Mis pasos para recuperarme.
ÉSTE es el orden que yo seguí,
tal y como me fue llegando la información al buscar soluciones en
Internet y al aplicar lo que creía que necesitaba en cada momento,
lo más fácil o lo que mi intuición me dijo. Tus pasos pueden ser
parecidos y puede haber mucho más que te funcione y en lo que yo ni
haya caído. Busca tu camino, tus soluciones. Lánzate,
adelante.
—Cambié mi dieta
de manera radical. Pasó a ser prácticamente vegetariana,
con cereales integrales (intento evitar el trigo y el maíz),
frutas, legumbres, frutos secos y germinados, con algo de pescado
pequeño. Eliminé por completo los lácteos, la carne roja, los
productos empaquetados o pre—cocinados, los snacks, los productos
que contienen E's, colorantes y conservantes. Empecé a comprar
agricultura ecológica y productos de proximidad.
—Suplementé mi
dieta con un complemento de vitamina D3 (5000 UI en
primavera y verano y 10000 UI en otoño e invierno). También con un
complemento de vitaminas del grupo B y 40 ml diarios de aceite de
lino.
—Comencé a conocer y usar las plantas medicinales. Infusiones de Ginkgo
Biloba (aunque en determinadas personas puede causar nerviosismo),
Passiflora, Maca, Fo—ti, Té de Kombucha, etc.
—Tomé un poco el sol cada día, cuando hay, unos 20 minutos
aproximadamente. Algo que no hacía desde hacía mucho y que, para
empezar, te pone de mejor humor.
—Retomé la meditación a diario, 15 minutos por la mañana
y 15 por la noche. A veces es difícil ser constante, porque piensas
que estás perdiendo el tiempo, o tienes cosas que hacer, o te pasan
mil pensamientos por la mente y no te puedes relajar. Pero vale la
pena, mucho. Más tranquilidad, más enfoque.
—Reduje el estrés
y la rabia con deporte, saliendo con los amigos y
tomándome a mí mismo y a mis problemas no tan en serio. No todo
depende de mí, no soy el ombligo del mundo, así que mejor soltar un
poco. Ver comedias, series o películas también me ayudó muchísimo
en los primeros momentos.
—Escuché
por fin, seguí mi intuición,
abracé mi vida y mis sueños. Me lancé, y lo hago cada día, a vivir
mi vida.
—Retiré los
empastes de amalgama que tenía y los sustituí por los
usados en la actualidad. Me noté más centrado y más ligero en
apenas unas semanas.
—Retomé las enseñanzas de la Kabbalah y de otras
antiguas enseñanzas, lo que hacía mucho tiempo que sabía, que todas
las acciones tienen consecuencias, positivas o negativas, que
debemos tomar responsabilidad de nuestras vidas y ser co—creadores
de ella.
—Por último, aunque creo que debería ser
casi lo primero, recurrí a la Quiropráctica. Corregir la columna vertebral,
muy dañada por tantos golpes vitales, mejora de manera radical el
sistema nervioso. Creo que todos deberíamos tratarnos con
ella.
Seguro que hay mucho más que se puede hacer
hacer y para cada uno será algo distinto. Es un work—in—progress. Descubre el tuyo. ¡Ánimo, Luz,
Fuerza!