PRUEBA
E:
LA CASA DE LOS SUEÑOS.
IDEAS NO UTILIZADAS

A menos que vea caer un bosquejo de mi idea, tendrá que seguir en pie.
La señora McGinty ha muerto, capítulo 24
SOLUCIONES QUE SE REVELAN
El tren de las 4:50 • «Robo de joyas en el Grand Metropolitan» • «La señorita Marple cuenta una historia»
Hay una anécdota, seguramente apócrifa, según la cual el detective y novelista Nicholas Blake (en la vida real, el poeta laureado Cecil Day Lewis) quiso comprar a Agatha Christie ideas para alguna trama, a lo que ella respondió que tenía la intención de utilizar todas las que se le ocurriesen. Los cuadernos están plagados de ideas de esta especie, y lo que sigue no es sino una muestra de algunas de las que no llegó a utilizar más allá de la página en la que las consignó. Algunas la obsesionaron, como son la de los gemelos no idénticos, la de la doncella, la de los amigos mañosos y bohemios, que aparecen una y otra vez.
Los gemelos… lo crucial es que no sean idénticos… Gemelos idénticos (¿uno perece en un choque de trenes?)
Gemelas idénticas… La pretendiente asume la identidad de la hermana (que ha muerto en un choque de trenes), una viuda adinerada
Éstas sólo son dos de las diez versiones de la idea de los «gemelos» que pueblan los cuadernos. Un choque de trenes y la falsa identidad son rasgos menores en Asesinato en Mesopotamia. En Los elefantes pueden recordar aparecen unas hermanas gemelas, y en un tono más ligero se da el caso de que los gemelos son la solución a uno de los misterios que afrontan Tommy y Tuppence en Matrimonio de sabuesos.
Espejos
Hombre o mujer… recibe por correo o se conchaba con otra mujer… llegan juntos a un hotel.
El trasfondo de uno es correcto; ciudad obispal, etc. Han estado juntos en una congregación presbiteriana… dan una coartada a un hombre
El encabezamiento «Espejos» confirma que El truco de los espejos fue un relato realmente difuso. La única y muy tenue conexión que tiene la nota con esa novela es la idea de proporcionar una coartada a alguien.
Nitrobencina… la cuestión es… que se hunde hasta el fondo del vaso… La mujer da un sorbo… luego se lo ofrece a su marido
Alcanfor en una cápsula
Asesinato mediante el lápiz de labios… primero, los labios quemados… un cigarrillo que se ofrece por la brasa
Estricnina o droga que se absorba por la piel
Virus de la gripe… ¿robado? ¿Un ministro del gobierno?
¿Veneno por lanolina? ¿Estricnina? El veneno que lo pone todo amarillo (aplicado a un vestido… muy engañoso, porque otra muchacha llevaba un vestido amarillo) (1931)
Lanolina frotada en la piel
Éstas son tan sólo unas cuantas ideas sobre las diversas formas que existen para usar los venenos, el método favorito de Christie a la hora de acabar con alguien. Es particularmente imaginativa la que recoge el «asesinato mediante el lápiz de labios».
Camarera de hotel, cómplice de un hombre… la prueba siempre se acepta y se cierra el caso
Relato de la camarera… un hotel… ¿Torquay? ¿La Riviera? ¿España? ¿Mallorca? En inglés mejor
La idea de la camarera, de la que éstos sólo son un par de ejemplos, aparece diez veces en los cuadernos. Es evidente que la idea de una camarera deshonesta era una de las que encerraban más posibilidades para Christie, por cuanto que la utilizó tanto en «Robo de joyas en el Grand Metropolitan» como en «La señorita Marple cuenta una historia». Pero ninguna de las dos encaja con el mecanismo de la trama descrito arriba. La segunda es tan vaga que podría encajar con cualquier cosa.
El hombre sin piernas… unas veces alto, otras veces bajo
El motivo del «hombre sin piernas» es otra de las ideas que aparece en diez cuadernos, aunque nunca llegó a plasmarse en nada. La idea de fondo en este mecanismo era que una persona con esas características pudiera alterar su apariencia física de manera muy drástica, por lo que su identificación resultaría muy difícil. John Dickson Carr, colega de Christie en el género de la novela detectivesca, empleó esta estratagema de manera magistral en una novela de 1938, La casa en el codo de Satán.
Apuñalado en el ojo con un alfiler de sombrero
Esta grotesca idea no es muy característica de Christie, siendo su atractivo probablemente la dificultad de desentrañar el medio por el que se ha producido la muerte. También aparece en otros tres cuadernos.
Idea del isótopo… Carbono 14… Inyección hipodérmica (¿para el tifus?)… procedimiento normal. Él (?) marcha al extranjero… Cita con un médico… Ocupa su sitio un impostor que le administra dicha inyección.
Esta idea, inspirada en una visita a un laboratorio durante un viaje por Estados Unidos en los años sesenta, presenta un claro eco de La muerte visita al dentista por la suplantación de un médico para envenenar a un paciente.
Comisión del crimen… El señor Llewellyn… Mujer fatigosa… hace un discurso… Bebe un vaso de agua
Vaso de agua… El doctor Haydock… ¿Suicidio por una carta anónima? En Harton Parva… la hermana del vicario… mujer avinagrada… el profesor del colegio… En la tienda del pueblo la hermana del vicario compra los víveres y echa las cartas al correo… La muchacha cuela una de ellas en…
Estas anotaciones aparecen en el mismo cuaderno, las primeras de una lista de relatos proyectados para la señorita Marple. Y de hecho parece que estamos en territorio de la señorita Marple. Las semillas de El caso de los anónimos se pueden detectar en la idea del «suicidio por una carta anónima» y el método de insertar una carta en un fajo en apariencia inocente aparece en el capítulo 13 de esa novela.
Desaparición de una actriz… Extraño comportamiento del jardinero jefe
Esta combinación de ideas tan maravillosamente enigmática aparece en el Cuaderno 65 junto con las notas tomadas para Diez negritos, aunque data de una fecha muy anterior en la carrera de Christie. El jardinero jefe, sospechoso y muy propio del territorio de la señorita Marple, hace una breve aparición en «Lingotes de oro», de Miss Marple y trece problemas.
Una rubia, hija de un millonario, simula su propio secuestro para marcharse y casarse con un joven
Esto es algo que aflora en tres ocasiones en los cuadernos, y las tres veces es una rubia quien lleva a cabo la maniobra. Suena a una conducta relativamente poco delictiva, y tal vez tuviera por intención un relato de tono ligero, no muy distinto de las primeras aventuras de Tommy y Tuppence en «El debut».
Tom, Dick o Harry llegan al puente… el quid… ¡es que ninguno de los tres existe!
Por tentador que sea creer que se trata de una referencia a Cartas sobre la mesa, aparece en una lista encabezada por «Ideas, 1940», cuatro años después de publicarse ese título. Resulta difícil conjeturar lo que tenía en mente aquí Agatha Christie.
Fotografía por infrarrojos
Esta idea insólita podría haber tenido inspiración en su interés por la fotografía durante sus trabajos arqueológicos con sir Max Mallowan. Aparece en una lista de posibles relatos para la señorita Marple, aunque no llegaría a figurar en ninguno de aquellos en los que aparece la señorita Marple con conocimiento de causa.
Medicamentos peligrosos robados de un coche… El médico se enoja… Gran excitación en el pueblo
Medicamentos peligrosos robados de un coche… X va de viaje en coche… sigue a un médico por una ciudad desconocida… o el propio médico es un criminal… después se casa con la mujer o la hija del paciente muerto
Aunque nunca aparece como estratagema en una trama por derecho propio, este planteamiento es uno de los que se mencionan en Asesinato en la calle Hickory como medio de apoderarse del veneno. Nuestro amigo el médico (ésta es la profesión estadísticamente más homicida en Christie) vuelve a aparecer aquí, y la idea quedó anotada a finales de los años treinta; la segunda nota podría estar en la inspiración para el doctor Quimper de El tren de las 4:50. Esta idea aparece en cinco cuadernos.
Un falso Hércules P… se encuentra en un hotel almorzando, dejando que le crezca una de las guías del bigote, que se le ha quemado… un sitio completamente fuera de los caminos trillados
El «sitio completamente fuera de los caminos trillados» podría ser el lugar en que transcurre «El jabalí de Erimanto», una montaña suiza cerrada por las nieves, pero la idea de que se dejara crecer el bigote nunca se terminó de explorar a fondo, por más que aparezca en otros dos cuadernos.