito de un parque con la excusa de que su amiga pensaba que era feo. Libby, yo soy David —soltó de pronto.

Sí que jugase con sus sentimientos le había dolido en el alma, que fingiera ser quien no era le dolía todavía más. Liberty miró alrededor esperando encontrar a Greg desternillándose por la broma, estaba segura que había sido cosa de él el que Cheist supiera sobre su ruptura en el depósito pero éste no estaba por ahí.

Sin decir nada se dio la vuelta y salió de la cafetería sin avisar a Debra que se cancelaba su reunión.

Cuando Debra llegó se encontró a Cheist sentado, con una expresión seria, aun así se alegró enormemente de que su amiga no hubiera llegado aún.

Se acercó a la mesa en la que estaba sentado el actor y, sin rodeos se sentó frente a él, mirándolo con una sonrisa tonta, tratando de coquetear con él sin miramientos.

—Supongo que ya te has enterado...

—¿De tu boda? Si... me llamó Libby hace un rato y me lo contó.

—Le he pedido que se case conmigo.

—¿Como?

—Debra, recuerdas a David, ¿no es así? —La muchacha lo miró con los ojos entrecerrados, como si estuviera diciendo algo que no debía— Ese David con el que tu amiga rompió porque no era bastante atractivo para ella... Ese David soy yo —hizo una pausa, esperando una respuesta, o algo que le demostrase que le oía, pero ella seguía mirándolo con los ojos entrecerrados, como escudriñándolo— cuando se marchó, llegué a casa y le pedí a mis padres que me enviasen con mi tío, no quería estar ni un día más aquí... imagínate, ¿cómo podría seguir viéndola viviendo casi frente a su casa? —Debra seguía mirándolo de forma acusatoria, pero eso no le impidió que siguiera hablando— La boda que han anunciado es algo que ha preparado la agencia, yo no quiero casarme con una desconocida, y menos para beneficio de otros. Estoy enamorado de Liberty, siempre lo he estado, desde que la vi la primera vez y hasta hoy... Llegué a Bravetown 10 años después para vengarme por haberme dejado, pasé todo este tiempo alimentando mi sed de venganza con retorcidas ideas. Pero al verla de nuevo todo el amor que enterré en lo más hondo de mi pecho salió sin que pudiera evitarlo. Le he ofrecido dinero a cambio de que se case conmigo pero...

—No lo va a hacer, y menos por dinero. Dios mío, Jamás te perdonará esto...

Quizás habérselo contado a Debra era un error, al fin y al cabo ella había sido la causante de su ruptura y no pensaba que ella fuera a querer ayudar, aun así estaba sirviéndole como desahogo, ni siquiera a Gregory le había dicho que seguía amándola, que nunca había dejado de hacerlo.

Por unos minutos ambos estuvieron en silencio, tomando el contenido de sus tazas con pequeños sorbos, dejando que el tiempo pasase mientras analizaban, uno lo que había dicho y el otro lo que había oído.

De pronto la muchacha soltó la taza sonoramente sobre el platito que hacía juego y lo miró de frente.

—Yo lo haré, si no quieres casarte por lo de la agencia yo lo haré.

—Debra, perdóname pero...

—Déjame terminar. Yo haré el papel de novia para la boda, pero las cosas tienen que hacerse a mi manera —David la miró con el ceño fruncido, casi dejándole a entender que se olvidase de lo que acababa de proponer— tranquilo, he madurado, ya no soy la de antes y, dadas las circunstancias, creo que eres perfecto para mi amiga. Si realmente eres David necesitas saber que ella jamás te ha olvidado, siempre fingió haberse olvidado de ti, además está enamorada de Cheist, aunque no lo admita. La conozco mejor que ella misma.

—¿Puedo preguntarte algo? ¿Por qué convenciste a Libby para que me dejase?

—La respuesta a eso es más fácil de lo que parece y creo que no has dado con la solución... Ya sabes, no serías una belleza, pero eras sexy y me gustabas. Libby por ese entonces estaba más que extraña y le repetí mil veces que no eras guapo, que no hacíais buena pareja...

—Pero sabías que nos queríamos, maldita sea.

—Éramos adolescentes, David. Yo pensaba más con mis hormonas que con la cabeza. Además, nunca pensé que lo hiciera. Luego me arrepentí horrores, ella se deprimió tanto después de vuestra ruptura que no supe donde más buscarte para que volvieras y hablaseis. Ahora, si no tienes más preguntas escucha mis condiciones y piénsalo.

Después de plantear las condiciones y de rellenar una especie de contrato en un par de servilletas, Cheist volvió a casa, temiendo no estar cometiendo otro error que le separase más de Liberty.

Libby había vuelto a casa tratando de olvidar las palabras de Cheist, de olvidar la proposición de matrimonio, pero sobre todo el que le dijera que él era David.

Justo al cerrar la puerta de su habitación empezó a analizar las coincidencias, mismo nombre, misma fecha de nacimiento, mismo amigo en común, él también la hacía sentir de ese modo en que sólo su ex sabía y, estaba el que él supiera subir al tejado por ese sitio por el que sólo subían ella y su David.

No entendía nada, y cada vez entendía menos, pero no iba a quedarse con la duda. Salió de la habitación en busca de Greg, él iba a ser quien le aclarase, fuera como fuese, el tema de David y Cheist, pero, justo al salir al pasillo entraba el actor.

—Bien, entonces tú lo harás —sin dejar que dijera nada tiró de su brazo y le metió por la fuerza en su dormitorio— Ahora me lo vas a contar todo, cómo sabes de David y...

—Sabes que yo soy él, Lib. Quieres negártelo porque estás dolida pero lo sabes, en el fondo lo sabes.

—Oh... —murmuró entre dientes— Y si eres David ¿Por qué no te he reconocido como lo hice con Greg?

—Porque las personas cambian y después de nuestra ruptura tenía que convertirme en el chico más guapo, pasase por lo que tuviera que pasar.

—¿Cirugía? —Preguntó, insinuando que sabía que le tomaba el pelo, pero él se encogió de hombros, dejándole ver con ese gesto que no había ido mal encaminada— ¿Y por qué has vuelto?

—Toma asiento... —pidió poniendo las manos en sus hombros para guiarla, pero ella rechazó que le tocase— Cuando me dejaste no quise quedarme aquí ni un minuto más, bueno, sabes que me marché a la mañana siguiente. Mi vuelta a Bravetown... Libby, pasé 10 años queriendo hacerte pagar por destrozarme el corazón. Te quería más que a nada. Tú lo eras todo para mí. Pasaba las noches deseando que amaneciese para volver a verte, así de mucho te amaba, y quise hacerte pagar por el daño que me hiciste. Cuando te vi quise aprovechar que no me reconociste pero mi corazón no pudo resistirlo. Esa noche que me cuidaste cuando llegué empapado... Lib, hubiera dado cualquier cosa por volver el tiempo atrás y volver a cuando estábamos juntos, y desde ahí todo ha sido como una espiral, todo ha dado vueltas a mi alrededor mientras me enredaba cada vez más en esta red de mentira y angustia.

—Yo... —dijo sin saber qué responder, acongojada y con los ojos llenos de lágrimas— No me puedo creer que me hayas hecho esto... —murmuró mirando al suelo— Te quiero fuera de mi casa, no me importa si te quedan tres semanas o tres meses de rodaje... Por favor vete, márchate hoy mismo.

Cheist no respondió, salió de su cuarto y se metió en el baño, en el que tenía algunos enseres. Luego fue a su habitación, no iba a rogarle para que le dejase quedarse, ni siquiera iba a discutir sobre dónde iba a dormir mientras terminaba el rodaje.

No pasó mucho hasta que salió de allí, arrastrando sus maletas y sin decir ni pio. En algún momento tenía que hacer frente a sus propios actos y esas eran las consecuencias.

Cuando lo escuchó salir y oyó las ruedas de la maleta arrastrándose calle abajo se derrumbó. Se apoyó contra la puerta con las manos cubriendo su rostro y se deslizó hasta quedar sentada en el suelo. Todo le estaba saliendo mal.