Agradecimientos

 

Quiero agradecer a Phil Oraby y a Ann Korelitz sus conocimientos en temas psicológicos, en especial sobre esta criatura que por desgracia podemos encontrar en todas partes: el homo sociopathicus. Su experiencia y consejos en esta materia me han sido de inestimable ayuda. También doy las gracias a Nina Korelitz Matza por sus agudas observaciones sobre las escuelas privadas de Nueva York, y a Tim Muldoon por ayudarme a comprender el modus operandi de los detectives de la policía neoyorquina. Gracias, James Fenton, por permitirme usar tu precioso poema «A German Requiem». Y mi agradecimiento como siempre a Deborah Michel, la mejor lectora que se puede tener. No podré agradecer lo suficiente a Suzanne Gluck, Deb Futter, Dianne Choie, Sonya Cheuse, Elizabeth Sheinkman y Sarah Savitt su apoyo a esta novela.

No me olvido de mi familia y amigos, de todos los que estaban a bordo en la travesía Semester at Sea (donde escribí gran parte de esta novela) en la primavera de 2012, ni de Karen Kroner, Paul Weitz, Kerry Kohansky Roberts, Anna DeRoy y Tina Fey, que me recordaron que el trabajo creativo es una conversación, aunque lo hagas en solitario.