Al final del gobierno de Augusto, Dalmacia comprendía la Costa adriática, la moderna Bosnia-Herzegovina y Montenegro, el sur de Croacia y la franja oeste de Serbia. También se extendía de las islas del Quarnerno a las de la costa dálmata.
La conquista de Dalmacia fue obra de Augusto. Comenzó en el año 35 a.C. y terminó en el año 9. Entre los años 35-33 a.C., el ejército romano luchó contra los dálmatas, los pannonios y los iapodes. Entre los años 13-9 a.C. estalló la guerra pannonia y entre los años 6 y 9, la gran rebelión. El resultado fue que Roma controló la ruta estratégica que unía el norte de Italia con los centros más importantes del Danubio Medio y Bajo, con Asia Menor y con las fronteras del Este. La ruta pasaba por Siscia, Sirmium (Mitrovica) y Serdica (Soglia). Era el puente entre los territorios del este y del oeste del Mundo romano. El resultado más inmediato de las campañas fue la incorporación a Roma de una extensa área que llegaba al Danubio y estaba gobernada por legados consulares nombrados por el gobernador, que mandaba un ejército formado por más de siete legiones. Se formaron las tres grandes provincias danubianas de Mesia, entre Tracia y el Bajo Danubio, el Bajo Ilirico, entre el Save y el Danubio Medio, y el Ilirico Superior, entre Save y el Adriático. Mesia hizo su aparición poco antes del año 6 a.C., y las otras dos provincias de Dalmacia y Pannonia después del año 9. La actuación de Adriano en Dalmacia fue intensa.
El ejército
En los años que van desde la subida de Adriano al Imperio, 117, al estallido de la guerra marcomana, 167, hay pocos movimientos de tropas en Europa. Las legiones permanecieron en sus cuarteles. Se dedÍcaron a la administración y a las construcciones en las fronteras. Se asentaron en las cercanías de las poblaciones ya civilizadas. Las tropas auxiliares fueron establecidas a lo largo de las fronteras, en los intervalos entre los fortines militares, a lo largo de la frontera con Pannonia.
En la reorganización de las legiones efectuada por Vespasiano después de la guerra civil, en Dalmacia sólo quedó una legión, la IIII Flavia, que sustituyó a la Legión XI C.P.F. en Burnum. En torno al año 86, la Legión IIII Flavia Felix dejó Dalmacia para ir a Mesia, y desde este momento, Dalmacia dejó de tener legiones en su territorio, salvo una o más legiones, ocasionalmente, durante la guerra marcomana.
Ciudadanos del círculo de Adriano
Se conocen los nombres de algunos ciudadanos muy vinculados con Adriano, como Cn. Pedanio Fusco, que fue cónsul en el año 118. Adriano llegó a pensar en él como sucesor suyo. Se casó con una sobrina de Adriano, Julia, hija de Domitia Paulina y de Iulio Urso Serviano, que desempeñó el consulado por tercera vez en el año 134. Cn. Minucio Faustino alcanzó cargos importantes al servicio del emperador. Era militar. Dión Cassio le considera el mejor general de Adriano. Comenzó su carrera militar en tiempos de Trajano, como tribuno en la Legión XIV Germina Martia Victrix, en Pannonia. A continuación, fue cuestor o ayudante del procónsul de Macedonia. Fue también candidato de Adriano a tribuno de la plebe. Fue, igualmente, legado de la Legión XIV en Carnutum y gobernador de la recién creada provincia de Dacia, cargo importante que desempeñó entre los años 120 y 126. Sucedió al dálmata Q. Marcio Turbón. Después de desempeñar la magistratura del consulado, obtuvo el mando supremo de Mesia Inferior (123-131) y de Britannia (130/131-133). Alcanzó un gran triunfo en la revuelta judía. Por su brillante actuación en esta guerra, logró las insignias del triunfo. Después fue gobernador de Siria. Probablemente, se retiró a su casa de Dalmacia.
Gobierno
No se conocen los nombres de los gobernadores de Dalmacia en la época de Adriano. Uno podría ser un senador citado en una inscripción del anfiteatro de Salona. Era contemporáneo de P. Coelio BaIbino VibulIio Pío, cónsul en el año 137. Unas lápidas funerarias recogen los nombres de esclavos y de libertos suyos en Salona.
Dalmacia fue gobernada por un senador, que actuaba como legado del emperador y que recibió el título de legado de Augusto propretor de la provincia Dalmacia. Tuvo poder sobre toda la administración civil y militar en la provincia. No se podía apelar contra sus decisiones, salvo en el caso de los ciudadanos romanos condenados a muerte. No se conocen datos en Dalmacia de quejas contra malos administradores, como sucedió en la Bética a comienzos del gobierno de Trujano, cuando Baebius Massa, en el año 93; Marius Priscus, en el 99-100 y Caecilius Classicus, en 101, fueron procesados.
Dalmacia fue siempre una provincia consular. La situación de la provincia exigió senadores consulares de gran experiencia. No se conoce el nombre de ningún gobernador durante los años del gobierno de Adriano. Uno de ellos podría ser el citado senador, relacionado con las altas esferas sociales, cuya inscripción se ha recogido entre las ruinas de Salona.
Durante la época del gobierno de Adriano y durante todo el siglo II, Dalmacia no necesitó gobernadores con experiencia militar, excepto durante la guerra marcomana. La mayoría pertenecía a familias de Roma y de Italia.
Colonias y municipios
En Dalmacia, antes de la conquista romana, no existieron centros urbanos, salvo Libuenia. Delminium pudo alcanzar un embrión de vida ciudadana. Con la conquista, la población se organizó en ciudades divididas en decurias, que corresponderían a los antiguos grupos de reyezuelos mencionados por Apiano, que Roma utilizó para la administración local.
Durante el gobierno de Adriano se crearon varias colonias y municipios. La mayoría de las concesiones del estatuto municipal datan de los tiempos de los emperadores Trajano y Adriano. En Dalmacia no se detecta una diferencia real entre colonias y municipios. Las primeras eran asentamientos de romanos que seguían el modelo de Roma. En Dalmacia, sólo Aequicum recibió veteranos procedentes de las legiones. A los restantes asentamientos llegaron gentes procedentes de todas las regiones de Italia.
Los municipios, en origen, eran asentamientos indígenas, que aceptaban ciudadanos romanos y el estatuto de municipio, aunque, al parecer, podían retener sus propias leyes y la organización interna. Bumum recibió el estatuto de municipio probablemente en los primeros años del gobierno del emperador. Había recibido emigrantes de Italia. Los alrededores estaban ocupados por los prados de la legión. Tenían un destacamento de la legión y eran gobernados y administrados por el procurador de la provincia.
En Dalmacia, la actividad de las legiones era múltiple. Se dedicaban a la construcción de calzadas y al asentamiento de los límites disputados por las comunidades provinciales. Los legionarios controlaban el valle del Save y la costa adriática, además de vigilar la frontera. Buraum1 en Liburnia, el antiguo campamento legionario, fue municipio a comienzos del gobierno de Adriano. El municipio atrajo a muchos comerciantes, esclavos y libertos, que comerciaban con los legionarios. Entre los emigrantes había una minoría de familias indígenas. Se conservan la dedicatoria del concilio celebrado en el año 118 y una lápida funeraria de un decurión del municipio. El gobernador controlaba cierto territorio de las cercanías de Burnum. Posiblemente, bajo Adriano, se reorganizó Sipovo. La mayoría de las familias indígenas de la localidad tomaron el nombre de Aelio. La región tenía minas, a las que se debió la prosperidad de la ciudad, desde las que se suministraban las minas a juzgar por algunas esculturas. En el norte de Dalmacia, en la época de Adriano, son municipios: Salvium, Pelva y, probablemente, Delminium. Se estableció en la región de Maezaei una ciudad en Sipovo, en el valle del Pliva.
Como indica J. J. Wilkes, Dalmacia fue una provincia bien organizada, con más de sesenta ciudades. Algunas zonas parece que permanecieron siempre bajo el control militar, como en el norte de la región de los Daesitiates alrededor de Doboj, los Delmates en torno a Andetrium, Tilurium y Bigistae, o bajo la administración del procurador, como en el caso de las minas en el valle Sana.
En algunas áreas, como en el interior sudeste entre Plevlje y Doclea, no se detectaron huellas de organización ciudadana. Las ciudades de la provincia adoptaron los títulos y la organización común de la mayoría de las ciudades de la zona del oeste latinizado. La lengua latina se impuso en la provincia, salvo en Issa y en la minoría griega de ciudades asentadas en la costa. Todavía en el sigloII, al igual que en Hispania, se hablaban las lenguas indígenas.
Las ciudades se relacionaban con el gobernador provincial como entidades autónomas. Pagaban las tasas, construían calzadas, hacían vida oficial, practicaban el culto imperial y enviaban embajadas al emperador. La conquista romana significó la plena incorporación de Dalmacia a la cultura romana, con el consiguiente desarrollo del urbanismo, de las vías de comunicación y la propagación de la administración, de la religión y de la lengua de Roma.
En la época de Adriano empezaron a aparecer ciudadanos entre la población nativa de Delminium. En Bumum están documentados los aelios, numerosos en Pelva, en Delminium, en Salvium; las tres, fundaciones adrianeas. En Delminium han aparecido fragmentos de una dedicatoria oficial que se podrían fechar en tiempos de Adriano o de Antonino Pío. Los aelios de la época de Adriano llevan el prenomen de Publio. P. Aelio Rastoriano, a finales del siglo II,era un descendiente de un personaje que obtuvo la ciudadanía romana por concesión de Adriano. Perteneció al orden ecuestre. Fue decurión y duoviro en Salona, quinquennalis en Bistue Vetus y Bistue Nova, adiutor de Narona, cuestor de Arupiura, de Splonum y de Azina. Dalmacia dio, durante el gobierno de Adriano, un importante prefecto del pretorio en la persona de Q. Marcio Turbón. Ya se ha mencionado al mejor general de Adriano, el dálmata Cn. Minucio Faustino Sex. Iulio Severo. Q. Marcio procedía de Epidauro. Se hizo amigo de Adriano cuando era tribuno de la Legión II Adiutrix. Turbón era un joven centurión de buena familia. Fue gobernador de Mauritania. Adriano le encargó el gobierno de las dos provincias danubianas: Pannonia Inferior y Dacia. Recibió el mismo estatus para desempeñar este cometido que el prefecto de Egipto. Después fue llamado a Roma como prefecto del pretorio. A su muerte se le levantó una estatua en Roma, lo que indica que era muy popular, caso único de distinción entre los caballeros en este tiempo.
Comercio
Con la incorporación de Dalmacia al Imperio romano se desarrollaron mucho los viajes, el comercio y se mejoró la economía. Ello se debió, en gran medida, a la construcción de las calzadas por el ejército, incluso en el interior del país.
Muchos desplazamientos se hacían, siempre, por agua, por los ríos y por la costa. La costa dálmata tuvo muchos puertos, que mantenían contactos con el Mediterráneo y con Italia. Los hallazgos arqueológicos permiten reconstruir este comercio entre las ciudades dálmatas asentadas en la costa y los principales puertos de la costa itálica, como Ancona, Pola, Altinum, Aquileya y Aternum, y con la misma Roma a través de su puerto, que era Ostia. El volumen del comercio en el interior de Dalmacia fue pequeño. Se conocen los nombres de algunos comerciantes que negociaban con el interior, recogidos en las estelas funerarias, pero los hallazgos arqueológicos son pocos. A partir del primer siglo a.C., los contactos comerciales de las ciudades dálmatas estaban bien desarrollados. Se importaban de Italia bienes manufacturados a Dalmacia. Se exportaban minerales, alimentos y vestidos en pequeñas cantidades. Este comercio se encontraba en manos de los navicularios, que negociaban con los principales puertos. Las principales fuentes naturales de riqueza de la costa eran vino y aceite, que se exportaban a Italia. Un mercader de vino comerciaba en el territorio de Salona y otro de aceite en Iater. Las ánforas halladas en la costa prueban este intenso comercio de mediados del siglo I, principalmente con Narbona, donde se han hallado importantes hallazgos de ánforas. Los rauni kotari de Libumia exportaban, probablemente, fruta. Una gran riqueza de Dalmacia fue la madera. La principal región productora fue Likapolje. Otro producto que se exportaba desde mediados del siglo I fueron toneles de piedra de Corcira. Se usó en la primera construcción militar de Gradac, en las proximidades de Posusje.
Las fuentes naturales de riquezas, salvo las mencionadas, fueron escasas, si se las compara con las de otras provincias. Estos productos eran la hierba medicinal llamada gentiana, que crecía salvaje en el sureste del país, y el múrex, del que se obtenía la púrpura para el paludamento de los emperadores, pero la exportación de estos productos tuvo poco impacto en la economía. Más importancia alcanzaron los productos alimenticios. Los pueblos dálmatas pagaban los tributos en ganado. La cría de ganado vacuno estuvo muy extendida, como lo prueban los huesos hallados en los asentamientos romanos. Existió una trashumancia de ganado entre Narenta, en el sur, y Konjic. Los hallazgos de monedas prueban esta trashumancia. Los rebaños eran de cabras, de ovejas y de ganado en general. Se exportaban, principalmente, cueros, mientras que la came se consumía en los mercados. El norte de Dalmacia producía minerales: plata, hierro, cobre, plomo y oro, que repercutieron poco en el comercio. Los gobernadores explotaban las minas, lo que motivó la aparición de asentamientos mineros. La producción de oro debió de ser muy baja, pues el oro de las joyas halladas en las tumbas procede de fuera de Dalmacia. La producción de vino en el interior era escasa. La población bebía el sabaium, obtenido del grano. EI interior de Dalmacia, en el siglo II y en el siguiente, alcanzó prosperidad, pero mantuvo pocos contactos con el exterior. El comercio de la costa se vinculó con Italia, pero disminuyó. La mayoría de los asentamientos producía lo que necesitaba. Las importaciones de terra sigillata llegadas de Galia y de Italia en el siglo II fueron sustituidas por la producción local. Muchas de ellas eran imitaciones de las antiguas cerámicas importadas. En el interior de Dalmacia, los productos del Egeo aparecieron en grandes cantidades en los cementerios del interior del país, Donja Dolina, Glasinac, Sanskimost y Gorica. Estas importaciones son artículos de lujo, como joyas, yelmos y espadas. En las poblaciones asentadas en la costa, este comercio era más intenso. Algunos productos, como las ánforas, la cerámica y los ladrillos, eran estampillados y llevaban los nombres de las factorías. Solían ser propiedad de ciudadanos romanos. Otras veces, los nombres eran de libertos, que estaban al frente de las factorías de sus patronos. La mayoría de las estampillas procede de Salona. Se desconoce la organización de este comercio.
Las factorías, que producían los productos para la venta y la exportación, estaban asentados en la costa oeste de Italia, principalmente en Emilia, Istria y Piceno. Los campesinos eran los propietarios de pequeñas factorías. Se han hallado en Brundisium, desde donde se exportaban a Dalmacia. La importación de cerámica y material de construcción de Italia a Dalmacia estuvo vinculada con el asentamiento de itálicos en Ia costa dálmata. Decayó en los siglos II y III. Estas importaciones están bien documentadas en el cementerio de Argyrumtum, en Libumia, que se encontraba junto a la calzada. Este cementerio estuvo vinculado a asentamientos de itálicos en la costa dálmata. Este cementerio se utilizó en tiempos de Adriano, y su momento cumbre es el final del siglo II y los comienzos del siglo III. A este período pertenecen las tumbas más ricas, que tienen lámparas, anillos y vasos de cristal. Las tumbas de los varones contenían armas, raspadores y anzuelos, y las de las mujeres, artículos de aseo y joyería. Algunas cerámicas son de fabricación local. El ámbar procedía de las fábricas de Aquileya, que lo importaba del Báltico, y los recipientes de bronce, posiblemente de las fundiciones de Capua. Una tumba perteneció al propietario M. C. Severo, de la época de Adriano, que se enterró con parte del equipo militar. Cementerios como el de Argyruntum serían los de la costa.
Unas pequeñas estatuillas importadas representan a Diana y a Mercurio. Se han hallado en la costa y en diferentes áreas.
Desde el punto de vista del comercio, existían diferencias grandes entre las diversas regiones de Dalmacia. En las ciudades de la costa, salvo en Libumia, el comercio fue siempre próspero. Llegaban productos itálicos que se intercambiaban con los de las ciudades, y de aquí se exportaban al interior. En principio, el comercio se encontraba en manos de itálicos cuyos representantes eran libertos. La base de la economía de Libumia era la agricultura, y menos importante, el comercio, salvo en Iader. La industria cubría las necesidades locales. Hombres libres trabajaban la tierra. Liburnia fue considerada como parte de Italia. La llegada de itálicos había cesado en la época de Adriano, e incluso mucho antes. Liburnia mantuvo su carácter nativo, como se desprende de la organización social y de las estelas funerarias. Poco a poco perdió este carácter. Pocas áreas de la zona montañosa fueron romanizadas. El ejército fue un factor grande de romanización y de construcción de calzadas. Mantuvo poco contacto con los núcleos de población. El desarrollo del urbanismo fue pobre comparado con el de otras regiones.
Bajo el poder de Roma se introdujeron importantes cambios en la agricultura y en la economía ganadera. Las comunicaciones del interior eran deficientes. El artesanado fue más bien local y cubría las necesidades. Algunos productos naturales, como madera y lana, pronto se exportaron hacia el sur. Algunas zonas del interior se mantuvieron ajenas a los influjos del exterior, principalmente por las dificultades del comercio. En el territorio de Iapodiano y en las montañas entre el valle de Drina y el Adriático, y al sureste, se hablaban lenguas indígenas y se tenían pocos contactos con el exterior. La política de Adriano no cambió la situación de esta región. Poco a poco las ciudades de la costa decayeron. Las clases dominantes perdieron su carácter itálico, y muchos bienes importados desaparecieron en tiempos de Adriano. Cesaron poco a poco las importaciones y crecieron los productos locales, fenómeno reflejado en los colegios de Salona. Quizá no fuera un proceso de declive en un área, compensado por la prosperidad de otras. En el siglo III, Dalmacia era menos próspera, pero debió de serlo durante el gobierno de Adriano y en años sucesivos.