19. La clase en grupo
19.1 Programa de la lección
Independientemente del tipo de clase que des, necesitarás un programa de lo que se tratará en cada lección.
Haz una lista de las habilidades que quieres enseñar durante el curso. Por ejemplo, una clase de obediencia básica habitualmente cubre sienta, échate y caminar al lado (u otras formas menos formales de caminar con la correa suelta), ven aquí (también conocido como llamada) y quieto. La mayoría de los adiestradores también enseñan ejercicios de atención. Después de todo, si no tienes la atención del perro, ¡no vas a conseguir una gran respuesta de nada más! Además, algunos adiestradores incluyen deja, es decir, «eso que estás a punto de meterte en la boca… ¡ni lo sueñes!» y échate quieto. Eso es sólo lo básico. Completarás tu programa con otros temas, juegos y ejercicios relacionados con las habilidades que se enseñan.
19.2 La primera clase
El primer día de clase es un buen momento para repasar los procedimientos. Comenta los protocolos que rigen la interacción entre perros, como hacer preguntas y cualquier otra cosa que creas que es importante que sepan tus alumnos. La primera sesión también es el momento para comprobar las cartillas de vacunas, los collares (si son de tipo apropiado y ajustan bien), y recoger los contratos o dinero pendientes.
La mayoría de las clases en grupo para perros adultos no incluyen periodos de juego o de socialización, pero si los perros son amigables y los dueños quieren, puedes dejar que se mezclen antes o después de la clase, aunque sujetos con la correa.
Es importante que los dueños sepan antes de llegar a las instalaciones que no se deja mezclar a los perros durante la clase. Si tu primera clase es sólo para personas, eso no será ningún problema. Si tienes perros en la primera clase, define las reglas de interacción entre perros en tu carta de inscripción y acuérdaselas a los dueños por teléfono antes del primer día. Naturalmente, a veces también tendrás que recordar a los alumnos las reglas durante la clase.
Si los alumnos hacen preguntas durante la clase, respóndelas siempre que correspondan al ejercicio o tema que se trate. Al fin y al cabo, no hay preguntas estúpidas y es probable que alguien más se esté preguntando la misma cosa. Las preguntas más individualizadas pueden hacerse durante los quince minutos previos a la clase para prepararse, o en los quince minutos posteriores a su conclusión. Si prefieres no responder preguntas antes o después de la clase, puedes pedirles a los alumnos que te llamen con las preguntas durante la semana, o dedicar los últimos diez minutos de las clases a las preguntas y respuestas. Un adiestrador que conozco dedica diez minutos a una tormenta de ideas al final de cada clase. Un alumno propone una pregunta de adiestramiento o comportamiento y entonces el instructor u otros alumnos ofrecen respuestas. Este es un modo excelente de mantener a los alumnos implicados y muchos alumnos llegan a soluciones creativas y excelentes.
Es un protocolo estándar que los alumnos se presenten a sí mismos y a sus perros en la primera clase. Recuerda presentarte tú también. En mis clases, a cada dueño se le pedía que diese su nombre, el del perro, la raza y la edad, y que contase alguna cosa que realmente le gustaba de su perro.
Este último detalle puede ser muy revelador. A menudo tendrás un avance de lo que vendrá después cuando alguien responda «realmente no se me ocurre nada», o «vaya, hay tantas cosas que ¡seguro que no podría nombrarlas todas!», o incluso «me gusta porque va a juego con mi sofá» (sí, ¡lo he oído!).
La primera clase también es el momento perfecto (sobre todo si los perros no están) para explicar brevemente los principios básicos de adiestramiento y psicología, y cómo se aplican al adiestramiento que realizarás. Podrías incluir un repaso de cómo piensan y aprenden los perros, cuándo y cómo reforzar comportamientos, la importancia del timing, instante para premiar, etc.
Tus explicaciones deben estar ausentes de jerga científica. Por ejemplo, si quieres que tus alumnos pasen de premiar al perro cada vez que se sienta a premiarlo cada dos o más veces, no deberías de pedirles que cambien «de un patrón de refuerzo continuo a uno intermitente de periodo aleatorio». De otra forma, acabarás con una habitación llena de miradas ausentes (y no me refiero a los perros).
Si los perros no están presentes y estás enseñando el adiestramiento con clicker, la primera clase es un momento ideal para que los dueños practiquen con el clicker. Los alumnos pueden ponerse en parejas donde uno haga el papel del perro y otro el del dueño; el dueño hace clic y recompensa comportamientos simples como establecer contacto visual (La gente realmente se mete en el juego ¡algunos incluso comienzan a ladrar y arañar!). Los alumnos pueden hacer ejercicios que mejoren su coordinación, como que tú dejes caer una bola y les pidas que hagan clic antes de que toque el suelo.
Muchos adiestradores de clicker juegan al Juego del Adiestramiento durante la primera clase. Un alumno sale de la clase, mientras los otros deciden una tarea simple que tiene que realizar, como levantar un objeto concreto. El alumno vuelve a entrar. Cada vez que se mueve en la dirección donde finalmente tiene que realizar la tarea, los otros alumnos hacen clic. El juego enseña a los dueños la valiosa habilidad de moldear un comportamiento dividiéndolo en pasos pequeños (para una descripción más profunda del juego, mira en Recursos el libro de Karen Pryor ¡No lo mates… enséñale!). ¿He mencionado lo bien que se lo pasan con este juego? ¡Es divertidísimo!
Nota: Si los perros están presentes en la primera clase, pido a los dueños que los premien cada vez que estén calmados o establezcan contacto visual. Recompensar la calma y el contacto visual reduce considerablemente el caos de la primera vez.
19.3 Desarrollo de la clase
Cuando hagas la planificación de tus cursos, ten en cuenta que debe haber una progresión natural de las habilidades. Por ejemplo, lo primero que enseño en una clase de obediencia básica es la atención. Cuando los perros están más atentos a sus dueños, pueden aprender a sentarse. La orden échate se enseña después de sienta, porque échate se enseña desde la posición de sentado.
Recuerda que algunos ejercicios, como sentarse y echarse, pueden enseñarse bastante rápidamente. Otros, como conseguir una llamada sólida, una permanencia larga o caminar sin tirar de la correa, son procesos más lentos. Así que a pesar de que sentarse y tumbarse se presentan casi inmediatamente, también debes introducir pronto otros ejercicios en el programa.
El objetivo es enseñar primero cada habilidad específica y después elaborar las diferentes habilidades sobre ellas. Haz que los alumnos practiquen cada ejercicio en casa, primero sin distracciones en un lugar concreto, luego en diferentes lugares de la casa, después fuera de casa sin distracciones y finalmente, enséñales a practicar las nuevas habilidades con distracciones tanto dentro como fuera de la clase.
Verás que irás adaptando tu planificación docente a las necesidades específicas de los perros y las personas, así como el ritmo de la clase y el tiempo necesario para responder a las preguntas. Intenta mantener el programa de la lección, pero no te incomodes si te encuentras desviándote de él, o pasando por alto pequeños detalles que habías previsto abordar.
Así es la naturaleza de la bestia. Con la experiencia te acostumbrarás a cambiar el programa sobre la marcha para que todo salga bien de todas formas.
A continuación hay un ejemplo de cómo puede quedar un único ejercicio a lo largo de tu curso. En este ejemplo échate-quieto se presenta en la tercera clase. Supondremos que los perros ya han aprendido a sentarse y echarse.
Esta no es una explicación precisa de cómo se enseña un ejercicio, sino más bien de cómo evoluciona:
Tercera clase: Los perros están echados. Los dueños están al lado de los perros. Se premia a los perros por echarse-quietos de tres a cinco segundos. Si un perro no aguanta tres segundos, el dueño comienza con la duración que puede manejar.
Se enseña a los dueños la manera de trabajar con sus perros en casa, incrementando gradualmente la duración, sin separarse del perro. El objetivo durante la semana de prácticas es conseguir que el perro aguante un minuto en la posición de echado o quieto al lado de su dueño.
Cuarta clase: Suponiendo que los perros puedan echarse y quedarse quietos junto a los dueños durante un minuto, los dueños se separan un paso. Los perros permanecen echados y quietos durante diez segundos (o el tiempo que aguanten).
Enseña a los dueños la manera de aumentar esta distancia gradualmente, es decir, cada vez que se añade un paso, se debe reducir el tiempo a diez segundos (o menos, si es necesario), y después aumentar gradualmente esta duración. El objetivo es conseguir tres pasos de distancia entre el dueño y el perro durante la semana de prácticas en casa.
Quinta clase: A medida que los perros permanecen echados-quietos, los dueños deben introducir pequeñas distracciones cercanas, como caminar alrededor de los perros, agacharse a atarse un cordón del zapato, dar un salto, dar un paso de baile o hacer sonar un juguete. Los dueños deben ir incrementando el tiempo durante el cual el perro permanece en esa posición, así como la distancia a la que se alejan.
Sexta clase: Se introducen distracciones mayores. Mientras los dueños permanecen cerca de sus perros, un equipo de perro y dueño camina a cierta distancia. También, mientras los dueños están a algunos pasos de distancia de los perros, otra persona camina lentamente entre medias, o se acerca lentamente a darle la mano al dueño.
Séptima clase: Mientras los perros están echados o quietos con su dueño a cierta distancia, un adulto o un niño pasa corriendo. En otro ejercicio, la mitad de los alumnos hacen la llamada mientras la otra mitad mantienen sus perros en echado-quieto.
Octava clase: ¡La graduación! Se juega a juegos que usan los excelentes echado-quieto del perro. Por ejemplo, todos los perros se echan quietos en una línea, a cierta distancia uno de otro. Un equipo de perro y dueño zigzaguean entre esa línea, con el perro en posición de junto. La pareja se coloca al final de la línea y el equipo de perro y dueño más próximo repite el ejercicio. Esto puede hacerse como una carrera entre los dueños divididos en dos equipos, con penalizaciones para los perros que rompan la posición de echado-quieto. ¡No olvides los premios para el equipo ganador!
Este plan es sólo un ejemplo para un ejercicio. Funciona mejor probando cosas diferentes y modificándolas, una y otra vez. Sólo recuerda que el objetivo es reforzar cada habilidad a medida que la clase progresa, para que, en la última clase, los perros puedan realizar los ejercicios incluso con distracciones. Nadie espera que los perros de un grupo de principiantes acaben siendo perros «a prueba de bombas» (que no reaccionen a ninguna distracción). A pesar de ello, procura conseguir los mejores resultados que los perros y los dueños de tu clase puedan conseguir.
19.4 Tareas para casa
Junto con los planes de la lección, necesitas preparar las tareas para casa. Hazlas cortas y sencillas. Repasa cómo adiestrar al perro, y da consejos útiles y específicos sobre cómo hacerlo. Por ejemplo, mejor que decir «Practica sienta esta semana», podrías sugerir que una vez que el perro domine el sentarse, el dueño debería pedir al perro que se siente antes de las comidas y antes de que le pongan la correa para el paseo; que practique con el perro sentándose al lado del dueño más que enfrente de este; y que practique el sentarse, con el dueño también sentado. Algunos adiestradores dan una lista para ayudar a los dueños a llevar un control de sus progresos. Las hojas de tareas para casa también son el sitio apropiado para incluir cualquier material para la lectura que sea importante, pero que habría consumido tiempo de clase (y probablemente no se habría asimilado totalmente). El material de lectura puede incluir información sobre problemas de comportamiento, liderazgo, principios básicos de adiestramiento, temas de salud, etc.
19.5 Graduación
Es muy divertido tener una fiesta de graduación en la clase final. Al final, todos han estado adiestrando diligentemente durante los últimos meses. ¡Se lo merecen! El día de Graduación es el momento para señalar cuánto han avanzado los perros y los dueños y dejarles que lo muestren. Haz juegos (con premios simpáticos) que incorporen lo que se ha aprendido. Se deben entregar los certificados de graduación, junto con un pequeño regalo para cada equipo de alumno y perro. El ambiente debe ser de alegre celebración.
Hay un juego maravilloso llamado Mi perro puede hacer eso (mira en Recursos) que seguro que produce diversión y risas durante la graduación. El juego consiste en una caja con cartas, cada una de las cuales tiene una tarea para que el equipo de dueño y perro tenga que hacer para avanzar. Las cartas están separadas en tareas para principiantes o avanzados, así puedes usar las que sean apropiadas para tu grupo. Hemos pasado maravillosos ratos jugando a ese juego.
Resulta tan gratificante ver a los alumnos sacar una carta, decir «No, mi perro no puede hacer eso» y luego ver cómo el perro sí lo hace. ¡Los alumnos siempre encuentran que sus perros pueden hacer mucho más de lo que ellos creían!
Otros juegos divertidos para la graduación son las carreras de relevos y la Silla Musical (para la Silla Musical, juega como lo harías con personas, pero no dejes que los dueños se sienten hasta que se hayan sentado sus perros. Se pueden colocar mantas o hula-hops para que los perros se sienten en ellos). Los cuadernos de Terry Ryan (mira en Recursos/Libros diversos) incluyen otros buenos juegos que pueden hacerse en clase.
Los certificados de graduación pueden imprimirse en papel de certificado (disponible en cualquier tienda de material de oficina) utilizando el ordenador de casa. Las pegatinas de sello dorado añaden un toque agradable. Hay disponibles programas que incluyen plantillas de certificados, o puedes hacerte tu propia plantilla utilizando un procesador de texto. Los alumnos realmente disfrutan cuando se les conceden los certificados de graduación. He conocido a bastantes que lo han enmarcado y lo han colgado de la pared.
Es igualmente agradable hacer un regalo junto con el certificado. A mí me gustan mucho las Bark Bars, que son unas galletas con forma de gatos y carteros. Vienen en bonitas bolsas y son baratas, provocan risa y son sanas para los perros (recurre a Google para encontrarlas en la red). Muchos adiestradores se fabrican sus propias bolsas de regalo, que llevan golosinas para el perro, clickers, juguetes o cupones de descuento en productos o clases. ¡Sé creativo!
19.6 La despedida
En la última sesión asegúrate de mencionar cualquier clase venidera que esté programada, ya que muchos alumnos querrán entrar en el siguiente nivel. Si no ofreces clases del siguiente nivel ten preparada, si es posible, una recomendación para algún adiestrador de tu zona que sí las dé. Si das clases privadas a domicilio, es el momento de recordarle a los dueños que siempre pueden llamarte en busca de ayuda individual. Haz que todos tengan tu tarjeta de visita. Si tienes imanes de frigorífico personalizados u otros artículos promocionales, distribúyelos. De esa forma los alumnos tendrán a mano tu número y estarás en sus mentes para futuras referencias o adiestramiento.
¡La clase ha acabado!