IV 1990:
El software español se asoma al abismo
Aunque ya anticipé que los efectos de la crisis se comenzaron a notar a lo largo del 89, no fue hasta la llegada de la nueva década cuando se hizo patente que la situación era insostenible. Por un lado, la producción descendió a unos números más cercanos a los de la época previa a la bajada de precios que a los que habían alimentado a la industria a finales de los ochenta.
Para colmo de males, ese 1990 iba a suponer el aterrizaje en España de dos consolas que iban a cambiar de un plumazo el panorama del videojuego, cada una a su manera: Mega Drive y Game Boy. Con las consolas cambió el modelo de negocio y el software español, incapaz de hacerles frente o de unirse a ellas, comenzó a languidecer.