Capítulo V

Adriano y el ejército

Al describir los viajes de Adriano por las provincias, se ha tratado de la severa disciplina militar que impuso en los campamentos que visitó, y al referirse a Britannia, a la creación de la muralla, que fue una gran aportación del emperador a la defensa del Imperio, de gran novedad e importancia. Una empalizada defensiva se construyó en las fronteras de Germania Superior y Retia, y desde el Rin al Danubio. El biógrafo de la Historia Augusta puntualiza que este sistema defensivo se generalizó por Adriano en las fronteras, donde los límites del Imperio y del mundo bárbaro no eran naturales ni estaban delimitados por ríos. Adriano era pacífico, pero mantuvo el ejército bien disciplinado para la guerra. El ejército lo redujo a veintiocho legiones, al suprimir la Legión IX Hispana en Britannia y la Legión XII Deiotariana en Egipto. No aumentó el número de soldados, pero mejoró la calidad y el rendimiento del ejército. Adriano debió de ocuparse de este punto fundamental para la defensa del Imperio en su Autobiografía, Su biógrafo de la Historia Augusta y Dión Cassio dejaron bien claro que uno de los motivos de sus viajes por las provincias fronterizas era el conocer directamente las condiciones reales de su defensa y el estado de la disciplina militar, implantado en los campamentos. Visitó detenidamente los ejércitos de Britannia, del Rin, del Danubio, de África, de Oriente y de Siria. Tomó medidas recogidas por Juvenal, por el Digesto y por Justiniano muchos siglos después. Adriano fue el fundador de la nueva organización militar, que llegó hasta Constantino, quien introdujo alguna modificación. Estabilizó el sistema de reclutamiento de los soldados en la región, sistema ya utilizado en las provincias que contaban con ejército, desde hacía casi un siglo. Este sistema era menos costoso y servía para romanizar a muchos campesinos. Este procedimiento de reclutar a los soldados en las regiones podía llegar a ser peligroso, pero no mucho, pues junto a los soldados procedentes de la región, se unían otros llegados de otras provincias, que no contaban con el ejército. Adriano creó nuevas unidades tácticas y renovó los tipos de armamento, con la finalidad de disponer de tropas de gran maniobra. Abandonó las cohortes y volvió a la falange en las legiones. Las alas y las cohortes se protegían acompañándolas con unidades menores de unos ciento cincuenta infantes o jinetes llamados numeri, Adriano creó la caballería catafracta, imitando la de los partos. Estas reformas y sus resultados son mencionados en la obra de Arriano, fechada en el año 136. En las visitas de Adriano al ejército, acompañaron al emperador el senador Iulio Severo y el caballero Turbón. Roma no contaba desde tiempos de César con una organización tan perfecta.

Se conserva un documento excepcional sobre la concepción del ejército de Adriano en los discursos del emperador al ejército de África, conocido por las inscripciones, bien estudiadas por Y. Le Bohec y por otros investigadores. Adriano realizó múltiples alocuciones a diferentes unidades, en fechas diversas. Las dos más significativas se celebraron en Lambaesis y en Zraia. Se conoce el contenido de estos discursos por las inscripciones. En opinión de Y. Le Bohec, Adriano fue a África en el año 128 para asistir a un ejercicio militar y para comentar las maniobras. El asunto concernía a la política imperial en su conjunto.

Las relaciones establecidas entre Adriano y su ejército constituyen un problema delicado, que frecuentemente se ha relacionado con los viajes del emperador. En el año 122 o 123 pasó por Mauritania Tingitana. En 128-133 o 134 visitó Oriente. El desplazamiento del año 128 a África es mal conocido debido a la concisión del biógrafo de la Historia Augusta. La epigrafía no confirma que Cartago recibiese el nombre de Hadrianópolis. En cambio, confirma que se detuvo en importantes ciudades, como Cartago, Zama y Utica, pero su propósito era visitar la región de la frontera. Su llegada coincidió con una gran tormenta. No había llovido desde hacía cinco años, y el comandante del ejército, Q. Fabio Catillino, legado de Augusto propretor de la Legión III Augusta, y los habitantes de la región lo atribuyeron a un milagro. Y. Le Bohec ha recogido las diferentes explicaciones de estos viajes, que son cuatro. La tesis política propone que el viaje obedecía a razones de gobierno. Se trataba de encontrarse fuera de Roma, lejos de las presiones del Senado, de la plebe y de los pretorianos. La tesis militar se apoya en el hecho de que Adriano, con una buena experiencia militar, inspeccionaba los ejércitos vigilando el buen estado del ejército. Esta tesis es la seguida por Dión Cassio. La tesis económica se fija en que Adriano había barruntado los primeros síntomas de una grave crisis económica que se aproximaba. Quería inventariar las riquezas del Imperio y había planeado dar soluciones a cada caso. La leyenda con la palabra restaurador, frecuente en muchas acuñaciones que corresponden a las visitas del emperador, parece apoyar esta interpretación. Fundamentalmente, se ha propuesto la tesis estética. Adriano era un gran intelectual, que quería visitar monumentos y conocerlos directamente. Como señala Y. Le Bohec, la inscripción de Lambaesis prueba que era un excelente retórico.

La tesis económica no es defendible. No parece que hubiera crisis económica en tiempos de Adriano. En Hispania, la situación era próspera. Las tesis políticas y estéticas son sólidas y no incompatibles entre sí, ni con la tesis militar.

Y. Le Bohec se detiene en señalar la sólida formación militar de Adriano, que le convierte en un experto en la materia. Una inscripción de Grecia menciona los cargos de una carrera excepcional. Tres veces fue tribuno. Comenzó su carrera militar en la Legión II Adiutrix en Pannonia. Pasó a la V Macedónica en Mesia. Después marchó a la XXII Primigenia, donde encontró a Trajano en Germania. Intervino en las guerras dácicas y partas. En Dacia, entre los años 101 y 102, perteneció a la camarilla de Trajano y alcanzó dos series de condecoraciones militares. En la segunda guerra de Dacia mandó la Legión I Minerva. En 107-108 fue legado en Pannonia Inferior, y rechazó a los sármatas iaziges. En la guerra contra los partos, como legado y comes, perteneció al estado mayor de Trajano. En el año 117, Adriano fue legado de Siria. Adriano era pacífico, pero su formación militar fue excelente. Se le han achacado dos grandes errores: que a la muerte de Trajano abandonó inmediatamente tres provincias bien dominadas por Roma: Armenia, Mesopotamia y Asiría, y el asesinato en el año 118 de los cuatro consejeros de Trajano, Cornelio Palma, Publio Celso, Avidio Nigrino y Lusio Quieto, partidarios de seguir con las conquistas, puede relacionarse con el abandono de estas conquistas orientales.

Adriano, al comienzo de su reinado, se encontró con varias guerras. Los judíos estaban revueltos en Cirene y en Chipre y, quizá, también en Judea. Los sármatas roxolanos atacaron Dacia. En Mauritania Tingitana estallaron revueltas, cuya naturaleza se desconoce. Marcio Turbón fue enviado a ella para solucionar la situación. En 119, los brigantes se revolucionaron. La Legión IX Hispana desapareció en la lucha. En 123 se vio obligado a partir hacia Siria, al conocerse la noticia de que el rey parto Cosroes se preparaba para la guerra. El encuentro de ambos gobernantes se celebró en Melitene. Se llegó a una solución diplomática. Adriano estableció alianzas y pactos de clientela con los reyezuelos del Cáucaso y del Bósforo, La peor revuelta fue la que estalló en Judea en al año 132. La causa no fue la apuntada por la Historia Augusta, la prohibición de la circuncisión, sino la que ofrecen todas las fuentes rabínicas: los judíos no podían aceptar la construcción de un templo dedicado a Júpiter Capitolino en Jerusalén.

Adriano envió al general Arriano a rechazar a los alanos, pueblo que procedía del Cáucaso y del mar Negro.

Adriano se vio obligado a participar en guerras duras. Fue pacífico y renunció a la política de agresión, preferida por Trajano. Valoró más la diplomacia. Evitó la guerra, pero no la rechazó si llegaba el caso. Sus medidas tuvieron como finalidad reforzar las defensas del Imperio. Las medidas más espectaculares las tomó Adriano en el campo de la estrategia. Procuró establecer, en la medida de lo posible, una defensa estática. Las fortificaciones jalonaron las fronteras de Britannia, de Germania, de Dacia, de Asia Menor y de Mauritania Caesariensis.

En Capadocia, la defensa de la frontera constaba de los tres elementos tradicionales del sistema militar: una calzada desde Trebizonda a Samosata; el río Eufrates y guarniciones y fortines con tres acuartelamientos; Salata para la Legión XV Apolinaris; Melitene para la XII Fulminata, y Samosata para la XVI Flavia. La flota disponía de la base naval de Trebizonda. En África, un largo muro llamado Seguia Bent el-Krass, se levantó al sur de Aurés. Se componía, de sur a norte, de un glacis, de un foso, de estacas y de un muro, frecuentemente de piedra, con dos carreteras, recintos y torres. Se fecha en la primera mitad del siglo II.De época adrianea es la construcción del fuerte de El-Kasbat, que es, junto con el de Henchir Besseriani, el primer fuerte instalado al suroeste de Aurés.

Adriano prestó atención con especial interés a la provincia de África, como lo confirma la Historia Augusta. Como señala Y. Le Bohec, este interés comprendió cuatro aspectos. La explotación de la agricultura, como lo prueba la inscripción de Henchir Mettich y la Lex Hadriana de rudibus agris, favoreció a muchas ciudades de África Proconsular como Utica, Bulla Regia, Thuburbo, Bisica, Uthina, Abthugni, Lares, Althiburos, Turris Tamalleni, Thaenae y Ulusippa. Finalmente, en época de Adriano, se construyeron calzadas que favorecieron los desplazamientos de las poblaciones y el transporte, como las de Djemila-Sétif, Constantina-Skikda y Cartago-Tebessa. Durante el gobierno de Adriano se colocaron mojones que fijaron los límites entre ciudades, como entre Constantina y Sigus, o entre los pueblos africanos, los suppenses y los vofricenses.

Las innovaciones introducidas en la táctica militar por Adriano son objeto de discusión. Arriano, amigo del emperador y legado en Capadocia, escritor y general que luchó contra los alanos en el año 128, escribió varios libros de temas militares, de los cuales el principal es la Tácticay donde se leen numerosas indicaciones sobre el combate de la caballería. Se discute si es un informe oficial o un simple texto solicitado por Adriano, o bien una reedición de un manual de los anticuarios, cuya finalidad era responder a la curiosidad del emperador. Adriano colocó en el combate la infantería dividida en falanges. Los soldados combatían codo con codo, formaban un muro con sus cuerpos y armas. Los hombres se distribuían según el terreno y los enemigos. Adriano fue partidario de utilizar más la caballería, pero esta teoría no parece muy aceptable, pues el uso de la caballería dependía de múltiples factores, de las circunstancias del terreno y del enemigo. Varió según las épocas o las regiones. En este aspecto el emperador no aportó nada a África. Adriano creó los numeri ya mencionados, procedentes de los pueblos bárbaros que combatían con su armamento, pero este tipo de unidades existieron de antiguo. Adriano procuró mejorar el armamento, pero es muy difícil de precisar.

La marinería fue el objeto principal de sus desvelos. Las inscripciones grabadas en roca en el Líbano son muy significativas, pues delimitan las zonas, las propiedades del Estado y las diferentes clases de árboles necesarios para la construcción naval.

Adriano no sólo se ocupó de la táctica militar, sino del reclutamiento, como ya se ha señalado. Inspeccionó los campamentos y la tropa, como lo afirman la Historia Augusta, Frontón y Dión Cassio. Cuando no lo hizo el emperador personalmente, envió a sus mejores generales, como Amano, que marchó al Ponto-Euxinio para examinar las guarniciones y los ejercicios. Es importante el sistema de reclutamiento seguido por Adriano. Se ha propuesto, como ya se ha señalado, que Adriano había inventado el reclutamiento local, que se hizo muy lentamente. No se reclutaron necesariamente campesinos, sino ciudadanos romanos. Las medidas tomadas por Adriano, como sugiere Y. Le Bohec, en el dominio militar respondieron a preocupaciones políticas. Se vio obligado a hacer una doble política. Siendo pacífico, se preparó para la guerra. Adriano supo seducir a los soldados. En las acuñaciones de los años 134-138, se honra en las leyendas a los pretorianos y a los ejércitos de las provincias, a las cohortes pretorias y a los ejércitos germánico, británico, nórdico, rético, mésico, dácico, capadócico, siriaco, hispánico y mauritano. No se recuerda al ejército de África. Adriano procuró que los soldados no sirvieran más tiempo de lo establecido. En tiempos de este emperador se extendió mucho el culto a la diosa Disciplina. Los altares, AraeDisciplinae, se multiplÍcaron.