III 1989:
Virgencita, virgencita…
Tan solo dos años después de la bajada de precios, el mercado español comenzaba a dar muestras de agotamiento. Podría parecer lógico ya que a finales de la década se estaba produciendo la transición hacia los sistemas de 16 bits, especialmente representados en Atari ST y Commodore Amiga. Pero la realidad en España era otra bien diferente.
No voy a adelantar los acontecimientos que narraré llegado el momento de hablar de la crisis, pero el 89 fue un buen ejemplo de porqué el videojuego español se fue al garete. Ante una situación de transformación, nuestra decisión fue cruzarnos de brazos y dejar escapar el tren. Y, ojo, me refiero tanto a consumidores como a productores. La piratería volvió a hacer de las suyas en los nuevos sistemas, cuyos precios eran más caros, y los estudios no supieron, o no quisieron, dar el paso a los 16 bits, una apuesta que requería un salto económico, tecnológico y empresarial.