1. ¿Por qué quieres adiestrar perros?
Me encantan los perros. Quizá a ti también y es por eso por lo que quieres ser adiestrador. De hecho es la razón por la que mucha gente empieza en este negocio. Otros se meten no sólo porque les gustan los perros, sino porque disfrutan trabajando con la gente. En esta profesión hay mucho de «adiestramiento de personas», ya sea para transmitir información, para acompañar, o para dar ánimo y apoyo. Algunos de los mejores adiestradores sobresalen en su trabajo tanto con los perros como con las personas y disfrutan con ello. Un tercer incentivo para hacerse adiestrador de perros es el deseo de ganar dinero. Examinemos cada una de estas motivaciones.
1.1 «¡Me encantan los perros!»
Si te gustan los perros, adiestrarlos puede realizarte en el ámbito emocional. Es maravilloso ver a un perro al que se mantenía fuera de casa, viviendo ahora dentro y siendo parte de la familia por la mejora de sus actitudes gracias a tus esfuerzos. No puedo ni siquiera describir el placer que da cuando un cliente te dice: «Estábamos a punto de dar a nuestro perro. Gracias por ayudarnos a quedarnos con él. Realmente lo queremos». ¿No es eso satisfacción en el trabajo? También es emocionante encontrar el origen del problema de comportamiento de un perro, diseñar un programa para solucionarlo y ver cómo va progresando. Resulta conmovedor observar a un perro otrora asustadizo de la gente aceptando tratar y jugar con extraños. Es increíble ver cómo un perro que era reacio al contacto con otros perros retoza y juguetea con ellos. Y presenciar la armonía que existe entre un perro y su familia, sabiendo que uno ha ayudado a crearla, no tiene precio.
A pesar de que el amor y la compasión por los cánidos ayuda a ser un gran adiestrador, puede también hacer el trabajo más difícil a veces. Es inevitable que visites casas donde al perro se le mantiene en condiciones mucho peores que las ideales o incluso se le maltrata. Si tratas con perros agresivos, habrá casos en los que el dueño, quizá por consejo tuyo, tome la decisión de aplicarle la eutanasia. ¿Te afectarían estos casos hasta el punto de perder el sueño, deprimirte o enfadarte?
Esas reacciones son desde luego comprensibles. Pero considéralo detenidamente y sé honesto contigo mismo. Ese mismo amor por los perros que te hace querer ser adiestrador, ¿causará demasiada tensión o sufrimiento a tu bienestar emocional?
La responsabilidad de prestar ayuda para tomar una decisión a vida o muerte es muy grande y seguro que habrá casos en los que, a pesar de tus esfuerzos, la situación no se pueda salvar. ¿Te culparás por ello si pasa, o sabrás que has hecho lo mejor que podías hacer bajo esas circunstancias?
Afortunadamente, la mayor parte del adiestramiento no implica decisiones tan drásticas como esta y puedes evitarlas si decides no tratar casos avanzados de problemas de comportamiento. Sin embargo, tu amor por los perros debe de permitirte evaluar objetivamente las situaciones y dar consejos constructivos en vez de soltar comentarios como «¡Claro que rompe cosas, está abandonado todo el día en el jardín y se aburre como una ostra!» (esa escena, por desgracia, no es para nada inusual).
Créeme, muchas veces uno querría decir esto último. Sin embargo, el consejo constructivo es esencial, aunque requiere mucho más autocontrol.
Merece la pena pensar de forma realista sobre si eres realmente capaz de controlar los aspectos emocionales de esta profesión, aunque en la mayor parte de los casos hay muchos más resultados positivos que negativos y la mayoría de ellos compensa emocionalmente.
1.2 «Soy una persona sociable»
Algunas personas empiezan en el adiestramiento de perros porque les gusta ayudar y trabajar con gente. ¿Eres una persona sociable? Considera esto detenidamente, puesto que al menos la mitad del adiestramiento de perros trata de educar a los dueños. Este es un trabajo de servicios al cliente, y te toparás con todo tipo de personas. Algunas serán absolutamente maravillosas, algunas ignorantes y unas pocas realmente desagradables. Sin duda vas a necesitar tanto habilidades sociales como capacidad para adiestrar perros para llegar a ser un adiestrador bueno y efectivo. El tener una base de psicología o trabajo social puede ayudar, pero no es imprescindible; lo que sí es esencial es tener empatía con las personas y tratarlas con amabilidad y paciencia. Los dueños de los perros no quieren oír que lo están haciendo lodo mal, independientemente de lo malos que sean haciéndolo. Debes desarrollar su talento para encontrar lo bueno y elogiarlo, igual que harías con los perros.
Cuando un cliente simplemente no capte lo que le intentas explicar y se equivoque una y otra vez con un ejercicio, ¿qué harás? ¿Lo tratarás como si fuese un problema de adiestramiento, dividiendo pacientemente la tarea en pasos más pequeños y manejables para ayudar a tu cliente a conseguirlo? ¿O te frustrarás y perderás la paciencia?
Te encontrarás en casas con niños gritando y fuera de control (mi reto personal más duro) y clientes que reciben llamadas de teléfono y permiten otras interrupciones durante sus clases. Algunas personas discutirán todo lo que les digas, mientras que otras discutirán con sus parejas o hijos delante de ti. Me he encontrado en situaciones donde habría jurado haber estado viendo ese viejo programa de televisión «Peleas de familia». Casi no podía aguantar las ganas de gritar «¡Buena respuesta, muy buena!». Respira hondo y pregúntate si esas situaciones son algo que realmente puedes o quieres manejar.
Ten en cuenta que te estoy planteando las situaciones menos atractivas, para que puedas tomar todo en consideración. La verdad es que la mayoría de las personas con las que trabajarás serán amables y desearán sinceramente lo mejor para sus perros. Después de todo, por eso llamaron a un adiestrador. La mayoría estará deseando escucharte y valorarán tu ayuda. La mayoría te dirá lo mucho que les has ayudado con tus consejos de adiestramiento.
Tampoco le dolerá a tu ego cuando, tras conseguir que un perro se comporte bien, un cliente asombrado te pida que te vayas a vivir con ellos (¡no viene mal un poco de refuerzo positivo para el adiestrador!). He tenido muchos clientes maravillosos a lo largo de los años a los que no habría podido conocer de otra forma. Con algunos hemos llegado a ser amigos y he mantenido contacto con otros, simplemente porque ellos y sus perros eran encantadores. Si disfrutas tratando a la gente y eres capaz de ser un profesor paciente, esta puede ser tu profesión.
1.3 ¡Pasen por caja!
Ahora llegamos a la parte de la que quizá no estés seguro, la económica. ¿Realmente se puede vivir de ser adiestrador de perros? La respuesta es que sí. ¿Amasarás una fortuna? Probablemente no, especialmente al principio. Como otros negocios, puede ser duro cuando uno está empezando. A la mayoría de los negocios les lleva una media de un año para que se extienda el boca a boca. El adiestramiento de perros no es una excepción. También es normal que un pequeño negocio tarde aproximadamente tres años en dar ganancias. Adiestrando perros, salvo que incurras en gastos para construir instalaciones, puedes empezar a tener ganancias casi inmediatamente, pero aún así te llevará tiempo levantar tu negocio. Tendrás gastos iniciales como seguros de responsabilidad, equipo de adiestramiento y publicidad; pero si te promocionas bien, haces un buen trabajo y a la gente le gusta, vas por buen camino.
Una forma segura de pasarse al adiestramiento es trabajar a tiempo completo o parcial en otra actividad mientras se adiestra. A medida que tu negocio crezca, puedes ir cambiando gradualmente hasta adiestrar a tiempo completo. Algunas personas se deciden por adiestrar a tiempo parcial de forma permanente. Esa es una de las ventajas de esta profesión: cada uno hace su propia programación.
El tipo de adiestramiento que elijas determinará enormemente tus ingresos. A las clases en grupo se les ha llamado «el pan y la mantequilla» del negocio. Es cierto que las clases en grupo proporcionan unos ingresos más estables que el «visto y no visto» de las sesiones privadas individuales. Habitualmente los clientes se inscriben por adelantado para una media de ocho clases de grupo, lo que garantiza unos ingresos semanales durante ese periodo. Algunos adiestradores sólo hacen clases de grupo, les encanta lo que hacen y ganan lo suficiente para vivir bien. En el próximo capítulo discutiremos los diferentes tipos de clases en grupo que se pueden ofrecer.
Algunos adiestradores ganan cantidades considerables adiestrando a domicilio de forma privada. Los adiestradores privados enseñan habilidades de obediencia y también tratan los problemas habituales de comportamiento como el abalanzarse sobre las visitas, destrozos en el hogar o morder indebidamente. Una vez que te conozcan por el boca a boca y tu negocio se estabilice, podrás acabar teniendo desde cinco hasta veinte visitas a domicilio semanales. Lo malo de las visitas a domicilio son las cancelaciones y la potencial falta de citas durante la temporada baja como las vacaciones.
Una opción que puede que no hayas considerado es la «residencia y adiestramiento». Significa que adiestras al perro de tu cliente en tu propia casa o recinto canino (o un hotel canino con quien tengas un acuerdo) durante un periodo de tiempo acordado. La residencia y adiestramiento puede ser bastante lucrativo y lo proporciona un tiempo muy valioso a solas con el perro.
Algunos adiestradores ofrecen residencia y adiestramiento y también sólo residencia. Si dispones de las instalaciones y las licencias apropiadas, cualquiera de las dos es una forma excelente de mejorar tus ingresos por adiestramiento.
Independientemente del tipo o tipos de adiestramiento que hagas, habrá siempre altos y bajos a lo largo del año. Mucha gente se va de vacaciones en verano, cuando los niños no tienen clases; puede que el negocio decaiga durante esa época. El negocio puede ser esporádico durante las vacaciones y justo después, pero puede haber un pico de actividad a los dos meses, cuando todos esos simpáticos cachorritos, regalo de vacaciones, empiecen a mostrar los típicos problemas de comportamiento.
El clima puede parecer una cosa extraña a tener en cuenta, pero dependiendo de donde vivas y qué tipo de adiestramiento hagas, el tiempo puede afectar a tu negocio. Yo vivo en el sur de California. Gracias a su clima suave, las clases se pueden hacer fuera casi todo el año. En Nueva York, donde nací, no hay mucha gente que quiera adiestrar bajo la lluvia o la nieve, así que mediados del invierno es temporada baja para las clases en grupo, salvo que se den en el interior.
Considera el clima del lugar donde vives. ¿Pondrá un freno a tus ingresos? Si el disponer de ingresos estables a lo largo del año es crucial, considera mantener un trabajo a tiempo parcial incluso después de haberse establecido el negocio, o acepta otros trabajos temporales durante los periodos de poco trabajo. De esa forma, cuando baje la demanda tendrás con qué pagar las facturas.
A continuación presentamos los diversos tipos de adiestramiento que podrías escoger.